diumenge, 28 d’abril del 2019

LA CONQUISTA MUSULMANA DE AGIRIA (DAROCA)

9. LA CONQUISTA MUSULMANA DE AGIRIA (DAROCA) (SIGLO VIII. DAROCA)

Las huestes musulmanas de Tarik avanzaban hacia Cesaraugusta. Tras su paso, todo era desolación y rencor; por delante, temor y huidas precipitadas. En Agiria (luego Daroca), ante las noticias de que los moros estaban ya en las fuentes del Tajo, unos huían temerosos y otros se aprestaban a la lucha. En medio de este cuadro dantesco, llegó a Daroca, sobre un agotado caballo, un joven, desconocido en principio por el lamentable estado en el que encontraba, aunque era darocense. Pronto se le reconoció como a Juan de Luna.
Narró Juan lo ocurrido en Guadalete, donde estuvo en la infausta jornada de la derrota cristiana; después relató las calamidades de su cautiverio en Córdoba y Toledo. Por fin, refirió las penalidades de su huida durante más de quince días hasta llegar a Daroca. Muchos, los que venían eran muchos y buenos jinetes sobre caballos inimaginables, fieros e indómitos. Tras descansar mientras narraba lo sucedido, Juan de Luna fue a buscar a Matilde, su joven amada, quien ya le había dado por muerto cuando supo lo de Guadalete y le lloraba. El sol se ocultó en el horizonte mientras el amor renacía.
Al día siguiente, ante las noticias que llegaban de las torres de señales, los darocenses y las gentes que acudían de las aldeas cercanas prepararon la resistencia. Por fin, los moros se presentaron ante sus muros exigiendo la rendición. Embistieron hasta diez veces antes de abrir brecha, pero al final todo acabó. No obstante, a pesar de haber caído el castillo y toda la población, los agarenos se encontraron con la resistencia inusitada que desde una de las torres ofrecía Juan de Luna con un puñado de hombres. El jefe moro, que pretendía proseguir la marcha hacia Zaragoza, dejó una guarnición con orden expresa de atacar al «Jaque» (al valiente) hasta que se rindiera.
Pero Juan de Luna, el Jaque, resistió y abatió a varios adversarios. Éstos, ante el peligro que suponía aproximarse a la torre, decidieron cercarla, dejando que la falta de alimentos hiciera mella entre sus defensores. Pasaron los días y en la torre cesó todo movimiento. Así es que decidieron derribar la puerta y entrar. En el centro de la estancia yacía el cadáver de Juan de Luna, muerto de hambre. Su cabeza fue expuesta en el muro, mientras su cuerpo era arrojado a un barranco. Matilde cayó muerta cuando se enteró de la trágica noticia. Hoy, la torre de Jaque es testigo mudo de tan grande gesta.
[Beltrán, José, Tradiciones..., págs. 43-47.]

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EL OBISPO DE ZARAGOZA ANTE LA CONQUISTA MUSULMANA

8. EL OBISPO DE ZARAGOZA ANTE LA CONQUISTA MUSULMANA
(SIGLO VIII. ZARAGOZA)

Discurría el año 714, cuando el cerco de los hombres de armas que capitaneaba Tariq a punto estaba ya de conseguir la victoria sobre la importante ciudad de Cesaraugusta. Como quiera que ésta —amparada tras las gruesas murallas que construyeran los romanos— se defendía con bravura inusitada, aún se le unieron a aquél las tropas de Muza llegadas desde Toledo, de modo que el obispo zaragozano Bencio, ante la gravedad de la situación, reunió en la iglesia de Santa María la Mayor a los personajes más destacados de la ciudad para aconsejarles que abandonaran rápidamente la ciudad para ir a refugiarse en zonas más inaccesibles y seguras de las montañas pirenaicas.
Mientras se luchaba denodadamente en los muros, en la iglesia, en medio de aquella plática, un noble hispanogodo interrumpió al obispo en su arenga para advertirle que era él quien debía huir y poner a salvo las sagradas reliquias y el tesoro de la iglesia, no así los caballeros cristianos, que debían aprestarse a defender la ciudad hasta el final junto a sus hombres. Sin excepción, todos los allí presentes apoyaron con rotundidad la propuesta de aquel noble.
Así fue como el obispo Bencio, acompañado por dos de sus familiares, recogieron todos los bienes de valor, lo cargaron a lomos de varias mulas, y salieron por la puerta de Oriente en dirección a las montañas del norte, hacia Huesca, amparados por la escolta de los hombres de dos de los nobles presentes en la reunión.
Aquella fue una decisión que reflejaba perfectamente el ánimo de los cristianos, conocedores de lo que estaba sucediendo en todas las poblaciones que, una tras otra, caían en manos sarracenas. Lo cierto es que —según la leyenda— aún no habían transcurrido tres horas de la huida de la comitiva del obispo Bencio, cuando los musulmanes consiguieron derribar la puerta Cinegiay, entrando como una auténtica avalancha por sus calles y plazas, obligaron a las autoridades de Cesaraugusta a capitular.

[Sánchez Pérez, José A., El Reino de Aragón, págs. 81-82.]



