dilluns, 30 d’agost del 2021

Cuan los cataláns volíen a Enrique IV, rey de Castella, com a Rey e Senyor

COLECCIÓN DE CARTAS ESCRITAS POR LA DIPUTACIÓN DE CATALUÑA,

CORRESPONDIENTES AL AÑO DE 1463.


ADVERTENCIA.

Hasta la última fecha citada, ocho de marzo de mil cuatrocientos sesenta y cinco, en que se aprueba la deliberación tomada en dos del propio mes, ninguna interrupción ha habido respecto al orden cronológico de los actos, sesiones, deliberaciones, correspondencias y demás, aun cuando, ya desde algún tiempo, ha de haberse observado la decadencia del cuerpo que representaba en cierto modo el espíritu del país, y la transformación consiguiente que aquel, por la misma causa hubo de sufrir. Así en un principio se ve obrar a la Diputación con toda su fuerza e influencia; más adelante, cuando los apuros crecen y aparecen defecciones inesperadas, aquel cuerpo se da la mano, como igualándose mutuamente sus poderes, con el concejo de la ciudad de Barcelona, en términos, que al pie de cada deliberación va la aprobación o desaprobación de la ciudad, notándose ya en este caso gran simplificación en lo concerniente a la parte que podría llamarse ceremonial del cuerpo; y por último, se llega ya al extremo de prescindirse enteramente de los individuos que componían los diferentes brazos, cuya asistencia en las sesiones del consejo general era indispensable para votar y deliberar, y se faculta a un determinado número de personas que, representando a la Diputación y a la ciudad, deliberen de común acuerdo con los pocos o muchos diputados u oidores que se hayan mantenido en su cargo hasta la fecha a que antes se ha hecho referencia, siendo de esta clase la última sesión y deliberación con que da fin el registro que concluye en la página precedente, y con la circunstancia, además, de llevar al pie una aprobación de la ciudad, cuando las que la preceden de su clase no la llevan, y de no advertirse al margen, según era costumbre, que las tres personas facultadas para deliberar con las que representan a la Diputación pertenezcan al Cuerpo municipal.
Otras variaciones pueden haberse observado en el decurso de estos importantes hechos, sobre todo en los que empiezan en el tomo anterior, a saber, la desaparición de la correspondencia oficial, desde el agosto del año mil cuatrocientos sesenta y dos en adelante, de modo que desde esta fecha quedan consignadas solamente en los registros las deliberaciones y se prescinde enteramente de toda carta; y luego la reducción del número de sesiones, en términos que, pasado el mes de enero de mil cuatrocientos sesenta y cinco, que contiene un número regular, se reducen las demás a una docena para llegar al julio del mismo año, o acaso al marzo del siguiente, pues hay que advertir, que se encuentra este mes con posterioridad al julio de mil cuatrocientos sesenta y cinco, aunque estas equivocaciones, frecuentes en las últimas páginas, son fáciles de adivinar en los demás casos y quizá se deban en gran parte al copista.
Inducen estas observaciones a pensar si podían haber influido en el ánimo de las personas que dirigían los negocios públicos, en la marcha de estos y por consiguiente en el orden y sistema de administrarlos y regirlos, ya que en todo se observa una transformación decadente, los fatales sucesos que tuvieron lugar durante el año mil cuatrocientos sesenta y cuatro, a saber, el hambre y miseria que se experimentaron en varios puntos del Principado, la inevitable entrega de Lérida al rey don Juan, la concordia entre este y don Juan de Beaumont, la batalla de Calaf, donde el condestable de Portugal, el mismo que habían aclamado por rey los catalanes, quedó vencido y derrotado,
mientras que hubieron de pasar al cautiverio la mayor parte de caudillos que representaban y defendían los principios proclamados por la Diputación; o por otra parte, si, para adoptar otro sistema menos complicado en la formación de los registros, se prefirió, desde la fecha ya citada anteriormente, separar toda la correspondencia de las actas y con ella arreglar otra colección especial de cartas, instrucciones etc. Por lo primero no sería de extrañar que los papeles concernientes a una causa vencida quedaran acaso en cierto desorden, y hubiera poco interés en coordinarlos o salvarlos: así se encuentra el único registro de cartas a que se alude presentando la fecha del primer documento que encierra, posterior de un año a la que lleva la última carta transcrita en el tomo precedente, y así se observa en la última página de aquel empezada una
carta que no concluyó, de manera que por ello no puede deducirse si faltan solamente folios al registro o si se extraviaron el volumen de cartas pertenecientes al tiempo intermedio que se indica y los que tal vez seguían al único salvado; y de lo segundo, ninguna duda puede quedar ya al lector, cuando el tomo que se conserva ofrece una serie no interrumpida de cartas, que guarda riguroso orden cronológico, con la particularidad de ser estas solamente las emitidas por la Diputación, y no a la vez las emitidas y recibidas, como se había practicado en los registros anteriores, cuando se copiaban al pie de las deliberaciones, lo que cuando menos revela un nuevo plan o sistema.
Este interesante volumen de correspondencia es el que ofrecemos, pues, a los lectores, con la idea de proporcionar todos los datos que puedan contribuir a poner en claro la turbulenta época en que reinó don Juan II, y de aglomerar materiales, aun cuando fueron inconexos (inconnexos) entre sí, para formar un conjunto diplomático sobre la misma época, con ayuda del cual, (conforme ¡remos acreditando en lo sucesivo,) pueda después el historiador trazar con toda imparcialidad y fácilmente el cuadro de los sucesos, y presentar a los que en ellos intervinieron con los grados de mérito o culpa que desapasionadamente se les deban atribuir. Sin apartarnos, por consiguiente, del sistema adoptado (odoptado) en todos los tomos ya publicados, y trasladando el volumen con la exactitud que corresponde, esto es, sencillo como puede serlo un copiador de cartas, sin que le preceda advertencia, portada o prefacio alguno, daremos principio por la primera carta que encierra, cuyo contenido es como sigue. 

