divendres, 8 de gener del 2021

LEGISLACIÓN FORAL ARAGONESA.

LEGISLACIÓN FORAL ARAGONESA.

fueros de Aragón, LEGISLACIÓN FORAL ARAGONESA.

La compilación romance de Huesca (1247/1300)

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En Aragón existía una gran inseguridad jurídica por la falta de una redacción oficial del derecho aragonés, ya que sólo había algunas redacciones privadas, que los abogados mostraban sólo cuando les interesaba. Por ello Jaime I, siguiendo el modelo del emperador Justiniano, después de haber puesto orden en el reino con las armas cree que ha llegado el momento de organizarlo con las leyes. Para ello reúne las Cortes en Huesca en enero de 1247.

http://bases.cortesaragon.es/bases/disca2.nsf/(DiscaID)/A1C419BAF64A109FC12577F8003D6C26?OpenDocument

En la 1ª ola de codificaciones europeas del siglo XIII, que se inicia con el Liber Augustalis de Federico, se encuentra la compilación del derecho aragonés, que se dice aprobada en las Cortes de Huesca de 1247. Hasta recientemente esta compilación se solía identificar con el cuerpo legal dividido en ocho libros que aparece recogido en todas las ediciones impresas a partir de la edición incunable e los Fueros y Observancias de Aragón hecha en torno a 1476.

Pero la cuestión no es tan simple, porque resulta que en realidad con la pretensión de ser un cuerpo legal aprobado en las Cortes de Huesca de 1247 se nos presentan actualmente varias obras, reducibles a cuatro, o incluso a dos, que denominaremos en adelante Compilatio maior y Compilatio minor. El problema se complica todavía más porque los prólogos que preceden a estas obras no siempre son los mismos, sino que se intercambian.

La Compilatio minor es un cuerpo legal en el que sólo se recoge la parte dispositiva de los fueros aragoneses, omitiendo en general los razonamientos y consideraciones doctrinales. Aparece denominada como Fori novi, Compilatio minor, Fueros de Aragón, Compilación o Código de Huesca. Esta obra se conserva tanto en versión latina como en diversas versiones romances.

Esta edición efectúa el cotejo de los cuatro códices romances conservados en Miravete de la Sierra, Biblioteca Nacional de Madrid, Archivos Nacionales de París y Universidad de Zaragoza.

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http://www.romanicoaragones.com/3-somontano/990390-hu-catedral.htm

JORNADA NOVENA. NOVELA SEXTA.

JORNADA NOVENA. NOVELA SEXTA.

Dos joves se alberguen a casa de un. En la seua filla sen va un a gitás, y la seua dona se gite en l´atre. Lo que estabe en la filla se gite en son pare y lay conte tot, creén que parláe en lo seu compañ. Se arme un gran abalot, la dona, donánsen cuenta, se embutix al llit de la filla y después en algunes paraules los passifique a tots.

Calandrino, que datres vegades habíe fet riure mol a la compañía, lo mateix va fé esta vegada: y después de que les dames dixaren de parlá de les seues coses, la reina li va maná a Pánfilo que parlare, y ell va di:
Loables siñores, lo nom de la Niccolosa amada per Calandrino me ha portat a la memoria una historia de un atra Niccolosa, y to la contaré perque en ella voréu cóm una súbita inspirassió de una bona dona va evitá un gran escándol.

