dijous, 13 de febrer del 2020

Fórnoles, Peñarroya, pleito, Pedro Bel Caldú


La forsada absorsió de Fórnols per Penarroija (també Castelserás va sé absorbit per Alcañís), per raó dels seus deutes, va ficá en guárdia a datres pobles que estaben a una situasió pareguda. La lucha de Fórnols, per a recuperá la seua autonomía perduda, va sé seguida en ressel y expectassió per los pobles veíns. Los oprimits, al seu llarg camí de recuperasió, van contá en la solidaridat y lo apoyo de atres pobles de la contornada.

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EL EMBARGO Y SUS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
Fórnols había sido embargado por su cuantiosa deuda en censales. En los acuerdos formalizados por escrito (1397) ratificados por la Orden de Calatrava (1402) y por el Papa Luna (1411) ni siquiera se planteó la posibilidad de que Fórnols pudiese llegar algún día saldar su deuda. El acuerdo de embargo y absorción de Fórnols por Peñarroya se hizo efectivo por obra de los calatravos, sin que el Rey de Aragón interviniese en ninguna de sus fases.
Fórnoles
Fórnols, la basseta
Los de Fórnols, perdidas todas sus instituciones, pagaban al concejo de Peñarroya la pecha anual por la deuda y además todos los impuestos civiles y eclesiásticos sobre lo que producían y sobre los bienes inmuebles que poseían. Como contrapartida el concejo de Peñarroya se hacía cargo de los gastos de mantenimiento y reparaciones de la iglesia, la ermita, el cementerio y los edificios comunales de Fórnols. Además, Peñarroya aceptaba el compromiso  de garantizar la vigilancia y la seguridad ciudadana en todos sus términos.
LIMITACIONES E INSEGURIDAD
El Justicia de Peñarroya ejercía la jurisdicción sobre los vecinos de su nueva aldea, auxiliado en Fórnols por un Tinente (Delegado) cuyas funciones eran muy limitadas. El Tinente no podía intervenir en pleitos de cuantía superior a 50 sueldos jaqueses. Ni podía retener a un preso más de tres días sin entregarlo al Justicia de Peñarroya.
Bifurcación de caminos. Por la derecha camino de Monroyo. Por la izquierda camino de Ráfales-Fuentespalda- Peñarroya
Bifurcación de caminos. Por la derecha camino de Monroyo. Por la izquierda camino de Ráfales-Fuentespalda- Peñarroya
Unía a los dos pueblos un tortuoso camino de  herradura. Tres leguas (22 kilómetros) por terreno escarpado que trascurría con notables pendientes y desniveles por los términos de Monroyo, Fuentespalda y Ráfales. En estas condiciones  la seguridad de los habitantes de Fórnols era muy precaria. Los forajidos actuaban con total impunidad contra ellos, su detención por un solo agente era prácticamente imposible y su largo traslado multiplicaba las posibilidades de fuga.
Mapa de situación 2
Ubicación de Fórnols y Peñarroya
El concejo se había llevado a Peñarroya todos los documentos donde se recogían los privilegios concedidos por la Orden de Calatrava a la antigua villa, ahora absorbida. También se habían llevado todos los acuerdos firmados por Fórnols con Monroyo, su villa matriz, y con otras entidades. La excusa fue obtener copias notariales de los mismos. Pero el cartulario (colección de documentos) de Fórnols fue retenido en Peñarroya y nunca más se devolvió a sus vecinos. Con ello quedaron ignorantes e indefensos para exigir sus derechos.
En aquellos tiempos no existía nada parecido a un Boletín Oficial donde se publicasen las concesiones y los acuerdos. Se emitían documentos y acuerdos por duplicado, al portador, con un ejemplar para cada contratante. Cuando había un conflicto se exhibían esos documentos, o su copia notarial, y no podías defender tus derechos si no disponías del documento que los amparaba. Por esa razón los concejos guardaban celosamente esa documentación y la protegían con fuertes medidas de seguridad.
LA ESPERANZA DESESPERANZADA
Para los de Peñarroya la absorción era definitiva. Sin embargo los de Fórnolsconfiaban en el pacto, no escrito, de recuperar su autonomía cuando saldasen su deuda. Para ello reclamaban que ese derecho les fuese reconocido por escrito. Los concejos de La Fresneda y Ráfales amparaban esa pretensión de los vecinos fornolenses.
El concejo de Peñarroya, estaba muy satisfecho de la ganga conseguida en el acuerdo, y tenía el convencimiento de que Fórnols nunca sería capaz de pagar su deuda. Pero desconfiaba del apoyo que La Fresneda prestaba a las pretensiones de Fórnols, cuyos términos eran colindantes. En Peñarroya se temía que La Fresneda, donde vivía un grupo de prósperos mercaderes, llegase a un acuerdo secreto con los de Fórnols, comprase sus censales, y sustituyese a Peñarroya en los ventajosos derechos que había adquirido con la intervención.
Peñarroya de Tastavins
Peñarroya de Tastavins
Habían transcurrido más de treinta años y los de Fórnols, cansados de pagar, exigían que Peñarroya reconociese la parte de deuda ya recibida y fijase un plan para saber cuando estaría totalmente saldado el débito. Mediaron los de Ráfales, se llegó a un principio de acuerdo y Peñarroya firmó en 1431 la llamada Carta de Gracia. Un documento cuya autenticidad plantea muchas dudas por las razones que explicaré en otro post.
Recreación de Santa María de la Mola de Peñarroya (Dibujo de Desideri Lombarte)
Recreación de Santa María de la Mola de Peñarroya (Dibujo de Desideri Lombarte)
LA CARTA DE GRACIA (1431)
Según el documento, fue convocada la universidad (los 64 vecinos) de Peñarroya y la asamblea tuvo lugar en la puerta de la iglesia de Santa María de la Mola el día 2 de agosto de 1431. El Justicia y el concejo, en pleno, presidieron la reunión y estuvieron presentes, como testigos cualificados el Muy Reverendo Señor Joan Cassán, Obispo de Cerdeña y Frey Benito de Mora, Caballero de la Orden de Calatrava y Comendador de Peñarroya. También asistieron, como hombres buenos, el párroco y el Justicia de Ráfales, que habían sido los promotores de aquel acto.
Carta de Gracia 1431
Carta de Gracia 1431
En el documento se fijaba como deuda, todavía pendiente, la cantidad de 30.000 sueldos, a pagar por los de Fórnols en 120 años, a razón de 250 sueldos anuales. Y se comprometían a restituir la autonomía y los derechos de Fórnols cuando sus vecinos hubiesen saldado totalmente la deuda. Exigiendo que ningún otro pueblo pudiera sustituir a Peñarroya en aquella ventajosa situación. De esta manera se abría, a los de Fórnols, la esperanza de recuperar su autonomía en el lejano 1551.