Al molt alt e excellent senyor lo Rey de Portugal et cetera.
Illustrissimo e Serenissimo Senyor. Rebuda ab degut honor la letra de vostra excellencia scrita en Lisboa a VI de juliol prop passat e oyda la creença en virtut de aquella explicada per Alonso Periz apres la demostracio de bona voluntat e amicicia que vostra Altesa e los Illustrissimos Reys predecessors de aquella haveu e han hagudes als serenissimos Reys Darago de loabla memoria e a aquest Principat de Cathalunya e ciutat de Barchinona havem compres vostra senyoria haver enuig de les diferencies suscitades entre lo Rey don Johan e lo dit Principat per les quals remediar e pau e concordia procurar de bona voluntat se ofer intercessora mediadora e tractadora a efecte de esser restituhit lo dit Principat al dit Rey don Johan ab integracio de leys e libertats e seguretat de persones e bens e a la fi concloent que si fer no ho volem vostra celsitut enten valer al dit Rey don Johan avoncle seu contra los dits Principat e ciutat. Venints al fet de la resposta Senyor molt alt nosaltres som be certs de la amicicia e bona voluntat dessus dita e semblantment aquests Principat e ciutat tota via son stats afectats al servey de vostra Excellencia a la qual fem gracies infinides de la tramesa del dit embaxador e molt mes de la predita oferta la qual si en temps opportu venguda fos haguerem tant accepta quant de Rey o altre senyor del mon com aquell per lo qual desijam fer totes coses possibles lo dit empero Rey don Johan contra leys divines e humanes ha talment tractat lo dit Principat que fahent si matex e sa posteritat indignes de la senyoria ha covengut per restauracio de la cosa publica haver aquells per enemichs. E per que algun tant la Magestat vostra haje noticia de les coses jatsie aquelles amplament al dit embaxador sien stades narrades encara certificam vostra gran senyoria que feta per lo dit Rey don Johan contra tota umanitat e pietat capcio de la persona del Illustrissimo don Carles de gloriosa recordacio fill seu e cosingerma de vostra Altesa lo qual de obediencia honesta vida e conservacio ab compliment de moltes virtuts ere singularment dotat amich de Nostre Senyor Deu fahents testimoni los grans e maravellosos miracles que continuament se manifesten per merits del dit glorios don Carles lo dit Principat per satisfer a la fidelitat a que ere obligat la qual altrament salvar no podie com apres los dies del dit Rey don Johan la successio pertangues al dit don Carles primogenit seu ab molta pertinencia per mija de solemnes embaxadors prostrats ab scampament de moltes lagremes suplica e primerament de gracia e clemencia e apres de justicia insisti molt umilment per la sua liberacio fahents per aço molts actes deguts e permesos segons leys libertats e practiques del dit Principat los quals apres per lo dit Rey don Johan foren loats e approvats e ratificats ab composicio de certa capitulacio per ell e per lo dit Principat fermada solemnament jurada tirant a efecte daquiavant no poder recaure algun inconvenient entre lo dit Rey don Johan e dit don Carles fill seu ne lo dit Principat e singulars daquells. Seguida empero la mort del dit don Carles encontinent los dits cathalans usants de lur innata e intacta fidelitat ab gran amor e devocio demanaren e reberen en primogenit don Ferrando fill del dit Rey don Johan e per la sua edat admeteren en tudriu la Reyna dona Johana muller sua tot aço empero no obstant lo dit Rey don Johan retenint vers si odi contra los cathalans per destruir aquells e lurs leys e libertats hasta aliança ab lo Christianissimo Rey de França e per major eficacia de portar a fi son proposit proposit liura e mes presonera en poder de sos enemichs la virtuosissima
princesa filla sua e dona o enpenyora al dit Illustrissimo Rey de França los comdats de Rossello e de Cerdanya qui son membres units e indissolublament
agregats al dit Principat segons per lo dit Rey don Johan e sos predecesors en lo introhit de lur regiment ere stat solemnament jurat. Ignorant e no cogitant lo dit Principat tals incidies alienacions e mals tractes com aquells qui de la promesa fe jurament e paraula reyal confiaven los dits Rey don Johan dona Johana don Ferrando fidelissimament solien no resmenys tracta ab intervencio de la dita Reyna dona Johana tudriu certa cedicio e o conjuracio en aquesta ciutat de Barchinona per matar nosaltres e los consellers a qui lo carrech de la cosa publica es comanat e altres gents daquella e procurar cautalosament comocio dels homens vulgarment dits de remença prenents color de no esser tenguts no voler paguar a lurs senyors los drets e servituts que habien acostumat als quals homens asigna per capita hun pages qui ab bandera reyal oficials e gran exercit e ma armada insolta lo dit Principat per les quals