A los plans del Muñone va ñabé, no fa mol tems, un home bo que donabe als viandáns, per dinés, de minjá y beure; y encara que ere bastán pobre y teníe una casa menuda, alguna vegada, en cas de gran nessessidat, no a tots pero an algún conegut albergabe. Ara be, teníe este una mol hermosa femella, de la que teníe una joveneta hermosa y agradable, de quinse o setse añs, que encara no teníe home; l´atre ere un chiquet que encara no habíe cumplit l´añet, al que la mare donabe de mamá.
A la jove li habíe ficat los ulls a damún un mosset pincho y noble de la nostra siudat, que anabe mol assobín pel barri y la volíe fogosamen; y ella, que de sé amada per un jove tal com aquell mol se gloriabe y dell tamé se va enamorá; y moltes vegades en gust de cada una de les parts haguere tingut efecte aquell amor si Pinuccio, que aixina se díe lo jove, no se haguere refrenat pera no causá la deshonra de la jove y dell. Pero de día en día multiplicánse la seua passió, li va vindre lo dessich irrefrenable a Pinuccio de ajuntás en ella, y li va vindre al pensamén trobá lo modo de albergás a casa de son pare, pensán, com coneixíe la divisió de la venteta de la jove, podríe está en ella sense que dingú sen acatare; y en cuan li va vindre al ánim, sense mes tardá u va ficá en obra.
Ell, en un fiel amic de nom Adriano, que este amor coneixíe, prenén un día al caure la nit dos rocíns de llogué y ficánlos damún dos valijes, potsé plenes de palla, van eixí de Florencia, y donán una volta, cabalgán, a les planes del Muñone van arribá sén ya de nit; y entonses, fen vore que tornaben de la Romaña, cap a la venta van aná y van cridá al bon home; este, com los coneixíe mol be als dos, los va obrí la porta enseguida.
Pinuccio li va di: - Mira, tens que donámos albergue esta nit: pensabem que podríem arribá a casa, pero no ham pogut apurámos tan.
A lo que lo possadé va contestá:

- Pinuccio, be saps quínes comodidats ting pera albergá a hómens nobles com vatros; pero com esta hora tos ha agarrat aquí y no ña tems pera que pugáu aná a un atre puesto, tos albergaré de bona gana tan be com puga.

Apeánse, pos, los dos jovens, y entrán a la venteta, primé van acomodá los seus rocíns y después van sopá. A la venteta sol ñabíe una alcobeta a la que ñabíen tres llitets colocats com milló se podíe; y sol habíe quedat espay pera móures en estretó.
De estos tres catres, va fé lo home preparán un, lo menos roín, per als dos compañs, y los va fé gitá; después, al cap de un rato, sense dormí cap dells encara que féen vore que dormíen, va fé lo possadé gitás a la seua filla a un dels dos llits que quedaben y al atre se van embutí ell y la seua dona, y a la vora del camastro aon dormíen van ficá lo bressol del chiquet. Y están les coses de esta guisa dispostes, y habénu vist tot Pinuccio, después de un rato, pareixénli que tots estaben adormits, se va eixecá sense fé soroll y se va colocá al llitet aon la jove estabe tombada. Ella lo va acullí be, encara que en temó, y allí van chalá tan com van pugué. Y están aixina Pinuccio en la jove, va passá que un gat va fé caure un topí, y la dona, despertánse, se va eixecá, pensánse que no foren lladres, aixina a la oscurina, y sen va aná allí aon habíe sentit lo soroll.
Adriano, poc después, per una nessessidat natural se va eixecá y anán a satisféla va entropessá en la cuna, y com no podíe passá sense eixecála, la va alsá de aon estabe y la va ficá a la vora del llit aon ell dormíe; y fet alló per a lo que se habíe eixecat, va torná, sense preocupássen mes del bressol, y se va torná a gitá.
La dona, habén trobat lo topí per enterra, después de renegáli al gat, va torná a la alcobeta, y a paupóns va aná dreta cap al llit aon dormíe lo seu home; pero no trobán allí la cuna, se va di:

- ¡Ay, desgrassiada de mí! Mira lo que anaba a fé, casi me embutixgo al llit dels meus cliéns. Y trobán la cuna una mica mes allá, se va gitá al llit aon estabe Adriano sol, creén que se gitabe en lo seu home. Adriano, que encara no se habíe adormit después de eixecás, al sentíla la va ressibí be y alegremen; y sense di ni chut va tensá la ballesta y la va descarregá en gran plaé de la dona.
Después, pensánse Pinuccio que lo podríen enchampá en la jove, va voldre torná al seu llit, se va eixecá, y a paupontes, trobán lo bressol, va pensá que aquell llit ere lo dels possadés; per lo que, avansán un poc mes, se va gitá al del possadé, que en la entrada de Pinuccio se va despertá. Pinuccio, creén que estáe a la vora de Adriano, va di:
- ¡Be te dic que may hay tingut una cosa tan dolsa com Niccolosa! Per lo cos de Cristo, hay tingut en ella lo plaé mes gran que may un home ha tingut en cap dona; y te dic que hay baixat sis vegades a la vila desde que men hay anat de aquí.