En el libro de Peytas, conservado en el archivo privado Gil- Aznar de Peñarroya se documentan las liquidaciones originales de los años 1541 a 1613. Redactados en catalán autóctono hasta el año 1593, y en castellano los siguientes hasta 1613, salvo el de 1600 que también está en catalán de Aragón.
INSUMISIÓN Y REBELIÓN
Pasó el año 1551, la deuda estaba ya saldada, los de Peñarroya seguían cobrando la pecha y los impuestos a los de Fórnols sin ninguna intención de restituirles la autonomía como villa independiente.
Horca
Horca
Con el descubrimiento y conquista de América, la demanda del aceite de oliva creció en los mercados y en todo el Bajo Aragón hubo una gran expansión del olivar. El término de Fórnols, por su inferior altura, es más apto que el de Peñarroya para la producción olivarera y el aceite de Fórnols siempre fue muy apreciado por su extraordinaria calidad. En esta nueva situación los impuestos sobre la producción, los diezmos y las primicias de Fórnols suponían   ingresos muy sustanciosos para Peñarroya.
Los de Fórnols seguían reivindicando sus derechos perdidos y el malestar hizo insostenible la situación. En 1578  Fórnols se hizo el remolón en el pago de la pecha y dejó de enviar los presos a Peñarroya. Levantó horcas y pelleric, como símbolos de recuperación de su poder autónomo. Instalaciones que el Justicia de Peñarroya desmontó inmediatamente. Con estos actos de insumisión se abrían las hostilidades entre los dos pueblos.
El día de Santa Cruz de Mayo (día 3), víspera de Santa Mónica de 1579, había baile en la plaza de Fórnols. Llegaron el Justicia, los Jurados y alguaciles de Peñarroya, con sus insignias, varas y símbolos de autoridad, para presidir la fiesta. El pedrís (banco de piedra) de la plaza estaba ocupado por gente de Fórnols, que no quiso ceder su asiento a los jerarcas de Peñarroya. Intervinieron los alguaciles y desalojaron el pedrís, por la fuerza, para sentarse ellos y las autoridades.
Pedrís de la plaza de Fórnoles
Pedrís de la plassa de Fórnols
Dice la crónica que los de Fórnols les dixeron algunas palabras descompuestas e injuriosas y uno habló al oydo al juglar (el gaitero) el qual, luego, se dexó de tañer(tocar). Se acabó la fiesta y empezó el motín.Y, viendo que la gente se yva amotinando, se levantaron los dichos oficiales para recogerse en una casa que Peñarroya tiene en Fórnols. Y los vecinos del dicho lugar, amotinados, les fueron siguiendo tirándoles pedradas y obligándoles a recogerse en la dicha casa. Por que ya les alcançavan con las piedras. Y hirieron a uno, o más, de los de Peñarroya. Los clérigos y dos vecinos de Fórnols se interpusieron y apaciguaron a su gente, evitando que lincharan a las autoridades de Peñarroya y después acompañaron al cortejo hasta la salida del pueblo para evitar males mayores.
A pesar de haberse desplazado a Peñarroya 24 hombres de Fórnoles para pedir perdón por el ultraje a las autoridades y hacer las paces, el conflicto continuó. El 1 de enero de 1580 llegaron a Fórnoles un Jurado, un clérigo y dos recaudadores de Peñarroya para cobrar impuestos y deudas. Cierto vezino del lugar empeçó a dar voces y, nombrando la Carta de Gracia, decía: ¡Carne! ¡Carne!- Y junto con eso hacía ruydo con la boca a modo de arcabuz. Los de Fórnoles se negaron a darles cebada para sus cabalgaduras y no ofrecieron comida a la delegación de Peñarroya. Y se amotinaron de nuevo echándoles del pueblo a pedradas. Y a los corredores (recaudadores) que quedaron ejecutando, les amenaçaron que les quebrarían las piernas. Y a uno dellos, porque sacó una prenda, le tiraron una pedrada, con lo qual se fueron a Peñarroya gritándoles y tirándoles piedras por los caminos.
Lapidación
Lapidación
Días más tarde volvieron los cobradores y no encontraron a ningún pagador. Uno de los cobradores denunciaba ante el Justicia de Peñarroya que, en Fórnoles, aquella noche, le habían dado muchos pescozones (collejas) y torniscones (pellizcos), y díchole muchas palabras injuriosas. Y que al marcharse de Fórnoles sintió que, por detrás, les mofavan, gritavan y arrojavan piedras.
LA REPRESIÓN
Ante la actitud levantisca de su aldea, el Justicia de Peñarroya confeccionó una lista de 26 rebeldes y, el domingo de Septuagésima, a finales de enero de 1580, llegó de madrugada a Fórnoles con 50 o 60 hombres armados con intención de detener a los de la lista. Consiguió apresar a 8 hombres y 2 mujeres, los demás habían huido al campo. Los trasladó maniatados a Peñarroya y, a pie de horca y con el verdugo preparado, les amenazó con ahorcarlos a todos si continuaban en rebeldía pero, pasado el susto les dejó en libertad.
Iglesia de Fórnoles
Iglesia de Fórnoles
Como la insurrección continuaba, el Miércoles de Ceniza, en febrero del mismo año, las autoridades de Peñarroya se presentaron con 70 u 80 hombres armados para detener a 30 fornolenses que figuraban en una lista ampliada de rebeldes. Hubo un soplo y todos los hombres jóvenes de Fórnoles, menos el cura, huyeron al monte. El sacerdote, las mujeres, los niños y los ancianos se refugiaron en la iglesia, que entonces tenía dos puertas, una lateral y otra trasera. Los de Peñarroya tapiaron con piedras una de las puertas, y atrancaron  la otra con un cerrojo.
El cura y sus débiles feligreses permanecieron dos días encerrados sin recibir comida del exterior. Una mujer enferma, que había permanecido en su casa, sin asistencia, murió sin los últimos sacramentos por que el cura estaba encerrado. Dice la crónica (seguramente exagerando) que muchas mugeres preñadas que se recogieron en la iglesia, alteradas y hambrientas, malparieron (abortaron) y con estos y otros excesos, sacrílegamente (los de Peñarroya) profanaron la iglesia y robaron y saquearon el lugar. Y aunque el oficial Eclesiástico de Alcañiz proveyó mandamiento con censuras para que abrieran la iglesia, se detuvieron en el lugar hasta el sábado siguiente. Y huvieran muerto y acabado con toda la gente encerrada, sino fuera que Don Juan de Lanuza, comendador de La Fresneda, y otros lugares circunvecinos, venían a dar favor a los de Fórnoles y librarles de tan grave opresión. Por lo qual los de Peñarroya levantaron el cerco y volvieron a sus casas.