causes precedints diverses embaxades a la dita Reyna axi en la present ciutat de Barchinona com en la ciutat de Gerona on apres ana suplicants fes cessar los dits actes comocions tant tameraris e de irreparable perill fou per la dita Reyna apres molts tractats respost que hi havie fet e faye lo possible axi ab provisions e manaments en scrits com altrament pero que los dits homens aquells e aquelles no volien obtemperar la qual resposta encontinent per nosaltres e los dits concellers no volents tals carrechs a la corona Reyal fossen fets per los dits homens en no optemperar los manaments reginals e per conservacio del patrimoni Reyal e cedar tals comocions e perills fou delliberat fer exercit de gent a cavall e a peu per asistir als oficials de la dita Reyna en fer optemperar sos manaments e castigar los culpables e axi fou fet e notificat a la dita Reyna del qual exercit fou capita lo comte de Pallars lo qual anant per la dita raho a la dita ciutat de Gerona per oferir se a la dita Reyna hague en contra dels dits homens de remença per celada que ells molts en nombre e hun cavaller de casa de la dita Reyna ab certa gent a cavall li havien mesa en lo cami e per gracia divina aquells rompe e desbarata e com fon prop la dita çiutat volent fora aquella atendar lo dit exercit per que no fos feta novitat alguna la dita Reyna qui ja tenia sos conceptes e tractes fets mana tancar les portes e feu acometre lo dit comte e la sua gent de ballestes e altres municions donant occasio de venir a les armes e los matexos dies lo dit Rey don Johan continuant la ruptura de la dita capitulacio per executar lo seu sinistre proposit e no volent se recordar dels grans serveys ampliacio exaltacio que lo dit Principat per sa amor e fidelitat havie fets al dit Rey e als gloriosos Reys passats entra lo dit Principat ab molta gent darmes cremant viles e lochs matant rescatant e robant homens dones e infants e apres pochs dies entraren les gents darmes de França en nombre de passats XIIII M. Pensar pot vostra Magestat aquestes coses eren de luny pastades e concertades per esser tot succehit en uns matexos dies car altrament fer no ere possible ab les quals gents franceses la dita Reyna e don Ferrando se mesclaren e lo dit don Ferrando armat e com a cap del exercit entrevenie e present ere en les execusions crueltats e inhumanitats ques fahien. En apres lo dit Rey don Johan ab son poder se ajunta ab la dita Reyna don Ferrando e francesos ab tots ensems tingueren siti per hun mes sobre aquesta ciutat per terra e per mar e discorregueren moltes parts del dit Principat cremants e destrouints prenents matants e rescatants viles castells lochs homens dones infants e esglesies ab gran inhumanitat e crueltat. Per les quals causes dessus dites e altres moltes lo dit Principat havent per indignes los dits Rey Reyna don Ferrando e posteritat lur de la Senyoria proclama en e per senyor lo Serenissimo e potentissimo senyor Rey de Castella a la corona del qual pertanyie. En axi que ni un sol moment sens Rey e Senyor star no fou nostre proposit. Si lo dit Illustrissimo Rey de Castella volia lexar e o de la sua corona segragar lo dit Principat segons pot esser cregut (vaya breva nos hubiese caído, y vaya pufo para Castilla, JA JA!!) tota via aquest Principat recorrera a Senyor pertinentment e deguda com loablament a acostumat car huncha fou ne sera sens senyor unit e ans sotz domini de Rey governat e regit vol esser. Adonchs vostra gran senyoria en ses eponderades les coses dessus dites les quals en fet e scriptura e la mes part son notories a Deu e al mon compendra nosaltres e lo dit Principat no haver fet alre que lo degut e que odiava la voluntat cupiditat de regiment bens oficis ne altres utilitats nons ha induhits mas sola necessitat de restauracio de la cosa publica a la qual apres Deu inmediadament e primer en orde stam obligats testificant ho la sacra scriptura ne duptam prosseguints tanta justicia a la qual com dessus es dit nos obligua la fidelitat e encare deute de caritat en respecte de la liberacio del dit don Carles cosingerma de vostra Magestat lo qual per levar li la succecio ere detengut. Vostra merce haura per loablas les coses per nosaltres fetes e no solament cessara fer guerra com a Rey virtuos e de molta prudencia dotat ans encara procurara tota indemnitat al dit Principat lo qual sempre sera dispost fer tots serveys possibles a vostra excellent senyoria la qual Nostre Senyor Deu mantingue e prosper longament segons desige. Scrita en Barchinona a XXVII de septembre del any MCCCCLXIII.
- De vostra excellencia devots servidors qui en gracia de aquella se recomanen los deputats del General e consell representants lo Principat de Cathalunya.
Domini Deputati et consilium mandaverunt mihi Anthonio Lombard.