Lo venté, sentín estes notissies y no agradánli massa, se va pensá:
- ¿Qué dimonis fa este aquí?-.

Después, mes enfadat que prudén, va di:

- Pinuccio, la teua ha sigut una gran villanía y no sé per qué tens que fém aixó; pero per lo cos de Cristo me la pagarás.
Pinuccio, que no ere lo jove mes sabut del món, al acatássen del seu error no va corre a enmendál com milló haguere pogut sino que va di:

- ¿Qué te hay de pagá? ¿Qué me podríes fé?

La dona del venté, que creíe que estabe en lo seu home, li va di a Adriano:
- ¡Escolta, los nostres cliéns están reñín per no sé qué!
Adriano, rién, va contestá: - Díxals en pas, van beure massa anit.
La dona, pareixénli que habíe sentit al seu home quirdá y sentín ara a Adriano, en seguida va vore aón estabe y en quí; per lo que, discretamen, sense di res, se va eixecá, y prenén la cuna del seu fillet, com la alcoba estabe encara a fosques, la va portá jun al llit aon dormíe la seua filla y a la vora della se va tombá; y, fén vore que se despertabe pel abalot del home, lo va cridá y li va preguntá qué passabe en Pinuccio.
Lo home va contestá:

- ¿No has sentit lo que diu que ha fet esta nit en Niccolosa?
La dona va di: - Mentix en tota la boca, que en Niccolosa no se ha gitat; que yo me hay tombat aquí en cuan no hay pogut dormí mes; y tú eres un animal per créuretu.
Bebéu tan per la nit que después ensomiéu y anéu de aquí cap allá sense enteráton y tos pareix que feu algo gran; ¡gran llástima es que no tos trenquéu lo coll! ¿Pero qué fa al teu llit Pinuccio? ¿Per qué no está al seu catre?
Adriano, veén que la dona discretamen la seua deshonra y la de la seua filla tapabe, va di:
- Pinuccio, te u hay dit mes de sen vegades, que no vaigues donán voltes, que este vissi teu de eixecát adormit, sonámbul, y contá fábules que ensomies te portará alguna vegada una desgrássia; ¡Tórna cap aquí!

Lo venté, sentín lo que díe la seua dona y lo que díe Adriano, va escomensá a créures que Pinuccio caminabe adormit; per lo que, agarránlo dels muscles, lo va escomensá a sacsá y a cridál, dién:

- Pinuccio, despértat, entórnaten al teu llit.

Pinuccio, habén sentit lo que se habíe dit, va escomensá, com si ensomiare, a di datres dessatinos; de lo que lo venté sen enríe mol. Al final, com encara lo sacsabe, va fé vore que se despertabe, y cridán a Adriano va di: - ¿Es ya de día, que me crides?

Adriano va di: - Sí, víne aquí.

Ell, fen vore que teníe molta son, se va eixecá del llit del venté y sen va entorná al llit en Adriano; y vingut lo día y eixecánse lo possadé, va escomensá a enríuressen y a enfótressen dell y dels seus somnis. Y aixina, bromeján, preparán los dos jovens los seus rocíns y ficánlos damún les valijes y habén begut en lo venté, puján a caball van acudí a Florencia, no menos conténs del modo en que la cosa habíe passat que de los efectes de la cosa. Y después, trobán atres víes, Pinuccio se va trobá en Niccolosa, que li afirmabe a sa mare que este verdaderamen ensomiabe; per lo que la dona, enrecordánsen de los abrassos de Adriano y de la ballestada, se creíe que ere la única que habíe velat.

Dos joves se alberguen a casa de un. En la seua filla sen va un a gitás, y la seua dona se gite en l´atre. Lo que estabe en la filla se gite en son pare y lay conte tot, creén que parláe en lo seu compañ. Se arme un gran abalot, la dona, donánsen cuenta, se embutix al llit de la filla y después en algunes paraules los passifique a tots.



JORNADA NOVENA. NOVELA QUINTA.

JORNADA NOVENA. NOVELA QUINTA.

