dissabte, 20 de juny del 2020

Pablo Echenique, amigo de los catanazis, comunista

Pablo Echenique (que no vale un pnique): para entender bien las portadas del ABC, es bueno hacer memoria.

Senador Palpatine: y de memoria más actual, qué hay?



Senador Palpatine: y de memoria más actual, qué hay? Hambre, Venezuela, comunismo


Retrato de la catástrofe humanitaria de la dictadura venezolana.
Hambre, violencia y desabastecimiento, en barrios sin esperanza.
"Venezuela se muere. Y en muchos casos no por falta de alimentos, sino de dinero para acceder a ellos.
ABC muestra los efectos de la tragedia venezolana que el régimen de Maduro quiere ocultar. Entre chabolas destartaladas en los barrios de Maracaibo malviven enfermos físicos y mentales (pero Echenique mama del bote), niños desnutridos, las víctimas más vulnerables de la dictadura chavista."


Llegar a Maracaibo es entrar en una especie de zona de guerra. Los habitantes deambulan como fantasmas entre las ruinas de calles desoladas y montones de basura que ellos mismos han de quemar porque ningún servicio público se ocupa de recogerlas. Los escombros, fruto de los saqueos a comercios durante los últimos apagones, dominan el decadente paisaje urbano. 


Pero la capital del estado Zulia, otrora el centro del orgullo petrolero de Venezuela, no es Siria ni Libia. La causa de la ruina de Maracaibo, la segunda ciudad el país, es la descomunal crisis en la que ha hundido al país el régimen chavista, agudizada ahora, aún más, por los cortes en el suministro eléctrico, que obliga a los maracuchos a peregrinar durante horas en busca de agua potable, alimentos y combustible o a quedarse refugiados en sus casas, a la espera de luz para encender el aire acondicionado con que hacer frente a un calor abrasador. 


Quemada viva.


Angelyn Isabel Romero Guerra era una médico venezolana de 26 años. Fue asesinada por una banda de criminales al intentar hacer una transacción de compra y venta de dólares. Le rociaron gasolina y la quemaron viva. La habían golpeado brutalmente y le dejaron desviado el tabique. Fue hallada en un barrio de familias pobres de Maracaibo, cercano a un arroyo donde varias familias buscaban agua limpia. El cuerpo estaba totalmente carbonizado. Sus familiares tuvieron que identificarla por una prótesis dental.

Más memoria histórica en 
ABC - crisis en Venezuela

JORNADA QUINTA. NOVELA NOVENA.

JORNADA QUINTA. NOVELA NOVENA.

Federigode los Alberighi vol y no es volgut, y en los gastos del festejá se arruine; y li quede sol un falcó, y, com no té res mes, lo done de minjá a la seua Siñora que ha vingut a casa seua; ella, cuan sen entere de aixó, cambie de ánim, lo pren per home y lo fa ric.