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https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_IV_de_Castilla

Míral, pareix un moret: 


lo Serenissimo e potentissimo senyor Rey de Castella

dijous, 26 d’agost del 2021

Al tren. Clarín.

AL TREN

(Lo texto del llibre de Clarín no sirá igual que este)

Leopoldo Enrique García-Alas y Ureña (Clarín).

Lo duc del Pergamino, marqués de Numancia, comte de Peñasarriba, consellé de ferrocarrils de vía ampla y de vía estreta, ex ministre de estat y de Ultramar...


Lo duc del Pergamino, marqués de Numancia, comte de Peñasarriba, consellé de ferrocarrils de vía ampla y de vía estreta, ex ministre de estat y de Ultramar... está que bufe y agarre lo sel... ras del coche de primera en les mans; y al seu juissi té raó que li sobre. Figúronse vostés que ell ve desde Madrid sol, tombat tot lo llarg que es a un reservat, en lo que ha tingut que contentás, perque no va ñabé a la seua dispossisió, per torpesa dels empleats, ni coche-llit, ni cosa pareguda. Y ara, cuan milló dormíe, a mija nit, a la mitat de Castilla, li obrin la porta del seu departamén y li demanen mil perdons... perque té que admití la compañía de dos viachés nada menos: una siñora enlutada, cuberta en un vel espés, y un tinén de artillería.

¡De cap manera! No ña cortessía que valgue; lo noble español es mol inglés cuan viache y no se entreté en miramens medievals: defén lo home lo seu resservat poc menos que al sport que ha adeprés a Eton, a Inglaterra, lo noble duc castellá, estudián inglés.

¡Un consellé, un senadó, un duc, un ex-ministre, consentí que entron dos desconeguts al seu coche, después de habé consentit en pressindí de una berlina-llit, al que té dret! ¡impossible! ¡Allí no entre ni una mosca!

La dama de dol, avergoñida, confusa, procure desapareixe, buscá refugi a consevol furgó aon pugue ñabé gossos mes fins... pero lo tinén de artillería li tanque lo pas ocupán la eixida, y en molta tranquilidat y finura defén lo seu dret, lo dels dos.

- Caballé, no nego lo dret de vosté a reclamá contra los descuidos de la Compañía... pero yo, y per lo vist esta siñora tamé, ting billet de primera; tots los demés coches de esta classe venen plens; an esta estassió no ña manera de aumentá lo servissi... aquí ñan assientos de sobres, y aquí mos embutirem. Lo jefe de la estassió apoye en timidés la pretensió del tinén; lo duc se creix, lo jefe sedix... y lo artillé cride a un cabo de la Guardia Sivil, que, enterat del cas, aplique la ley marsial al reglamén de ferrocarrils, y decrete que la viuda (ell la creu viuda) y lo seu tinén se quedon al resservat del duc, sense perjuissi de que este se queixo dabán de qui correspongue.

Pergamino proteste; pero acabe per calmás y hasta li oferix un magnífic puro al militar, del que acabe de sabé, acsidentalmen, que va al expresso a incorporás al seu regimén, que se embarque cap a Cuba.

- ¿Aixina que va vosté a Ultramar a defendre la integridat de la patria? - Sí siñó, al radé sortech (o sorteo) me ha tocat la china.- ¡Y vaya chinada!-

Dixo a ma mare y a la meua dona dolentes y dixo dos chiquets de menos de sing añets. - be, sí; es lamentable... ¡Pero la patria, lo país, la bandera!

- Ya u crec, siñó duc. Aixó es lo primé. Per naixó hi vach. Pero séntigo separám de lo segón. Y vosté, siñó duc, ¿aón sen va?

- Phs... per lo pronte a Biarritz, después al Nort de Fransa... pero tot aixó está mol vist; passaré lo Canal y repartiré los mesos de agost y de setembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn...
La dama del dol y del vel, ocupe silensiosa un racó del resservat. Lo duc no sen fixe en ella. Después de repassá un periódic, seguix la conversa en lo artillé, que es de poques paraules.

- Alló está mol mal. Cuan yo, per novatada de ministre, vach admití la cartera de Ultramar, pera adependre, me vach convense de que tenim que cauterisá la administrassió ultramarina, si se vol salvá.

- Y vosté ¿no va pugué aplicál?

- No vach tindre tems. Vach passá al estat, per los meus merits y servissis. Y ademés... ¡ñan tans compromisos! Oh, pero la insensata rebelió no durará; los nostres héroes defenen alló com a leons; miro vosté que es magnífica la mort del general Zutano... víctima de la seua valentía a la acsió de Tal... Zutano y un atre valén, un capitá... Lo capitá... no sé cuáns, van perí o morí allí pel mateix valor y lo mateix patriotisme que los mes renombrats martirs de la guerra. Zutano y lo atre, lo capitá aquell, se mereixen estatues; lletres de or a una lápida del Congrés... Pero de totes maneres, alló está mol futut... No tenim una administrassió... Conque ¿vosté se quede aquí pera pendre lo tren que lo porto a Santander? pos venga, bona sort, mols llorés y poques bales... Y si vol vosté algo per aquí... ya sap vosté, lo meu tinén, durán lo estiu, isla de Wight, Cowes, Ryde, Ventnor y Osborn...

Lo duc y la dama del dol y lo vel se queden sols al resservat. Lo ex-ministre procure, en discressió relativa, conversá.

La dama conteste en monossílabos, y a vegades en señes.