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El Comendador Juan de Lanuza
Regresaron a Peñarroya después de haber saqueado muchas casas y perseguido a los hombres de Fórnoles por todo el término. Se llevaron  detenidos a cuatro de los cabecillas de la rebelión, que fueron encarcelados en Peñarroya, hasta que la Real Audiencia los trasladó a Zaragoza y los dejó en libertad.
Juan de Lanuza Ajusticiado
Juan de Lanuza, ajusticiado
Resolvió el motín de Fórnoles Don Juan de Lanuza V el Mozo, entonces Comendador de La Fresneda. Quien más tarde, en 1591, ocuparía el cargo de Justicia Mayor de Aragón. Lanuza se enfrentó al rey Felipe II y fue ajusticiado alevosamente sin juicio previo, pasando a la historia como héroe defensor de los fueros de Aragón.
Ante estos agravios, los de Fórnoles, recurrieron al amparo del Consejo de las Órdenes, que declaró nula la unión de 1397, restaurando la autonomía perdida. Pero eso sólo fue el inicio de un pleito de campanillas, en el que intervinieron los abogados más prestigiosos de Aragón y duró 32 años. En mi próximo post trataré ese pleito.
BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES
ARCHIVO GIL-AZNAR, “Llibre de la Peyta”. Peñarroya de Tastavins, 1541-1719
https://historiasdelbajoaragon.wordpress.com/2014/02/28/los-visitadores-y-el-poder-municipal-en-el-bajo-aragon-s-xv-xvi/
DE CASANATE, Matías. “Sumario del Proceso de Propiedad Juratorum de Peñarroya et Fórnoles” Caesaraugustae: Apud Petrum Cabarte, Anno Domini M.DC.XII. (Archivo municipal de Fórnoles)
HARVARD LIBRARY (Cambridge- Massachusetts- USA) (Copia notarial de 1612 del privilegio de 1337 a favor de Fórnoles)
LOMBARTE I ARRUFAT, Desideri. “Pena-roja: una vila de frontera”. Peñarroya de Tastavins (Teruel): Associació Cultural Tastavins, 1999.
 VIDIELLA, Santiago. Unión y separación de Peñarroya y Fórnoles. BHGBA Tortosa: Imprenta Querol, 1908
Un largo y costoso pleito (1578-1613) enfrentó a dos villas bajoaragonesas, Fórnoles y Peñarroya, que culminó con sentencia favorable a Fórnoles. Esta resolución terminaba con las secuelas de la crisis económica del siglo XIV, que había provocado el endeudamiento insostenible de Fórnoles y su intervención y rescate por Peñarroya.
ANTECEDENTES
En 1397 Peñarroya asumió la cuantiosa deuda, que la villa de Fórnoles había contraído durante la burbuja de los censales. Corría el año 1576 y los de Fórnoles consideraban que su deuda estaba sobradamente saldada. Según lo pactado, habían pagado religiosamente la pechade amortización, y todos sus tributos, a Peñarroya durante 180 años (6 generaciones). Su aspiración era recuperar la autonomía perdida en aquel percance, pero carecían de la documentación necesaria para hacer valer sus supuestos derechos.
Mosén Pedro Oliver
Mosén Pedro Oliver
Peñarroya consideraba que el rescate había sido una compra, no un préstamo. Fórnoles necesitaba un documento que amparase su aspiración de independencia. Pero no lo tenía porque, seguramente, ese documento no había existido nunca. Para resolver ese problema, el cura de Fórnoles mosén Pedro Oliver, apoyado por el Barón de Herbés, consiguió del Papa Gregorio XIII la emisión de una Paulina(carta de excomunión de Paulo III, que se expedía por los tribunales pontificios, para descubrir lo que se sospechaba que había sido robado u ocultado).
Colgaron la Paulina en todas las iglesias de la contornada excomulgando a quienes hubiesen robado, o estuviesen ocultando, la Carta de Gracia, supuestamente emitida el 2 de agosto de 1431 por el concejo universidad (asamblea de vecinos) de Peñarroya. En ella se reconocía el derecho de Fórnoles a recuperar su condición de villa, cuando hubiese saldado toda su deuda.
Una mano anónima, movida por el miedo a la excomunión, entregó por una ventana el ansiado documento a Juana Sobradiel, una mujer de Fórnoles. Era una noche de luna clara de primeros  de octubre de 1576. Juana corrió gozosa a entregar el preciado documento a mosén Pedro Oliver. Los de Fórnoles habían conseguido la base para reclamar sus reivindicaciones.
El contenido de la Carta de Gracia, era exactamente lo que necesitaban los abogados de Fórnoles para iniciar el largo camino hacia la libertad y la autonomía de la antigua villa. En el documento se reconocía, por el concejo y vecinos de Peñarroya, la deuda pendiente y el plazo para pagarla de 120 años (hasta 1551). Además reconocían el derecho de Fórnoles para recuperar su autonomía perdida, cuando hubiese saldado toda  la deuda. Se ha discutido mucho si la Carta de Gracia existió realmente o se creó con una burda falsificación (yo creo que era falsa). Lo indiscutible es la astucia y sagacidad, demostrada por los de Fórnoles, para crearlo si no existió, o para recuperarlo si era verdadero.
Castillo Baron de Herbés
Castillo del Barón de Herbés
PRIMERAS ACTUACIONES  
Con la Carta en la mano el 16 de octubre, los de Fórnoles instaron a Peñarroya para que cumpliese sus promesas y el día 25 del mismo mes solicitaron, en la Secretaría del Justicia de Aragón, que se validase una copia notarial del documento. De manera que pudiera utilizarse en juicio, como documento auténtico, sin presentar el original de dudosa procedencia. Al final los de Fórnoles conseguirían la copia validada por el Justicia Mayor de Aragón. 
Los de Peñarroya denunciaron los hechos en la Real Audiencia de Aragón, que declaró falsa laCarta de Gracia y les autorizó a continuar ejerciendo el poder sobre su aldea. Fórnoles recurrió el veredicto de la Real Audiencia ante el Justicia de Aragón, pero no consiguió el objetivo y fueron rechazadas de nuevo sus pretensiones de autonomía.
Real Audiencia de Aragón
Real Audiencia de Aragón
El Justicia de Peñarroya, amparado por las resoluciones de la Real Audiencia y del Justicia de Aragón se presentó en Fórnoles en 1578 para destruir las horcas y el pelleric que los de Fórnoles estaban levantando. Con ello las relaciones entre Peñarroya y los vecinos de su aldea se tensaron. Tensiones que darían lugar a los motines de 1578 -1580, que relaté en mi post Fórnoles y Peñarroya (1): El conflicto.