Habíe ya dixat de parlá Filomena y sol quedáe Dioneo (per lo seu privilegi) per parlá; ell, en alegre gesto, va di:
A mí me correspón ara parlá: y yo, caríssimes siñores, u faré de bon grado en una história en part pareguda a la pressedén, no sol per a que sapiguéu cuán poden los vostres encáns en los cors cortesos, sino per a que adeprengáu a sé vatres mateixes, cuan tingáu que otorgá los vostres galardóns sense dixá que sigue sempre la fortuna qui los consedixque. Hau de sabé que Coppo de los Borghese Domenichi, que va sé de la nostra siudat, y potsé u es encara, home de gran y reverensiada autoridat entre los nostres (y per les costums y per la virtut mol mes que per la noblesa de sang y digne de eterna fama), sén ya de avansada edat, moltes vegades sobre les coses passades en los seus veíns y en atres li agradáe contá. Ell, milló y en mes orden y en mes memória y adornat parlá que cap atre u sabíe fé, y acostumabe a contá entre atres coses que a Florenciava ñabé un jove de nom Federigo de micer Filippo Alberighi, en fets de armes y en cortessía alabat sobre tots los demés donsels de la Toscana. Este, com los passe a la mayoría de los gentilhomes, de una cortés Siñora de nom doña Giovanna se va encaprichá, als seus tems tinguda com una de les mes hermoses dones y de les mes gallardes que ñaguere a Florencia; y per a pugué conseguí lo seu amor, justabe, partissipáe a torneos, organisáe festes y donabe regalos, y tot lo seu sense cap miramén gastabe: pero ella, no menos honesta que hermosa, de cap de estes coses per nella fetes ni de lo que les fée se preocupabe.
Gastán, pos, Federigo mol mes de lo que podíe y sense conseguí res, les riqueses se van acabá, y se va torná pobre, sense datra cosa que una terra minuda, y de les rentes estretamén vivíe, y ademés de aixó un falcó de los millós del món; per lo que, mes enamorat que may y no pareixénli que podíe seguí portán una vida siudadana com volíe, a Campi, aon estabe la seua minuda hassienda, sen va aná a viure. Allí anáe cassán y sense invitá a dingú, y la seua pobresa soportáe en passiénsia. Va passá un día que, habén Federigo arribat an estos extrems, lo home de doña Giovanna se va ficá dolén, y veén arribá la mort va fé testamén; y com ere mol ric va dixá de hereu a un fill seu ya creixcudet, y después de ell, habén volgut mol a doña Giovanna, an ella, si passare que lo fill moriguere sense hereu legítim, com a heredera va constituí, y se va morí.
Quedánse, pos, viuda doña Giovanna, com es costum entre les nostres dones, al estiu en este fill seu sen anabe al campo a una possesió mol prop de la de Federigo; per lo que va passá que aquell jovenet va escomensá a fé amistat en Federigo y a entretíndres en la cassera y los gossos; y habén vist moltes vegades volá lo falcó de Federigo, agradánli extraordinariamén, dessichabe mol tíndrel, pero no se atrevíe a demanálay veén que ell lo volíe tan. Y están aixina la cosa, va passá que lo sagal se va ficá malal, de lo que la mare, mol dolguda, com no teníe res mes y lo volíe mol, estáe tot lo día a la vora dell, y no dixabe de cuidál y moltes vegades li preguntabe si dessichabe algo, rogánli que lay diguere, que ella u conseguiríe.
Lo jovenet li va di a sa mare: - mareta meua, si feu que tinga lo falcó de Federigo crec que me curaré en seguida. La Siñora, sentín aixó, se va quedá callada un rato y va escomensá a pensá qué podíe fé. Sabíe que Federigo mol la habíe volgut, y la volíe, y may de ella habíe obtingut ni una mirada; per lo que se díe: «¿cóm enviaré o aniré yo a demanáli lo falcó que es, per lo que séntigo dí, lo milló que may ha volat an estos sels, y ademés es lo que li done de minjá? ¿Y cóm hauría de sé tan desconsiderada que a un gentilhome que no té res mes, vullguera péndrelay?»
Y preocupada en tal pensamén, encara que estabe seguríssima de obtíndrel si lay demanáe, sense sabé qué di, no li contestabe a son fill, y callabe. Al final, la va animá tan lo amor de son fill, que va dessidí per a contentál que, passare lo que passare, no manaríe a dingú, sino que hi aniríe ella mateixa y lay portaríe, y va contestá:
- Fill meu, consólat y pensa en curát, que te prometixgo que lo primé que faré demá de matí sirá aná a buscál y tel portaré.
En lo que, contén lo chiquet, lo mateix día va mostrá sert reviscolamén. La Siñora, de matinet, prenén una compañera, com si anaren de passeo sen van aná a la caseta de Federigo y va preguntá per nell. Ell, com no ere temporada de cassa, estabe al hort y fee unes faenetes per allí; al sentí que doña Giovanna preguntabe per nell a la porta, extrañánse mol, se va atansá cap an ella mol contén; y ella, al vórel víndre, en señorial amabilidat se va eixecá a saludál, después de que Federigo la haguere ya saludat, y va di: - Hay vingut a arreglá les maleses que has patit per mí volénme mes de lo que haguere convingut; y la reparassió es que vull en esta compañera meua diná en tú avui.
A lo que Federigo, humilmen, va contestá:
- Siñora, cap mal men enrecordo de habé patit de vos, y sértamen esta visita me agrade ara mes que cuan podía gastá lo que hay gastat, perque sen pobre hau vingut a vórem.