Lo de Pergamino, despechat, se aburrix. A una estassió, la enlutada mire en impassiensia per la finestreta.

- ¡Aquí, aquí! - cride de repén -; Fernando, Adela, aquí...

Una parella, tamé de dol, entre al resservat: la enlutada del coche los abrasse, plore damún del pit de l´atra dona, sofocán los gañols. Lo tren seguix lo seu viache. Despedida, abrassos un atra vegada, ploreres...

Se van torná a quedá sols la dama y lo duch.
Pergamino, mort de impassiensia, se aventure al terreno de les possibles indiscressions. Vol sabé a tota costa lo origen de aquelles penes, la causa de aquell dol... Y obté freda, seca, irónica, entre llágrimes, esta breve resposta:

- Soc la viuda del atre... del capitá Fernández.

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EN EL TREN.


El duque del Pergamino, marqués de Numancia, conde de Peñasarriba, consejero de ferrocarriles de vía ancha y de vía estrecha, ex ministro de Estado y de Ultramar… está que bufa y coge el cielo… raso del coche de primera con las manos; y a su juicio tiene razón que le sobra. Figúrense ustedes que él viene desde Madrid solo, tumbado cuan largo es en un reservado, con que ha tenido que contentarse, porque no hubo a su disposición, por torpeza de los empleados, ni coche-cama, ni cosa parecida. Y ahora, a lo mejor del sueño, a media noche, en mitad de Castilla, le abren la puerta de su departamento y le piden mil perdones… porque tiene que admitir la compañía de dos viajeros nada menos: una señora enlutada, cubierta con un velo espeso, y un teniente de artillería.

¡De ninguna manera! No hay cortesía que valga; el noble español es muy inglés cuando viaja y no se anda con miramientos medioevales: defiende el home de su reservado poco menos que con el sport que ha aprendido en Eton, en Inglaterra, el noble duque castellano, estudiante inglés.

¡Un consejero, un senador, un duque, un ex-ministro, consentir que entren dos desconocidos en su coche, después de haber consentido en prescindir de una berlina-cama, a que tiene derecho! ¡Imposible! ¡Allí no entra una mosca!

La dama de luto, avergonzada, confusa, procura desaparecer, buscar refugio en cualquier furgón donde pueda haber perros más finos… pero el teniente de artillería le cierra el paso ocupando la salida, y con mucha tranquilidad y finura defiende su derecho, el de ambos.

-Caballero, no niego el derecho de usted a reclamar contra los descuidos de la Compañía… pero yo, y por lo visto esta señora también, tengo billete de primera; todos los demás coches de esta clase vienen llenos; en esta estación no hay modo de aumentar el servicio… aquí hay asientos de sobra, y aquí nos metemos.

El jefe de la estación apoya con timidez la pretensión del teniente; el duque se crece, el jefe cede… y el artillero llama a un cabo de la Guardia civil, que, enterado del caso, aplica la ley marcial al reglamento de ferrocarriles, y decreta que la viuda (él la hace viuda) y su teniente se queden en el reservado del duque, sin perjuicio de que éste se llame a engaño ante quien corresponda.

Pergamino protesta; pero acaba por calmarse y hasta por ofrecer un magnífico puro al militar, del cual acaba de saber, accidentalmente, que va en el expreso a incorporarse a su regimiento, que se embarca para Cuba.

-¿Con que va usted a Ultramar a defender la integridad de la patria?

-Sí señor, en el último sorteo me ha tocado el chinazo.

-¿Cómo chinazo?

-Dejo a mi madre y a mi mujer enfermas y dejo dos niños de menos de cinco años.

-Bien, sí; es lamentable… ¡Pero la patria, el país, la bandera!

-Ya lo creo, señor duque. Eso es lo primero. Por eso voy. Pero siento separarme de lo segundo. Y usted, señor duque, ¿a dónde bueno?

-Phs… por de pronto a Biarritz, después al Norte de Francia… pero todo eso está muy visto; pasaré el Canal y repartiré el mes de Agosto y de Septiembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn…

La dama del luto y del velo, ocupa silenciosa un rincón del reservado. El duque no repara en ella. Después de repasar un periódico, reanuda la conversación con el artillero, que es de pocas palabras.

-Aquello está muy malo. Cuando yo, allá en mi novatada de ministro, admití la cartera de Ultramar, por vía de aprendizaje, me convencí de que tenemos que aplicar el cauterio a la administración ultramarina, si ha de salvarse aquello.

-Y usted ¿no pudo aplicarlo?

-No tuve tiempo. Pasé a Estado, por mis méritos y servicios. Y además… ¡hay tantos compromisos! Oh, pero la insensata rebelión no prevalecerá; nuestros héroes defienden aquello como leones; mire usted que es magnífica la muerte del general Zutano… víctima de su arrojo en la acción de Tal… Zutano y otro valiente, un capitán… el capitán… no sé cuántos, perecieron allí con el mismo valor y el mismo patriotismo que los más renombrados mártires de la guerra. Zutano y el otro, el capitán aquél, merecen estatuas; letras de oro en una lápida del Congreso… Pero de todas maneras, aquello está muy malo… No tenemos una administración… Conque ¿usted se queda aquí para tomar el tren que le lleve a Santander? Pues ea; buena suerte, muchos laureles y pocos balazos… Y si quiere usted algo por acá… ya sabe usted, mi teniente, durante el verano, isla de Wight, Cowes, Ryde, Ventnor y Osborn…

El duque y la dama del luto y el velo quedan solos en el reservado. El ex-ministro procura, con discreción relativa, entablar conversación.