Calandrino se enamore de una jove, Bruno li fa un breve a un pergamino, y al tocála en ell, sen va en ell; y sén trobat per la seua dona, tenen una gravíssima riña.

Acabada la historia de Neifile, sense que massa sen enrigueren della o parlare la compañía, la reina, volta cap a Fiameta, li va maná que continuare, y ella va escomensá:

Nobilíssimes siñores, com crec que sabéu, no ña res de lo que se parlo que no agrado mes si lo momén y lo puesto se tríe be pera parlá de alló. Y per naixó, mirán aón estem y perqué ham vingut aquí, tot lo que pugue proporsionámos diversió y entretenimén té aquí lo seu momén y lloch oportú. Per naixó, encara que moltes vegades se haigue parlat entre natros de les aventures de Calandrino, que totes són divertides, ton contaré una mes. Si de la verdat de los fets haguera vullgut o vullguera apartám, be hauría sabut en atres noms compóndrela y contála; pero com lo apartás de la verdat de les coses passades al novelá es disminuí mol la chalera dels oyéns, en la forma verdadera, ajudada per lo ya contat, to la contaré.

Niccolo Cornacchini va sé un consiudadá nostre y un home ric; y entre les seues atres possessións ne va tindre una mol maja a Camerata, a la que va fé construí una honorable y rica torre, y en Bruno y en Buffalmacco va consertá que lay pintaren tota. Estos, com ere molta faena, se van emportá en ells a Nello y a Calandrino y van escomensá a traballá. Allí ñabíe sol alguna alcoba amoblada en un llit y datres coses oportunes y una criada vella vivíe tamé com a guardiana de la possessió. Acostumbrabe un fill del dit Niccolo, que teníe per nom Filippo, com ere jove y solté, a portá alguna vegada an alguna dona que li agradabe, la teníe allí un día o dos y después la despedíe.

Ara be, entre atres vegades va passá que ne va portá a una de nom Niccolosa, a la que un rufián, lo Tragón, la teníe a la seua disposissió a una casa de Camaldoli, y la donáe de llogué. Ere esta de mol maja figura y estabe ben vestida y, en relassió a les del gremio, ere de bones maneres y parlabe be; y habén un día a michdía eixit de la alcoba en unes enagües de fustán blang y en lo pel esturrufat, y están rentánse les mans y la cara a un pou que ñabíe al pati de la torre, va passá que Calandrino va acudí allí a buscá aigua y la va saludá. Ella, contestánli, va escomensá a mirássel, mes perque Calandrino li pareixíe un home raro que per coquetejá. Calandrino va escomensá a mirássela, y pareixénli maja, va escomensá a trobá excuses y no tornabe aon los seus compañs en l´aigua.
Pero sense conéixela no se atrevíe a díli res. Ella, que sen habíe acatat de que la mirabe en bons ulls, pera fótreli lo pel alguna vegada lo mirabe, soltán algún suspiret; per lo que Calandrino se va encaprichá della, y no sen habíe anat del pati cuan ella va sé cridada a la alcoba de Filippo.

Calandrino, tornán a la faena, no fée mes que bufá, per lo que Bruno, donánsen cuenta, perque mol li mirabe les mans, com se divertíe mol en los seus actes, li va di:
- ¿Qué dimonis te passe, compare Calandrino? No fas mes que bufá.
A lo que Calandrino va di: - Compare, si tinguera qui me ajudare, estaría be.

- ¿Cóm? - va di Bruno.

A lo que Calandrino va di:

- No lay digues a dingú: ña una jove aquí que es mes hermosa que una hechissera, y se ha enamorat tan de mí que te pareixeríe cosa extraordinaria: men hay donat cuenta ara mateix, cuan hay anat a buscá aigua al povet.

- ¡Ay! - va di Bruno -, ojito que no sigue la dona de Filippo.
Va di Calandrino: - Crec que sí, perque ell la va cridá y ella sen va aná a la seua alcoba; ¿pero qué vol di aixó? A Cristo los hi ficaría yo, no ya a Filippo. Te diré la verdat, compare: me agrade tan que no podría díu.