Y dit aixó, avergoñit la va ressibí a la caseta, y la va portá al jardí, y com no teníe allí cap criat que les acompañare, va di:
- Siñores, esta bona dona llauradora tos fará compañía mentres yo vach a prepará lo minjá y la taula.
Ell, com no trobabe res en lo que honrá a la Siñora, maldién la seua mala fortuna, com un home fora de sí, anán cap aquí y cap allá, sense dinés ni res per a empeñá, y no volén demanáli res al llauradó de la seua terra, va vore dabán lo seu bon falcó, que estabe a la saleta a la seua percha; per lo que, no tenín datra cosa a la que agarrás, lo va pendre y com lo va vore gort va pensá que siríe una bona minjada. Y sense pensásu mes, traénli lo collá, a una criadeta lay va doná; ella lo va matá, pelá, condimentá y rostí en mol cuidado; van ficá la taula en mantels mol llustrosos, de los que encara li quedáen, y va aná aon la Siñora al vergé, y los va avisá que la taula estabe parada. La Siñora, eixecánse, va aná cap a la taula, y se van minjá, sense sabéu, al bon falcó, mentres servíe Federigo. Y cuan se van alsá de la taula, se van ficá a charrá, y cuan li va pareixe a la Siñora lo momén de díli alló per lo que habíe vingut, li va di:
- Federigo, enrecórdaten de la teua passada vida y de la meua honestidat, que potsé haigues reputat dura y cruel, no dudo que te extrañarás del meu atrevimén al sentí alló per lo que prinsipalmen hay vingut aquí; pero si tingueres fills u entendríes, sabríes cuánta forsa té l´amor que sels té; me pareix está segura de que en part me excusaríes. Pero encara que no los tens, yo que sol ne ting un, no puc dixá de seguí les leys de les demés mares, les hay de seguí contra la meua voluntat, y fora de tota conveniénsia y deber, te hay de demaná un presén que sé que te es mol volgut, y este regalo es lo teu falcó, del que lo meu chiquet se ha encaprichat tan que si no lay porto ting temó de que enpijoro de la enfermedat que té, y que se seguixque de aixó que lo perga. Y per naixó te rogo, no per l´amor que me tens, sino per la teua noblesa, que mel pugues doná per a que en este don puga di que hay conservat en vida a mon fill y per naixó te quedaré sempre obligada.
Federigo, al sentí alló que la Siñora li demanáe, y sentín que no la podíe serví perque sel habíen minjat, va escomensá a plorá abans de pugué contestá cap paraula, y estos plos creíe la Siñora que eren per lo dol de tíndre que separás del seu bon falcó, y casi li va dí que no lo volíe; va esperá la resposta de Federigo, que va sé esta:
- Siñora, desde que va vóldre Deu que en vos ficara lo meu amor, en moltes coses hay jusgat que la fortuna me ere contraria y me hay dolgut de ella, pero totes han sigut ligeres en respecte a lo que me fan en este momén, en lo que may podré está en pas en ella, pensán que vos haigáu vingut aquí a la meua pobre casa cuan, mentres va sé rica, no tos vau digná a víndre, y me demanéu este don, y ella ha fet de manera que no puga donátol; y per qué no tos u diré enseguida. Cuan vach sentí que volíeu per la vostra bondat minjá en mí, considerán la vostra exelénsia y lo vostre valor, vach creure digna y convenién cosa que tos había de oferí una pressiosa vianda dins de les meues possibilidats, per lo que, veén al falcó que me demanéu, vach pensá que ere un digne alimén per a vos: y este matí, rostit lo hau tingut al plat, pero al vore ara que lo volíeu, séntigo tanta pena per no pugué servítos que crec que may mes podré viure en pas.
Y dit aixó, les plomes y les potes y lo pic li va amostrá en testimoni de verdat. Veén aixó la Siñora, primé lo va reprendre per habé matat tan bon falcó per a donáls de minjá, y después va alabá la seua grandesa de ánim, que la pobresa no habíe pogut ni podíe abatre; después, perduda la esperansa de pugué tíndre lo falcó, y preocupada per la salut de son fill, donán les grássies a Federigo per lo honor que li habíe fet y per la seua bona voluntat, tota melancólica sen va aná y va torná en son fill. Este, be per tristesa de no habé pogut tíndre lo falcó, o per la enfermedat, no va durá mols díes, en grandíssim doló de la mare. Ella se habíe quedat mol rica y ere encara jove, y moltes vegades la van instá sons germáns a que se tornare a casá; sen va enrecordá del valor de Federigo y de la seua magnanimidat, aixó es, de habé sacrificat tal falcó per a honrála, y los va di a sons germáns:
- Yo de bon grado me quedaría viuda, pero si voleu que prenga marit, no sirá datre que Federigo de los Alberighi. A lo que los germáns, burlánse de ella, van di:
- Tonta, ¿qué es lo que dius? ¿cóm lo vols an ell, que no té res al món? - A lo que ella va contestá:
- Germáns meus, be sé que es com diéu, pero preferixco un home que nessessito riqueses que riqueses que nessessiton un home.
Los germáns, sentín la seua voluntat y veén que ere Federigo de bona cuna encara que fore pobre, tal com ella va volé, lay van entregá en totes les seues riqueses. Ell se va vore en la Siñora que tan habíe volgut, y ademés de aixó riquíssim, y en ella va viure felís, convertit en milló administradó, hasta lo final dels seus díes.