La dama contesta con monosílabos, y a veces con señas.

El de Pergamino, despechado, se aburre. En una estación, la enlutada mira con impaciencia por la ventanilla.

-¡Aquí, aquí! -grita de pronto-; Fernando, Adela, aquí…

Una pareja, también de luto, entra en el reservado: la enlutada del coche los abraza, sobre el pecho de la otra mujer llora, sofocando los sollozos.

El tren sigue su viaje. Despedida, abrazos otra vez, llanto…

Quedaron de nuevo solos la dama y el duque.

Pergamino, muerto de impaciencia, se aventura en el terreno de las posibles indiscreciones. Quiere saber a toda costa el origen de aquellas penas, la causa de aquel luto… Y obtiene fría, seca, irónica, entre lágrimas, esta breve respuesta:

-Soy la viuda del otro… del capitán Fernández.

FIN.

dimecres, 25 d’agost del 2021

PLANT DE NOSTRA DONA SANTA MARÍA. Ramon Lull, mallorquí.

EL LLANTO

DE LA VIRGEN (VÍRGEN).

Esta composición poética no es la primera que escribió Raimundo Lulio después de su conversión. Antes que poeta místico, abandonado que hubo las quimeras del mundo y su estro de trovador, se ejercitó en la poesía didáctica, rimando un tratado de Lógica que citan D. Nicolás Antonio en su Biblioteca antigua española, el P. Pascual en sus Vindicias lulianas y otros autores. El mismo Lulio nos habla de este poema en su Doctrina pueril, de cuya obra al parecer formaba aquel un apéndice. Después de inducir a su hijo, para quien escribió la Doctrina, a que se dedicase al estudio de la lógica para venir en conocimiento de la verdad, le dirige las siguientes palabras. - "Antes de estudiar la lógica en latín, apréndela en lengua vulgar y en rima, así como se contiene al final de este libro, lo cual te aconsejo para que de este modo la puedas después entender mejor, mediante la ayuda de Dios."

Lulio a imitación de los árabes, que tanto estudiaba, se aficionó a la didáctica, y así como ellos hacían objeto de sus poemas todas las ciencias por sutiles y abstractas que fuesen, nuestro autor no se arredró ante la dificultad de emplear su numen, en rimar una Lógica y más tarde unas Reglas para la aplicación del arte general, materias de suyo aridísimas para la poesía. Mas nada podemos decir con respecto al mérito de la primera porque no ha llegado a nuestros días; pero a juzgar por lo demás que de poesía didáctica nos ha dejado Raimundo, nos inclinamos a creer que no sería sin duda la mejor hoja del lauro poético del autor.

Hacia la misma época empero, o sea en el espacio que media entre los años de 1275 a 1282, en que escribió Lulio el tratado de Lógica en verso, parece que trazó también su elegía titulada Llanto de la Virgen. Durante este tiempo pasó Raimundo retirado en el colegio de Miramar cuya fundación había promovido, los días más sosegados de su existencia: calma breve sí, pero fructífera, y a la que debemos excelentes libros. En la tranquilidad de aquel retiro fue pues donde Raimundo, al mismo tiempo que escribía el precioso opúsculo de Oraciones y Contemplaciones, elevada su alma en alas de su devoción, trazaba el canto elegíaco de que nos ocupamos, dirigido a pintar la desolación de María al presenciar la angustiosa pasión y muerte de su divino hijo.

Esta composición está escrita con pureza, y sus versos son muy sentidos. Bellos son los apóstrofes que dirige la madre del Salvador a Judas que tan traidoramente vendió a su maestro; bella la queja que dirige al Eterno Padre por la deslealtad de los judíos.
- "Cómo a tanto te atreviste? dice al Iscariote. ¿Cómo tu boca asquerosa se atrevió a besar a mi hijo, tan cumplido en todo, y cuyos labios manan el aroma de la verdad, y la dulzura de los buenos consejos? ¡Cuánto le has ofendido con tu repugnante contacto!” - No son menos notables las exclamaciones de María al verse desamparada de todo el mundo, y las que le inspira la negación de San Pedro: - Preso está mi hijo, dice; llévanselo los judíos sin que nadie levante una palabra en su defensa; sin que yo, pobre y desvalida mujer, pueda estorbarlo. ¿Y no hay uno siquiera entre vosotros que le ayude?" - "Amedrentado por los judíos ha negado San Pedro a Jesús. ¿Y cómo no hubo más temor de mi hijo, que es su Dios y Criador? Y eres tú, Pedro, aquel a quien confió el cuidado de su rebaño, y a quien hizo pastor de sus ovejas! Tan atribulada me tienes por el poco amor que a tu maestro has demostrado, que no cesa de plañir mi boca, ni mis ojos de llorar." - Después se dirige a la muchedumbre y dice: - “ ¿No hay nadie entre vosotros que tenga compasión del que tanto nos ha dado, y que tanto sufre por nosotros?" - Al ver escarnecido a Jesús a quien escupían los judíos en el rostro, exclama: - "Oh cara gloriosa, cuya vista tanto placer me daba! ¡cuánto me holgaría de poder enjugarte siquiera! " - Y en otra parte se plañe de este modo: - “Desnudado han a mi divino hijo. Aquel que señor es de la tierra y de los mares, no tiene un miserable harapo con que cubrirse! Ay triste! Cuando veo caer sobre él tantos vituperios, mi razón se desvanece y mi pecho estalla de dolor. Señor, tomad ese mi velo para cubrir vuestras carnes, ya que vuestros enemigos escucharme no quieren." - Y al espirar (expirar) el Salvador, vueltos los ojos al cielo, exclama (esclama) fuera de sí: - “MiguelQuerubín, SerafínGabriel y Rafael, bajad y horrorizaos de la muerte que dan los infieles a su Salvador! Mirad como espira sediento, sin más refrigerio en su boca que hiel y vinagre! ¡Ni Caín fue más impío con Abel que estos malvados!" -