RECURSO AL CONSEJO DE LAS ÓRDENES 
La dura represión ejercida por los de Peñarroya, para disolver los motines declarados en Fórnoles, creó una corriente de comprensión y simpatía hacia los represaliados. Los de Fórnoles, aprovechando esta corriente favorable, presentaron en 1580, su demanda al Consejo de las Órdenes, órgano supremo de Calatrava, presidido por el Rey, con sede en Castilla. Apoyaron su demanda en la copia de la Carta de Gracia  ya autentificada por la Secretaría del Justicia de Aragón. No se atrevieron a presentar el original falsificado o, al menos, manipulado.
Privilegio- Consejo Supremo de Aragón
Privilegio- Consejo Supremo de Aragón
Los de Peñarroya fueron convocados a defender su posición y no comparecieron.  Consideraban que el Consejo de las Órdenes, con sede en Castilla, no era competente para resolver litigios territoriales en el Reino de Aragón y que ningún aragonés podía ser obligado a litigar fuera del Reino. Así lo manifestaron en un memorial que enviaron al Rey y al Consejo de Súplica en 1584. Estaban en lo cierto, pero no era momento propicio para este tipo de reivindicaciones. Las tensiones de la nobleza aragonesa con el Rey, por cuestiones de fueros, llevarían al patíbulo, 7 años más tarde, al Justicia de Aragón D. Juan de Lanuza el Mozo.