JORNADA QUINTA. NOVELA OCTAVA.


JORNADA QUINTA. NOVELA OCTAVA.

Nastagio de los Onesti, que volíe a una de los Traversari, gaste les seues riqueses sense sé amat; sen va, importunat per los seus, a Chiassi, allí veu a un caballé que perseguix a una jove, la mate, y se la mingen dos gossos. Invite als seus paréns y a la dona volguda a amorsá aon está ell; ella veu cóm fan trossos a la jove, y teménse un cas paregut, pren per home a Nastagio.

Al callá Laureta, per orden de la reina va escomensá Filomena:
Amables siñores, tal com la nostra piedat se alabe, aixina es castigada tamé la nostra crueldat per la justíssia divina; per a demostrátosu, y donátos materia de gitála per a sempre de vatres, tos contaré una história no menos lamentable que deleitosa.

A Rávena, siudat mol antigua de la Romania, ha ñagut mols nobles y rics hómens, entre los cuals un jove de nom Nastagio de los Onesti, que per la mort de son pare y de un tío seu va quedá mol ric; este, aixina com los passe als joves, están sense dona, se va enamorá de una filla de micer Paolo Traversaro, mol mes noble de lo que ell ere, tenín esperansa de pugué induíla a vóldrel en les seus obres. Estes obres, encara que foren grandíssimes, bones y loables, no li valíen per a res, y encara pareixíe que lo perjudicaben. Tan cruel y fura se mostrabe la joveneta amada, tan estirada y desdeñosa (potsé fore per la seua hermosura o la seua noblesa) que ni ell ni res que ell faiguere li agradabe. Aixó li ere tan penós de soportá a Nastagio, que moltes vegades per doló, después de habés lamentat, li va víndre lo dessich de matás; pero refrenánse, sin embargo, se va proposá moltes vegades dixála, y, si puguere, odiála com ella lo odiabe an ell. Pero en vano va pendre esta dessisió, perque pareixíe que contra mes li faltabe la esperansa, mes se multiplicabe lo seu amor. Perseverán, pos, lo jove en vóldre y en gastá sense mida, los va pareixe an algúns dels seus amics y paréns que ell mateix y lo que teníe se consumiríen; per lo que moltes vegades li van rogá y aconsellá que sen aniguere de Rávena an algún atre puesto durán un tems, perque, fénu aixina, faríe disminuí lo amor y los gastos. De este consell moltes vegades sen va enfótre Nastagio; pero, sin embargo, sén requerit per nells, no podén di que no, va di que u faríe, y fen fé grans preparatius, com si a Fransa o a España o an algún atre puesto llun sen aniguere, va montá a caball y acompañat per algúns dels seus amics, va eixí de Rávena y sen va aná a un puesto a unes tres milles de Rávena, que se díe Chiassi; y fen montá allí pabellóns y tendes, va di a los que lo habíen acompañat que volíe quedás allí y que ells sen entornaren cap a Rávena. Quedánse aquí, pos, Nastagio, va escomensá a donás la milló vida y mes magnífica que may dingú la va viure, ara an éstos y ara an aquells invitáe a sopá y a amorsá. Va passá que un divendres, casi a la entrada de mach, fen un tems boníssim, y escomensán ell a pensá en la seua cruel Siñora, va maná a tots los seus criats que lo dixaren sol, per a pugué pensá mes al seu gust, y tirán un peu dabán del atre, pensán y cavilán, se va quedá encantat.
Habén passat ya casi la hora quinta del día, y habénse embutit ya una mija milla per lo piná, sense enrecordássen de minjá ni de cap atra cosa, de repén li va pareixe sentí uns grandíssim plos y uns ays altíssims que soltáe una dona, per lo que, trencats los seus dolsos pensaméns, va eixecá lo cap per a vore qué ere, y se va maravillá veénse a dins del piná; y ademés de aixó, mirán cap a abán va vore víndre per un bosquet bastán espés de boixos, grévols y romigueres, corrén cap aon estabe, una majíssima jove despullada, desmelenada y tota esgarrapada y ñafrada