La elegía que nos ocupa abunda en bellezas y es una de las del autor escritas con más pasión. Hubiéramos de traducirla entera para indicar todos los pasajes que nos parecen notables: mas consideramos inútiles las citas cuando puede quien quiera formar su juicio con la lectura del original que trascribimos.


PLANT DE NOSTRA DONA

SANTA MARÍA.


I.


Avava ab gran gaug la verge María

A veser (1) son Deu fill que haút havía,

Per lo Sant Esperit sens d'home paría,

E car son Deu fill e home sabía

Lo gran gaug, e'l plaer que per ell sentia

No es quil pogués dir; mas gens no sabía

L'íra n’ el desconort en qu'esdevenia,

Car Judas Schariot concebut havía

En trahir Jesu-Christ qui morir volía

Per nosaltres a salvar, e per donar vía

Com mays l'hom servescha e que cascun sia

Seu per compra de mort, car per nos moría.

II.

- Judas Schariot! tú has mon fill venút,

Lo qual mays val que tot quant n' has haút;

Donat has per argent lo senyor de virtud;

Tú eres per mon fill e per mí molt volgut;

Mí has fals enganada e tú n'est deçebut:

E si eu ne son trista, tú ne serás perdut.

Fals! ¿com has pogut vendre cell qui es mays temut

Qui en home e Deu, e rey es de salut?

Jo' n romanch dolorosa: e tu n'est abatut!

¡Judas fals e traydor! mon cor has combatut

Ab ira e dolor aytant com has pogut,

Perqu'en serás en infern combatut e vençut.

III.

Senyor! a tuyt mi clam de la gran trayció
Que han fayt a mon fill li fals jueu falló,
Qui en mí ses fayt home per lur salvació,
E tots temps ha fayt bé e falliment nó (2).
Ara lo m'han trahit, e l'han mes en presó.
Ah jueus traydors! ¿per qual intenció (3).
Avets trahit mon fill que del linatge fó
De Davit e Moyses segon profeció?
D'aquest tan gran trayment, lassa, irada'n só
Tan fort, que tota'm sent en consumació,
E tot quant ha en mí tot está en passió;
D'aquest mal qui n'es fayt ¿qui'n trobará perdó?

IV.

Judas! fals enemich de tot defalliment !
¿Com fuyts hanc tan ardit? ¿qual boca tan pudent
Basist mon Deu fill e amich de compliment,
Qui ha boca olent ab tan bell parlament
Que hanc mays no mentí n'en perlá ‘n falliment,
Ans en diu veritat tan virtuosament,
Que null hom viciós ne qui' n sia mintent
No la deuria baysar per negun trayment?
E tú fals, ergullos, has donat baysament
A mon fill qui es Deu e home exament,
Lo qual soven baysaba tan amorosament!
Ah fals! ¿com l'has trayt per ton vil tocament?

V.

Judas! tú has donat un bays per senyal fal
Per portar a mort lo meu fill que tant val,
E qui encresía de persona leal,
Enemich de virtud e en tot ple de mal,
Car has fayt fals senyal, tú n'haurás tal trebal
Que tostemps n'estarás en lo foch infernal:
Trista hanc mays no fó segons dret natural
Que ab falsa semblança hom visques en l'hostal
Mostrar veritat de nulla re corporal,
E aysó mateix es de causa spiritual;
E tú, fals mostrador, has mostrat hom vidal
Qui en cuant es Deu no pot esser mortal.


VI.

Dolenta marrida, lo meu fill está pres;
Menenlosen jueus sens qu'ell no es defes
Ne eu que som fembra no y poria fer res.
¿Há negú entre vos qu´ ajudar y pogues?
Anava la puella pres son fill e espes
Demandava ajuda e tirava ses manes,
Sos cabells e sa cara rompía, e no es
Qui li donás ajuda, com si res no valgués
Ella ne son Deu fill, perque pietat es
Ausir lo desconort en lo qual ella s´mes:
E com foren ves ella, vilá e descortes
Tuyt li seu companyón el juden mal apres (4). -

VII.