Va di entonses Bruno:

- Compare, te explicaré quí es; y si es la dona de Filippo, arreglaré lo assunto en dos paraules perque la conec mol. ¿Pero cóm u farem pera que no u sápigue Buffalmacco? No puc parláli may que no estigue ell en mí.

Va di Calandrino:

- Buffalmacco no me preocupa, pero ojito en Nello, que es parén de Tessa y u espentolaríe tot.

Va di Bruno:

- Dius be.

Pos Bruno sabíe quí ere ella perque la habíe vist arribá, y tamé Filippo lay habíe dit. Una vegada que se va apartá Calandrino una mica de aon treballaben, Bruno va aná a vórela y los u va contá tot a Nello y a Buffalmacco, y juns de amagatóns van quedá en lo que faríen en este enamoramén seu. Y al torná Calandrino, li va di Bruno en veu baixa:

- ¿La has vist?

Va contestá Calandrino:

- ¡Ay, sí, me ha matat!

Va di Bruno:

- Vull aná a vore si es la que yo crec; y si u es, díxam fé a mí.
Baixán al pati Bruno y trobánse a Filippo en ella, los va contá per orden quí ere Calandrino y lo que li habíe dit, y en ells va arreglá lo que cadaú teníe que di y fé pera divertís y entretindres en lo enamoramén de Calandrino; y tornán aon Calandrino estabe, li va di:

- Sí que es ella: y per naixó aixó se ha de fé en mol coneiximén, perque si Filippo sen acatare, tota l´aigua del Arno no te rentaríe. Pero, ¿qué vols que li diga de la teua part si li puc parlá?
Va contestá Calandrino: - ¡Redéu! Li dirás que la vull mil fanegues de eixe bon be de impregná, y después que soc lo seu criat y que si vol algo, ¿me has entés be?
Va di Bruno:

- Sí, díxam a mí.

Arribada la hora de sopá y dixán estos la faena y baixán al pati, están allí Filippo y Niccolosa, se van quedá allí un rato en servissi de Calandrino, y este va escomensá a mirá a Niccolosa y a fé los mes extrañs gestos del món, tals y tans que sen hauríe donat cuenta hasta Quico lo cèlio de Tortosa. Ella fée tot lo que podíe pera calentál be y segóns los consells de Bruno, divertínse mol en los modos de Calandrino.
Filippo, en Buffalmacco y en los atres fée vore que charrabe y que no sen acatabe de este assunto. Pero al cap de un rato, en grandíssim fastidio de Calandrino, sen van aná; y venín cap a Florencia li va di Bruno a Calandrino:

- Be te dic que la fas fondre com lo gel al sol: per lo cos de Cristo, si portes lo rabel y li cantes alguna de eixes cansonetes teues de amors, la farás aviás per la finestra pera está en tú.
Va di Calandrino: - ¿Aixina u creus, compare?, ¿te pareix be que lo porta?

- Sí. - va contestá Bruno.

A lo que va contestá Calandrino:

- No tu creíes avui cuan te u día: per sert, compare, men dono cuenta de que sé fé lo que vull milló que atres. ¿Quí haguere pogut, mes que yo, enamorá tan pronte a una dona com esta? A bona hora u sabríen fé estos jovens de trompa marina que tot lo día se passen amún y aball y en mil añs no sabríen ajuntá una aumosta de calderilla.
Ara voldría que me veigueres en lo rabel: ¡vorás qué be que u fach! Y entén be que no soc tan agüelo com te pareixco: ella sí que sen ha donat cuenta, ella; pero de un atra manera lay faré notá si li fico les garres damún, per lo verdadé cos de Cristo, que li fotré tal repassada que me vindrá detrás com la tonta detrás del fill.
- ¡Oh! - va di Bruno -, te la ensumarás, ya me pareix vóret mossegála en eixes dens teues com a claus y eixa boca seua roijeta y eixes galtes que pareixen dos roses, y después minjátela sansera. Calandrino, al sentí estes paraules, li pareixíe está ficánles en obra, y anabe cantán y saltán tan alegre que no cabíe a la pell. Pero al día siguién, portán lo rabel, en gran chalera de tota la compañía va cantá acompañán en ell moltes cansóns; y en ressumen en tanta dropina va entrá de tan mirá an aquella, que no fotíe brot, sino que mil vegades al día, ara a la finestra, ara a la porta y ara al pati corríe pera vórela, y ella, segóns los consells de Bruno, li donabe ocasións. Bruno se ocupabe de les seues embaixades y de part della a vegades les hi donabe: cuan ella no estabe allí, que ere la majó part del tems, li fée arribá cartes della a les que li donabe grans esperanses (com Dickens faríe uns siglos después) als seus dessichos, mostrán que estabe a casa dels seus paréns, aon ell entonses no podíe vórela. Y de esta guisa, Bruno y Buffalmacco traíen de Calandrino la chalera mes gran del món, fen que los donare alguna vegada, com si u demanare la Siñora, una pinta de marfil, una bossa, una navalleta y atres chucheríes, donánli a cambi algunes sortijetes falses sense valor en les que Calandrino fée festes maravilloses; y ademés de aixó li traíen bones berenes y atres convits, per está ocupats dels seus assuntos.