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Juan de Lanuza
En 1586 el Consejo de las Órdenes, ante la contumacia y la ausencia de los de Peñarroya, dio por buenas las razones de Fórnoles y autorizó la segregación de ambas villas. Declaró nulos los acuerdos de absorción de 1397, restaurando la autonomía y la libertad de Fórnoles, como villa independiente. Pero los de Peñarroya, amparados por las resoluciones de los tribunales con sede en Aragón, ignoraron la sentencia emitida en Castilla y continuaron, por las buenas y por las malas, ejerciendo su poder sobre Fórnoles.
FelipeIII (Velázquez)
Felipe III (Velázquez)
El 15 de mayo de 1608 el rey Don Felipe III confirmó, en Valdemoro, el Privilegio de desmembración y separación de Fórnoles y Peñarroya, para zanjar de una vez el engorroso pleito entre dos villas perdidas en su inmenso imperio.  Lo hizo por su doble condición como de Rey de Aragón y como Gran Maestre y Administrador de la Orden de Calatrava. Y para que no hubiese dudas, cuatro días más tarde, fue despachado en Zaragoza, como Privilegio Real, por el Consejo Supremo de Aragón el 19 de mayo de 1608.

 JAQUE AL REY
A pesar de todo, los de Peñarroya siguieron en sus trece y, por ello, sus Jurados y concejo fueron citados el 31 de julio de 1608, para contestar a la demanda que Fórnoles había presentado para que se ejecutase la sentencia real. Los de Peñarroya intentaron rebatir todos los argumentos de Fórnoles, negando además la capacidad del Rey para despojar a Peñarroya de sus derechos adquiridos. El pleito terminó a finales de 1613 y Fórnoles recuperó su categoría de villa y todas sus instituciones perdidas en el lejano 1397. La Edad Media había muerto y el Renacimiento alcanzaba su plenitud en la villa. Para la gente de Fórnoles fue un acontecimiento histórico que cumple, estos días, su 400 aniversario.  
Fórnoles
Fórnoles
En marzo del año siguiente (1614), apenas tres meses después, el flamante nuevo concejo reunió en la plaza a todos los vecinos de Fórnoles, que aprobaron por unanimidad la norma que regularía su convivencia en el futuro: Estatutos y hordinaciones civiles y criminales. Hechas y hordenadas por los Justicia, Jurados, Concejo y Universidad de la Villa de Fórnoles. El original de este documento lo guardan en Estados Unidos, en la Biblioteca de Derecho de la universidad de Harvard (Massachussets). Por la importancia y curiosidad del documento, le dedicaré un post en el futuro.
Privlegio- Consejo Sup. Aragón (fin)
Privilegio- Consejo Superior de Aragón

PROCESO DE PROPIEDAD JURATORUM DE FÓRNOLES ET PEÑARROYA
Con este nombre es conocido el famoso pleito que tuvo en vilo muchos años a todo el Bajo Aragón. Algunas aldeas de Alcañiz, entre ellas La Codoñera, que deseaban independizarse de Alcañiz, estuvieron pendientes del desenlace del Juratorum y, más tarde, utilizaron en sus demandas los argumentos jurídicos validados por el pleito de Fórnoles y Peñarroya.
Juratorum
Juratorum
 Los juristas más prestigiosos del momento, en Aragón, intervinieron como abogados. Por parte de Fórnoles intervinieron Matías de Casanate, a quien Latassa calificaba de sabio. Su hermano Luis era calificado como uno de los mayores astros de la jurisprudencia. Matías fue padre del Cardenal D. Jerónimo de Casanate. También abogó por Fórnoles el prestigioso Doctor Arpayón, abogado de mucho prestigio en los tribunales de la época, en todo Aragón.
Por Peñarroya abogaron Matías de Bayetola y Cabanillas, catedrático de Zaragoza y escritor notable, que ostentó importantes cargos en la administración del Reino. Y Jerónimo Ardid, ilustre hijo de Valdealgorfa, el más experto conocedor de los derechos de la Orden de Calatrava en el Bajo Aragón. A ese tema dedicó la mayor parte de su erudita obra escrita.
Participaron como testigos, presentados por ambas partes, más de cien hombres de los propios pueblos y de los cercanos. Entre los favorables a Fórnoles había testigos de Belmonte, Ráfales, La Fresneda, Torre del Comte, Valderrobres y, sobre todo, de La Codoñera. Uno de los cuales, Lorenzo Vilella, era descalificado por hacer pasquines contra los clérigos de La Codoñera.Entre los testigos de Fórnoles había gente de peso, como tres notarios de Zaragoza y el Conde de Fuentes. Los testigos de Peñarroya eran de Monroyo, La Cerollera, Valjunquera, Beceite, La Fresneda y un notario de Zaragoza.
Sentencia de Felipe III (inicio)
Sentencia de Felipe III (inicio)
Son muy fuertes, y curiosas, las descalificaciones de algunos testigos por: tener intereses o parientes en el pueblo… ser hijo del cura … ser pobre que no tiene qué comer… estar catorce años divorciado de su mujer… ser bandolero y salteador de caminos… estar retirado en Aragón por una muerte que hizo en Valencia, etc. 
En aquellos tiempos aún no había máquinas de escribir, pero ya se había inventado la imprenta. La escritura manual es difícil y engorrosa de leer e interpretar y eran muchas las personas que intervenían. Para  hacer más cómoda la lectura, cada parte hizo imprimir sus escritos de alegaciones, réplicas, dúplicas y contrarréplicas. Esta circunstancia ha facilitado la conservación de varias copias perfectamente legibles.
Sentencia Felipe III (final)
Sentencia Felipe III (final)
Tengo localizadas tres copias de las alegaciones de Fórnoles: en el propio Ayuntamiento, en el archivo diocesano de Zaragoza y en la biblioteca de la Universidad de Harvard (USA). Las de Peñarroya están en el archivo privado Gil-Aznar del mismo pueblo y en el Diocesano de Zaragoza. Probablemente exista otra copia en el Archivo Histórico Nacional de Madrid (Sección órdenes militares) pero no he podido comprobarlo.
Los temas jurídicos siempre son áridos y engorrosos y poco amenos. En este caso, he intentado concentrar, en cuatro folios escasos, el contenido de los varios cientos de páginas, de que se compone el pleito. Los abogados de entonces cobraban por cada folio escrito. Los narradores de ahora lo hacemos, únicamente, por el interés que estos temas puedan suscitar entre quienes nos leen.
BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES
ARCHIVO GIL-AZNAR, “Allegación del D. Geronymo Ardit por la villa de Peñarroya contra Fórnoles”. Peñarroya de Tastavins. 1613.
Enlace villa Andorra
DE CASANATE, Matías. “Sumario del Proceso de Propiedad Juratorum de Peñarroya et Fórnoles” Caesaraugustae: Apud Petrum Cabarte, Anno Domini M.DC.XII. (Archivo municipal de Fórnoles)
HARVARD LIBRARY (Cambridge- Massachusetts- USA) (Copia notarial de 1614 de  los  “Estatutos y hordinaciones civiles y criminales. Hechas y hordenadas por los Justicia, Jurados, Concejo y Universidad de la Villa de Fórnoles”.  http://pds.lib.harvard.edu/pds/view/19768130 