Carrillo y Lamberto prolongan su episcopado hasta el año 700 o 701 nombrando como su sucesor a Bencio, a quien Risco considera un obispo ficticio.

http://books.google.es/books?id=HG4OAAAAQAAJ&pg=PA197


LA DEFENSA CRISTIANA DE BORJA


7. LA DEFENSA CRISTIANA DE BORJA (SIGLO VIII. BORJA)

Los ejércitos musulmanes, tras atravesar el estrecho de Gibraltar para apoyar a una facción de los gobernantes visigodos, con una rapidez insospechada para los medios de la época, conquistaron prácticamente toda la Península Ibéricaen no más de tres o cuatro años. El valle del Ebro, sobre todo su parte más llana y accesible, no fue una excepción.
Es sabido cómo la mayor parte de las poblaciones hispanas capitularon y entregaron sus llaves a los nuevos políticos y administradores, si bien se dieron ejemplos heroicos de resistencia, aunque ésta sirviera de poco. El de Borja es uno de esos ejemplos. En efecto, llegado el momento, el soberbio castillo roquero de Borja, defendido por los cristianos que pudieron ampararse dentro de sus muros de piedra, fue un obstáculo relativamente molesto para el avance impetuoso de las tropas moras, aunque la población que se asentaba a sus pies hubiera caído ya en sus manos.
Los musulmanes sitiaron la fortaleza y, sin presentar batalla, se limitaron a mantener bien cerrado el cerco en espera de que se acabasen los alimentos de sus defensores, lo que, sin duda alguna, les llevaría a rendirse. Pero los cristianos no se dieron por vencidos y, aunque apenas les quedaban casi víveres con los que mantenerse vivos, idearon una estratagema que inmediatamente pusieron en práctica y que surtió su efecto aunque fuera efímero.

Tomaron la última vaca que quedaba con vida en el fortín y le dieron de comer todo cuanto tuvieron a su alcance, incluida la comida destinada a los propios defensores. Una vez que estuvo bien cebada y, por lo tanto, lustrosa y rebosante, la sacaron del castillo con ánimo de que llegara al campo enemigo. Los musulmanes, ante aquella realidad que no esperaban, creyeron que todavía les quedaban víveres para muchos meses, decidiendo aflojar el cerco y dedicar sus esfuerzos en la conquista de poblaciones aledañas.
Es cierto que la fortaleza acabó cayendo en manos moras, pero la estratagema permitió huir a muchos soldados cristianos, bastantes de los cuales fueron a engrosar la resistencia que, poco a poco, fue fraguándose en las montañas pirenaicas.

[Datos proporcionados por Enrique Lacleta, Javier Sánchez y Daniel Sancho. Instituto de Bachillerato de Borja.]



LA DEFENSA CRISTIANA DE BORJA

Enlaces WIKI:

  1.  Consejo General de Procuradores de España
  2.  Gobierno de Aragón. «Zonas altimétricas por rangos en Aragón y España, y altitud de los municipios de Aragón.»Datos geográficos. Archivado desde el original el 4 de diciembre de 2011. Consultado el 15 de agosto de 2012.
  3.  http://dare.ht.lu.se/places/18323.html
  4.  Al menos 93 militares han muerto en accidentes aéreos en España desde 1980
  5.  Diario El País 1/3/1984
  6.  (en catalán) Joan Iborra: Joan Baptista Roig i l’Origen ilustre de los Borjas. Actes, Núm. 4 (2012-2013), Revista Borja, Simposi Francesc de Borja home del Renaixement sant del Barroc (2010)
  7.  Gracia Rivas, M. y, Pasamar Lázaro, José Enrique - Gracia Rivas, Manuel (2002, págs. 49-70). Los Borja y Borja - El influjo de Juan Vicente de Albis en la formación de un mito (En torno a un documento inédito de la Real Academia de la Historia). Cuaderno de Estudios Borjanos, Nº 45. Borja (Zaragoza). ISSN 0210-8224.
  8.  Gracia Rivas, M. y, López Abasolo, M. (1994). En torno a las armas de la Ciudad de Borja. Cuaderno de Estudios Borjanos XXXI-XXXII. Borja (Zaragoza). ISSN 0210-8224.
  9.  Aguilera Hernández, Alberto: Borja y los Borja: la forja de un mito para enaltecer una ciudad. Revista Borja. Revista de L’iieb, 5: Actes del Congrés Els Borja en L’art. España, 20 p.
  10.  Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (Gobierno de España). «Treinta aniversario de las primeras elecciones municipales de la democracia». Archivado desde el original el 6 de marzo de 2014. Consultado el 6 de marzo de 2014.
  11.  Alcaldes de Aragón de las elecciones de 2011
  12.  «Alcaldes de todos los municipios de la provincia de Zaragoza»Heraldo.es. 14 de junio de 2015.
  13.  La Vanguardia, Cultura, 24 de agosto de 2012.
  14.  La Vanguardia, Cultura, 23 de agosto de 2012.
  15.  El Mundo, Cultura, 25 de agosto de 2012.
  16.  Un hecho incalificable. Centro de Estudios Borjanos. Martes, 7 de agosto de 2012.