Habénlo entretingut uns dos mesos de esta forma sense habé fet mes, veén Calandrino que la faena a la torre se anabe acabán y pensán que, si no portabe a efecte lo seu amor abáns de que estiguere acabada la faena, may mes podríe conseguíu, va escomensá a importuná mol y a solissitá a Bruno; per naixó, habén vingut la jove, com ya Bruno habíe arreglat en Filippo y en ella lo que se habíe de fé, li va di a Calandrino:

- Mira, compare, esta dona me ha prometut mes de mil vegades fé lo que tú vullgues y después no fa res, y me pareix que te está prenén lo pel; y per naixó, com no fa lo que prometix, lay farem fé, vullgue o no, aixó si tú vols.

Va contestá Calandrino:

- ¡Sí!, sí, per l´amor de Deu, fému pronte.

Va di Bruno:

- ¿Tindrás lo valor de tocála en un breve que te donaré yo?

Va di Calandrino:

- Claro que sí.

- Pos - va di Bruno - búscam un tros de pergamino notato y una rata penada viva y tres granets de incienso y una vela beneída, y díxam fé.

Calandrino se va passá tota la nit siguién intentán enchampá un rat penat en trampes y al final lo va cassá, y en les atres coses les hi va portá a Bruno. Este, retiránse a una alcoba, va escriure al pergamino sertes coses estrafalaries, lay va portá y li va di:
- Calandrino, entératen de que si la toques en este escrit, vindrá en seguida detrás de tú y fará lo que vullgues. Si Filippo sen va avui an algún puesto, arrímat de consevol manera, tócala y vésten a la pallissa que está aquí a la vora, que es lo milló puesto que trobaréu, perque no hi entre may dingú, vorás que ella acudix allí, y cuan estigue allí be saps lo que tens que fé.

Calandrino se va sentí lo home mes felís del món y prenén lo escrit va di:
- Compare, díxam fé a mí.

Nello, del que Calandrino casi se amagabe, se divertíe en este assunto tan com los atres y en ells interveníe a la burla; y per naixó, tal com Bruno li habíe manat, sen va aná a Florencia a vore a doña Tessa, la dona de Calandrino, y li va di:

- Tessa, saps cuáns cops te va fotre Calandrino sense raó lo día que va torná carregat com un ase catalá en les pedres del Muñone, y per naixó vull que te vengos: y si no u fas, no me tingues mes per parén ni per amic. Se ha enamorat de una dona de allá dal, y es tan marrana que va tancánse en ell moltes vegades, y avui mateix han quedat pera está juns; y per naixó vull que te vengos, que lo vigilos y lo castigos be.

Al sentí la dona aixó, no li va pareixe de broma, sino que eixecánse va escomensá a di:
- Ay, lladre públic, ¿assó me fas? Per la creu de Cristo, me les pagarás totes juntes.
Y prenén la seua toquilla y una sagaleta de compañera, enseguida, casi corrén en ves de caminán, en Nello sen van aná cap a la torre. Veénla vindre Bruno de lluñ, li va di a Filippo: - Ya ve lo nostre amic.