dissabte, 8 de febrer del 2020

La gen de poble

Avui la poesía va dedicada a la gen que viu als pobles. Orgullosos tenim que esta aquells que encara vivim als pobles.
La gen de poble es mol espesial
Entre tots formen una bona comunidat
Cuán tingues problemes vindran a ajudat
U dixaran tot pa aliviat lo teu mal
Al poble se viu en armonía
La vida pase a una atra velosidat
Se valoren mol les coses de verdat
Se busque la felisidat a cada día
Los chiquets juguen als carres
De menudets disfruten dels amics
Juguen junts y pasen los dies mes bonics
Adeprenen de verdat a conviure en los demes
Y estes coses no se tenen a la capital
Pos allí tenen que está mes controlats
Ñan mols perills los han de tindre mes lligats
No podé jugá al carre u trobaran normal
Potse serán los valós mamats desde menuts
Lo parlá sinc minuts cada día en lo teu veí
Preocupat de si avui está milló que aí
Si ya a dixat atrás los seus moments fotuts
Sensasions bones al poble trovarás
Una explosió de colós, no ne falte cap
De bones aulós ne podrás omplí un sac
De lealtat y honestidat ben plé lo cavás
De sonrises plens ne van los carrés
Als ulls de la gen rebose la felisidat
La lluna de nit guarde tota la verdat
Y lo sol cada día la porte hasta los racons radés
Al poble, si, se viu en tranquilidat
Viuen envoltats de tota la naturalesa
Trevallen cada día en molta duresa
La gen del poble es dura de verdat.

dimecres, 29 de gener del 2020

JORNADA QUINTA. NOVELA SEGONA.

JORNADA QUINTA. NOVELA SEGONA.

Costanzavol a Martuccio Gomito y, sentín que habíe mort, desesperada puchesola a una barca, que es transportada pel ven hasta Susa; lo trobe viu a Túnez, se descubrix an ell, y ell, están en gran favor del rey per los consells que li ha donat, casánse en ella, ric, sen entornen cap a Lípari.