per les rames y les gavarreres, plorán y demanán piedat a crits; y ademés de aixó, va vore als seus flancos dos grans y fieros mastíns, que, corrén detrás de ella, moltes vegades cuan la enchampáen la mossegáen; y detrás de ella va vore víndre sobre un caball negre a un caballé moreno, en cara de pocs amics, en una espasa desenvainada a la ma, amenassánla de mort en paraules espantoses e injurioses. Aixó al mateix tems lo va maravillá y espantá, pero tamé va despertá al seu ánim la piedat per la desventurada dona, de lo que va naixe un dessich de lliberála de esta angustia y mort, si podíe. Pero trobánse sense armes, va esguellá una rama de un abre y va arreá cap als gossos y contra lo caballé.
Pero lo caballé, que aixó va vore, li va cridá desde lluñ:
- Nastagio, no te molestos, díxamos fé als gossos y a mí lo que esta roína dona se mereix. Y dién aixó, los gossos, agarrán fort a la jove per los costats, la van pará, y los va alcansá lo caballé, va baixá del caball, se va arrimá aon estáe Nastagio, y ell li va di:
- No sé quí eres tú que me coneixes, pero sol te dic que es gran deshonor per a un caballé armat vóldre matá a una dona despullada y habéli aventat los gossos detrás com si fore una bestia salvache; sértamen la defendré tot lo que puga.
Lo caballé entonses li va di:
- Nastagio, yo era de la mateixa siudat que tú, y encara eres un sagalet cuan yo, que soc de nom micer Guido de los Anastagi, estaba mol mes enamorat de ésta que lo que u estás tú ara de la de los Traversari; y per la seua crueldat tal me va víndre la desgrássia que un día, en esta espasa que me veus a la ma, desesperat me vach matá, y estic condenat a les penes eternes. Y no habíe passat mol tems cuan ésta, que de la meua mort sen habíe alegrat mol, se va morí, y per lo seu pecat y la alegría que va tíndre, de la mateixa manera va sé (y está) condenada a les penes del infern. Lo nostre cástic va sé este: ella fuch dabán, y yo la seguixco com a mortal enemiga, no com a dona amada, y cuan la alcanso, en esta espasa en la que me vach matá la mato an ella y li óbrigo la esquena, y aquell cor du y fret aon may l´amor ni la piedat van pugué entrá, jun en les seues tripes y entrañes (com vorás ara mateix) li arranco del cos y los hi dono a minjá an estos gossos. Y no passe mol tems hasta que ella, com la justíssia y lo poder de Deu ordene, com si no haguere estat morta, torne a está sansera, y torne a escomensá la dolorosa fuga, y los gossos y yo a seguíla, y aixó passe tots los divendres an esta hora y an este puesto, y aquí fach la destrossa que vorás; y los atres díes no cregues que parém, la alcanso a datres puestos aon ella cruelmen contra mí va pensá y va obrá; y habénme convertit en lo seu enemic, com veus, ting que seguíla de esta guisa tans mesos com ella va sé cruel en mí. Aixina pos, díxam ejecutá la justíssia divina, y no vullgues fé frente a lo que no podríes vénse.
Nastagio, sentín estes paraules, en molta temó, sense cap pel que no se li haguere ficat de punta, se va fé atrás y va mirá a la pobre jove, y va esperá ple de paor lo que anabe a fé lo caballé. Este, acabada la seua explicasió, com un gos rabiós, en la espasa a la ma se li va fótre damún a la jove que, aginollada, y ben aguantada per los dos mastíns, li demanáe piedad y mersé; y en totes les seues forses li va enclavá la espasa al mich del pit y la va traspassá. La jove va caure pancha aball, plorán y cridán; y lo caballé, tirán ma al gaviñet, li va obrí los costats y li va traure lo cor, y tota la casquería, y als dos cans u va aviá. Estos, mol famolengs, enseguida su van fótre tot; y no va passá mol rato hasta que la jove, com si res haguere passat, de repén se va eixecá y va escomensá a fugí cap al mar, y los gossos sempre detrás de ella ferínla, y lo caballé tornán a montá a caball y traén la espasa, va escomensá a seguíla, y en poc tems se van alluñá, de manera que ya Nastagio no podíe vórels. Este, habén vist estes coses, mol rato va está entre piadós y acollonit, y después de un tems li va víndre al cap que aixó podíe mol be ajudál, ya que tots los divendres passáe; per lo que, señalat lo puesto, sen va entorná en los seus criats y después, cuan li va pareixe, cridán a mols dels seus paréns y amics, los va di:
- Moltes vegades me hau animat a que dixa de vóldre an esta enemiga meua y acaba en los meus gastos: y estic disposat a féu si me donéu esta grássia: que lo divendres que ve faiguéu que micer Paolo Traversari y la seua dona y la seua filla y totes les dames paréns seues, y datres que tos paregue, vínguen aquí a amorsá en mí. Lo que vull en aixó u voréu entonses. An ells los va pareixe una cosa bastán fássil de fé y lay van prometre; y tornán a Rávena, van invitá als que Nastagio volíe, y encara que va sé difíssil pugué portá a la jove amada per Nastagio, sin embargo allí va arribá jun en los atres. Nastagio va fé prepará un minjá magnífic, y va fé ficá la taula deball dels pins al pinaret que voltáe aquell puesto aon habíe vist la carnissería de la dona cruel; y fen sentá a la taula als hómens y a les dones, los va colocá de manera que la jove amada va sé ficada just enfrente de aon teníe que passá lo cas. Habén vingut ya la radera vianda, va escomensá lo abalot desesperat de la jove acassada, y tots u van sentí, de lo que se van maravillá tots mol, y preguntán qué ere alló, y sense sabéu dingú, se van eixecá tots per a vore qué ere alló, y van vore a la jove despullada, al caballé y als gossos, y poc después ya estáen aquí entre ells. Se va montá un bon jaleo contra los gossos y lo caballé, y mols volíen ajudá a la jove, pero lo caballé, parlánlos com li habíe parlat a Nastagio, no sol los va fé reculá, sino que a tots va espantá, y fen lo que l’atra vegada habíe fet, totes les dones que allí ñabíe (de les que algunes habíen sigut paréns de la jove y del caballé, y sen enrecordáen del amor y de la mort de ell), tan miserablemen ploráen y gemegáen com si an elles mateixes alló los hagueren vullgut fé. Va arribá lo cas al seu final, y sen van aná la dona y lo caballé; alló va fé als que u habíen vist entrá en mols raonaméns; pero entre los que mes se van espantá va sé la jove amada per Nastagio; ella, habén vist y sentit totes les coses, y sabén que an ella mes que a cap atra persona que allí estáe tocaben tals coses, pensán en la seua crueldat contra Nastagio, ya li pareixíe fugí dabán de ell, enfadat, y portá a los costats als mastíns. Y tan gran va sé la temó que de aixó va sentí que per a que no li passare an ella, no veíe lo momén (que aquella mateixa nit se li va presentá) per a cambiá lo seu odio en amor, y va enviá a una fiel camarera secretamen a Nastagio, que de part seua li va rogá que vullguere aná aon estáe ella, perque estabe disposada a fé tot lo que an ell li agradare. Nastagio va fé contestáli que alló li agradáe mol, pero que lo que ell volíe ere péndrela com a dona.
La jove, que sabíe que no depeníe mes que de ella sé la dona de Nastagio, li va fé di que asseptáe; per lo que, sén ella mateixa mensajera, a son pare y a sa mare los va di que volíe sé la dona de Nastagio, en lo que ells van está mol conténs; y lo domenge siguién, Nastagio se va casá en ella, y, selebrades les bodes, en ella mol tems va viure contén.
Y no va sé este susto ocasió sol de este be sino que totes les dones ravenenses se van espantá tan que van sé sempre después mes dóssils als plaés dels hómens que antes u habíen sigut.