Filippo, anán aon Calandrino y los atres pintaben, va di:
- Maestres, men ting que aná a Florencia ara mateix: traballéu en ganes, que ya casi u teníu. Y fen vore que sen anabe, se va amagá a una part aon podíe, sense sé vist, vore lo que fée Calandrino. Calandrino, cuan va pensá que Filippo ya estabe prou lluñ, va baixá al pati aon va trobá sola a Niccolosa; y entrán en ella en conversa, y ella, que sabíe be lo que teníe que fé, arrimánseli, en mes familiaridat que la que li habíe mostrat li va mostrá, en lo que Calandrino la va tocá en lo pergamino. Y cuan la habíe tocat, sense di res, va adressá les passes cap a la pallissa, cap aon Niccolosa lo va seguí; y, entrán los dos a dins, ajuntada la porta va abrassá a Calandrino y damún de la palla que estabe an terra lo va aviá, y saltánli damún, espatarrada y ficánli les mans als muscles, sense dixá que li arrimare la cara, com en gran dessich lo mirabe dién:

- Oh, dols Calandrino meu, alma meua, be meu, descáns meu, ¡cuán tems hay dessichat tíndret! En la teua amabilidat me has robat lo cordó de la camisa, me has encadenat lo cor en lo rabel: ¿pot sé verdat que te tinga aquí?

Calandrino, casi sense pugué sorollás, díe:

- ¡Ah!, dolsa alma meua, díxam besát.

Niccolosa díe:

- ¡Quína pressa tens! díxam primé vóret al meu gust: ¡díxam omplím los ulls en esta dolsa cara teua!

Bruno y Buffalmacco sen habíen anat aon Filippo y los tres veíen y sentíen aixó; y anán ya Calandrino a besá a Niccolosa, en aixó que arriben Nello en doña Tessa. Este, al arribá, va di: - Votovadell, que están juns - y arrimánse a la porta de la pallissa, la dona, que petabe de rabia, lo va espentá y lo va fé anássen, y entrán a dins com una furia va vore a Niccolosa montán a Calandrino. Esta, al vore a la dona, se va eixecá de un bot, va fugí y sen va aná aon estabe Filippo. Doña Tessa va corre en les ungles cap a la cara de Calandrino que encara estabe tombat, y lay va esgarrapá tota; y agarránlo del pel y tiránlo de aquí cap allá li va escomensá a di:
- Gos brut deshonrat, ¿aixina que aixó me fas? agüelo tonto, maldit sigue lo día en que te vach voldre: ¿aixina que no tens prou faena a casa teua que vas treballán a les atres? ¡Vaya un bon enamorat! ¿No te coneixes, desgrassiat?, ¿no te coneixes, malnaixcut?, que exprimínte tot sansé no ixiríe suc ni pera una salsa. Per Deu que no ere la Tessa qui te va preñá, ¡que Deu la confongue an eixa sigue qui sigue, que ya es prou trist tindre gust per una joyeta tan bona com tú eres!
Calandrino, al vore vindre a la seua dona, se va quedá entre mort y viu, y no se va atreví a deféndres de cap manera. Esgarrapat, pelat y despelussat, arreplegán la capa y eixecánse, va escomensá humilmen a demanáli a la seua dona que no cridare si no volíe que lo tallaren a trossets perque aquella que estabe en ell ere la dona del amo de la casa. La dona va di:

- ¡Pos que Deu li dono mala ventura!

Bruno y Buffalmacco, que en Filippo y Niccolosa sen habíen enrit de este assunto al seu gust, fen vore que acudíen al abalot, después de moltes histories, van tranquilisá a la dona, y li van doná a Calandrino lo consell de que sen anare a Florencia y no tornare per allí, pera que Filippo, si algo sentiguere de aixó, no li faiguere cap mal. Aixina pos, Calandrino, triste y apocadet, pelat y esgarrañat sen va torná cap a Florencia, y no se va atreví a torná a la torre. Molestat día y nit per les reprimendes y amonestassións de la seua dona, lo seu ardén amor va acabá, habén fet riure mol als seus amics, a Niccolosa y a Filippo.


Calandrino se enamore de una jove, Bruno li fa un breve a un pergamino, y al tocála en ell, sen va en ell; y sén trobat per la seua dona, tenen una gravíssima riña.