La reina, veén acabada la história de Pánfilo, después de habéla alabat mol, li va maná a Emilia que continuare, y ella va escomensá aixina:
Tots debém en raó chalá en les coses que veém seguides per lo galardó que mereixen los afectes. Debéu, pos, delicades siñores, sabé que prop de Sicilia ña una isleta que se diu Lípari, a la que, no fa encara mol tems, va ñabé una jove mol guapa de nom Costanza, naixcuda a la isla de gen mol honrada, se va enamorá de ella un jove que vivíe a la isla, de nom Martuccio Gomito, mol pito y cortés y mol bo al seu ofissi. Ella tamé se va inflamá per nell, y no estabe be mes que cuan lo veíe, y dessichán Martuccio tíndrela per dona, la va fé demaná a son pare, y éste va contestá que ell ere pobre y per naixó no volíe donálay.
Martuccio, despechat al vóres rechassat per la seua pobresa, en algúns amics y paréns van armá un barco, y va jurá no torná may mes a Lípari sino se fée ric; y partín de allí, va escomensá a piratechá per les costes de Berbería, robán a consevol que puguere menos que ell. En esta empresa li va acompañá la fortuna, y lo haguere acompañat mes tems si haguere sabut ficáli freno. Pero no tenínne prou en habés fet mol ric en poc tems, mentres buscaben fés mes rics, va passá que per algúns barcos sarracenos después de llarga defensa, en los seus compañs va sé apresonat y robat, y la nave feta trossos y afonada. Ell, portat a Túnez, va sé ficat a la presó y allí tingut en llarga miséria. Va arribá a Lípari no per una ni per dos, sino per moltes y diferentes persones la notíssia de que tots aquells que en Martuccio anaben al barquet se habíen afonat. La jove, que estabe mol trista per la partida de Martuccio, sentín que jun en los atres habíe mort, va plorá mol tems, y va dessidí no seguí viva, y com lo seu cor no podíe aguantá lo matás an ella mateixa en violénsia, va pensá féu de un atra manera. Eixín secretamen una nit de casa seua y arribán al port, va trobá per casualidat, una mica separada de les atres barques, una barqueta de peixcadós, y com acababen de baixá de ella los seus patróns, la va trobá preparada, en mástil y rems. Y puján an ella rápidamen y remán pel mar, com sabíe bastán del navegá, com en general totes les dones de aquella isla, va issá o alsá la vela, va tirá los rems, va adressá lo timó y se va entregá al ven, pensán que passaríe que lo ven volcaríe la barca sense cárrega y sense piloto, o que la faríe empastrás contra les roques. Pensán aixó, se va tapá lo cap en una manteta y se va gitá plorán al fondo de la barca. Pero no va ocurrí lo que ella pensáe: sén aquell ven que bufáe de tramuntana pero suavet, y sense casi oles, se aguantáe be la barqueta, y al tardet de en son demá de habé pujat a la barca, a unes sen milles de Túnez, a una playa veína de una siudat de nom Susa va arribá. La jove no sen habíe donat cuenta de que ya estáe a la playa, perque no habíe eixecat lo cap ni volíe eixecál. Allí estáe per casualidat una pobre dona a la voreta del mar, que repassáe les rets dels peixcadós de casa. Esta dona, veén la barca, se va maravillá de vore que en la vela desplegada habíe arribat an terra; y pensán que an ella dormíen los peixcadós, va aná cap a la barca y se va trobá en esta jove, y la va cridá moltes vegades, perque dormíe com un soc, y al final la va fé despertás, y veén en lo vestí que ere cristiana, parlánli en ladino li va preguntá cóm ere que habíe arribat allí sola.
La jove, sentínla parlá en ladino, va pensá que lo ven la habíe tornat a Lípari, y ficánse de peu va pegá una ullada per los voltáns, y com no coneixíe la comarca, li va preguntá a la bona dona aón estabe.
Y la bona dona li va contestá:
- Filla meua, estás prop de Susa, a la Berbería.
Sentit açó, veén que Deu no habíe volgut enviáli la mort, va tíndre temó del seu deshonor y no sabén qué fé, se va assentá al canto de la barca, y va torná a plorá. La bona dona, veén assó, va sentí piedat de ella, y tan li va rogá que se la va emportá a la seua barraca; y tan la va adulá que ella li va di cóm habíe arribat hasta allí, per lo que, veén la bona dona que estabe encara en dijú, li va doná del seu pa du y algún peixet y aigua, a ella va minjá una mica. Después li va preguntá Costanza quí ere a la bona dona que parlabe ladino; y ella li va di que ere de Trápani y que teníe per nom Carapresa y que allí servíe a uns peixcadós cristiáns.
La jove, al sentí di «Carapresa», va creure que ere una bona señal habé escoltat este nom, y va escomensá a sentí esperanses sense sabé de qué y se ni en va aná lo dessich de morí; y sense manifestá quí ere ni de aón, li va rogá insistenmen a la bona dona que per amor de Deu tinguere misericórdia de la seua juventut y que li donare algún consell en lo que puguere escapá de que li faigueren algún mal. Carapresa, al sentíla, com bona dona que ere, la va dixá a la barraqueta, rápidamen va arrepetá les seues rets y va torná en ella, y tapánla en la seua manta, se la va emportá en ella a Susa, y arribán les dos allí, li va di: - Costanza, yo te portaré a casa de una boníssima Siñora mora a qui servixco moltes vegades en lo que ella nessessite, y es una Siñora agüeleta y misericordiosa; te recomanaré an ella tot lo que puga y estic seguríssima de que te ressibirá de bon grado y te tratará com a una filla, y tú, están en ella, te les ingeniarás com pugues, servínla, per a conseguí la seua grássia hasta que Deu te envío milló sort. Y com u va di, u va fé. La Siñora, que ere ya agüela, después de sentíla, va mirá a la jove a la cara y va escomensá a plorá, y agarránla fort, la va besá al fron, y después se la va emportá de la ma cap a casa, a la que vivíe en unes atres dones, sense cap home, y totes treballaben fén coses en les seues mans, seda, palma, cuero. La jove en pocs díes va adepéndre a fé alguna coseta y en elles va aná treballán en molta grássia y amor, y elles li van amostrá la seua llengua. Vivín, pos, la jove a Susa, habén sigut ya a casa seua plorada per perduda y morta, va passá que, sén rey de Túnez un que se díe Meriabdelá, un jove de gran linaje y de mol poder que ñabíe a Granada, dién que li perteneixíe an ell lo reino de Túnez, va ajuntá una grandíssima multitut de gen contra lo rey de Túnez y va aná allí per a fótrel fora del reino. Y arribán estes coses als oíts de Martuccio Gomito a la presó, lo que mol be sabíe lo berberisco, y sentín que lo rey de Túnez se esforsabe moltíssim en deféndrela, va di a un de aquells que an ell y als seus compañs guardaben:
- Si yo puguera parláli al rey, me diu lo cor que li donaría un consell en lo que guañaríe la guerra. Lo guardia li va di estes paraules al seu siñó, y éste les hi va contá al rey. Lo rey va maná que li fore portat Martuccio; y preguntánli quin ere lo seu consell, li va contestá aixina:
- Siñó meu, si hay vist be a datres tems que hay estat an estes terres vostres cóm són les vostres batalles, me pareix que les feu sobre tot en arqués y fleches; y per naixó, si trobara la manera de que als arqués del vostre adversari los faltaren saetes y que los vostres ne tingueren en abundánsia, crec que venseríeu esta batalla.
Y lo rey li va di:
- Sense cap duda, si aixó puguere fés, penso que guañaría.
Y Martuccio li va di:
- Siñó meu, si voléu, aixó podrá fés, escoltéu cóm:
vatros teníu que fé cordes mol mes primes per als arcos dels vostres arqués que les que se fan aná normalmén, y después maná fé saetes que tinguen la muesca diferén, y sol se puguen tirá be en estes cordes primes; y aixó convé féu tan secretamen que lo vostre adversari no u sápie, perque de un atra manera trobaríe un remey. Y la raó per la que tos dic aixó es ésta: después de que los arqués del vostre enemic haiguen tirat les seues saetes y los vostres les seues fleches, sabéu be que les fleches que los vostres arqués haiguen disparat les arreplegarán los vostres enemics, per a seguí la batalla, y los vostres arreplegarán les seues; pero los adversaris no podrán fé aná les saetes aviades per los vostres perque les muesques no entrarán a les cordes grosses, mentres als vostres los passará lo contrari en les saetes del enemic, perque a les cordes primes entrarán mol be les saetes que tinguen les muesques mes amples; y aixina los vostres tindrán gran acopio de saetes mentres los atres tindrán falta de elles. Al rey, que ere sabut, li va agradá lo consell de Martuccio y lo va seguí, y va guañá la guerra, en lo que Martuccio va conseguí la seua grássia y, per tan, un gran y ric estat. Va corre la fama de estes coses per lo país y va arribá a oíts de Costanza que Martuccio Gomito estabe viu, al que tan tems habíe cregut mort; per lo que l´amor per nell se va inflamá y se va fé mes gran y la morta esperansa va apareixe. Li va manifestá a la bona Siñora en la que vivíe tots los seus assuntos, y li va di que dessichabe aná a Túnez per a vore en los seus ulls alló que li arribáe pels oíts, y ella va alabá mol lo seu dessich, y com si haguere sigut sa mare, puján a una barca, sen va aná cap a Túnez les dos, aon van sé ressibides a casa de una parén seua. Carapresa va aná a escoltá lo que se sabíe de Martuccio; y sabén que estabe viu y en gran estat, va volé la noble Siñora significáli a Martuccio que allí estáe Costanza que veníe a trobál. Anán un día aon Martuccio estabe, li va di:
- Martuccio, a casa meua ha arribat un criat teu que ve de Lípari y voldríe en secret parlát; y per naixó, per no confiás als atres, tal com ell ha volgut, yo hay vingut a díteu. - Martuccio li va doná les grássies y la va seguí a casa. Cuan la jove lo va vore, prop va está de morís de alegría, y sense pugué aguantás, en los brassos uberts se li va aventá al coll y lo va abrassá, y per les penes passades y per la alegría presén, se va quedá encanada de tan plorá.
Martuccio, veén a la jove, se va quedá sense paraula de la sorpresa, y después, suspirán, va di: - ¡Oh, Costanza meua! ¿Estás viva? fa mol tems que vach sentí que habíes mort y al nostre país de tú res se sabíe.
Y dit aixó, plorán téndramen, la va abrassá y la va besá. Costanza li va contá totes les seues aventures y lo honor que habíe ressibit de la noble Siñora en qui habíe estat. Martuccio, después de mols raonaméns, separánse de ella, aon estáe lo seu siñó sen va aná y lay va contá tot, y li va di que volíe casás en ella. Lo rey se va maravillá de estes coses, y va fé víndre a la jove, y ella li va confirmá lo que Martuccio li habíe dit; y entonses li va di:
- Pos mol be tel has guañat per home.
Y va fé portá grandíssims y nobles regalos, una part per an ella y l´atra per a Martuccio, donánlos lissénsia per a fé lo que vullgueren los dos. Martuccio, honrada mol la noble Siñora en la que Costanza habíe viscut, y agraínli lo habíe fet per nella, li va doná mols regalos, y, no sense moltes llágrimes de Constanza, se van despedí; y después, puján a un barquet en lissénsia del rey, acompañánlos Carapresa, en bon ven van torná a Lípari, aon va ñabé tan gran festa com may habíe ñagut. Allí Martuccio se va casá en ella y se van fé mol grans y hermoses bodes, y en pas y descáns, mol tems van gosá del seu amor.