Estava la regina molt fortment irada
Com per los seus si era desamparada,
Car sino Sant Johan per tots fó lexada;
Cridava la donçella: - Lassa! ¿on es anada
La nostra companya qui m'ha deshonrada,
Car m'han jaquida sola ab tant vil maynada?
Maynada del demoni, e qui m'ha donada
Tanta de pressura, e tanta de bocada
Que apenas mi sostench, tant fort son cascada. (5)
Lassa! e ja era per los meus aviada:
E si que hanc no fui en vers ells errada,
¿E per qual raysó m' han donchs exoblidada?

VIII.

Negat ha Sant Pere lo meu fill per pahor,
La qual hac dels jueus: ¿e no la hac major
De mon fill glorios qui es son creador?
E tú, Pere, qui eres un pobre pescador,
¿Has negat lo meu fill qui t'es honrat Senyor
E qui tú ha elet esser procurador
De totes ses ovellas, de qui t'ha fet pastor?
- Pere, dix la regina e dona de valor,
Tant fort mi has treballada per la pauca amor
Que aguist a mon fill per pauca de temor
De presó o de mort, per qu'em planch e' m plor,
…........

IX.

Estava lo meu fill entre´ els jueus cluchat;
Cascún colps li donava, dient: - ¿qui t'ha tochat?
Pus que tu 't fas profeta, devina veritat. -
Estava lo meu fill pacient e sanat
Per donarnos eximpli de gran humilitat
E de gran paciencia; perque fa gran pecat
Qui no pren son eximpli qui tant li ha costat
E qui no fa ço que pot com él sia honrat.
Ah senyors! com son trista com tant pauch es amat
Lo meu fill Deus, qui nos ha tant donat,
E que per nosaltres es tan fort avilat.
¿Ha negun entre vos qui n' haja pietat?

X.

Pres es estat mon fill e per villania;

En la sua cara cascun li escopía;

Cara de Deu e home e on tot bé havia

En que veig escopir si ella podía

En ella escopir negú no y jaquía

E tant estava gran la inmundicia

Qu'en ella pausaven, que com la vesía

D'ella no‘m venia lo gaug que solía;

E car a ella, lassa, venir no podia

E que la denejás un pauch no moria.

Ah cara gloriosa, d'on joy me venia!

E com gran gaug hauria si tocar vos podia!

XI.

Per la cara e'l coll veig lo meu fill ferir
Ab las mans, e no 's mou, tant ama soferir
E seu trista e esper quant s' en volrán jaquir.
¡Ah cara a qui tany honrament e servir
E que hom vos deman perdó de son fallir,
Que en axí vos veig colpejar e ´scarnir
Per tant malvat jueu ! ¿com se pot abstenir
Que no plor e no faça mant amargós sospir ?
Ah coll tan pacient ! ¿com podets sostenir
Tan spés feriment, ni eu com puch vivir
Vesentvos per tant hom tan fort envilanir,
Ni los malvats jueus no ugar de ferir ?

XII.

Ah trista de mon fill! ¿e con es deshonrats
Entre los mals jueus e homens armats
Qui l' escarnexen com si hagués peccats !
Ah jueus plens de mal e no escarniscats !
Aquel per qui serets jutjats e flastomats
Lo dia del judici per ço col deshonrats
Quant adonchs vos dirá: - Anats, malavirats,
En lo foch infernal, on tots temps estiats,
Car mi encolpavets de ço d' on sots nafrats !
Ah fill! per piétat un pauc mi esguardats,
E ab vostre veser a ma pena ajudats,
Car en vos scarnir es mon cor treballats.

XIII.

Despullat es mon fill e tot quant ha li par,
Cell qui es ver Senyor de terra e de mar,
No ha un petit drap de qu' es puscha abrigar.
Ah lassa! tant lo veig en aysi nutz estar,
E per los fals jueus tant fort vituperar,
Ab pauch no pert lo seny e'l cor vol esclatar;
- Senyors! aquest meu vel placiaus en él pausar:
Cells com a enemichs no´m volen escoltar.
Ah fill gloriós ! pus vos lexats despullar,
De vostra ignocencia nos vullats adossar:
Car eu no payria l' escarns qu'eus veig far (6),
Ne car eu, lasseta, nous puch abraçar. -

XIV.

Trista fui e marrida quant viu lo meu fill ligat,
Fill qui está Senyor de tot quant es creat;
Fill que hanc mays no feu falliment ni pecat;
En aysi com anyell que hom ha degollat,
Qui en res no ´s defen e 's mon fill sanujat
Per pendre e ligar a la lur volentat,
Los braços tant forts ab un filet delgat: (7)
Mas açó ell sofería per sa humilitat
La divina natura qui tant l'ha exalçat,
Que tot quant ha creat a ell ho ha donat
E ab ell ajustada es hom e deytat. -

XV.

Estaba Jesu-Christ a un pilar ligat
E per dos forts ribaúts fortment era açotat,
Que lo cuyr dels costats n' havian tot levát.
Cridava la doncella: - ¿Ahont es pietat?
Ah jueus traidors ! e com es gran crueltat
En lo vostre coratge ple de gran falsedat ! -
Cridava la regina en alts crits a Pilat,
Que falsament havia son fill a mort jutjat:
Car en null falliment no l´havia trobat.
- Ah fill! dix la doncella, e com sots malmenat!
E com lo meu cor ab qu'eus he tant amat
Está en gran dolor e per vos treballat !

XVI.

De dos grans fusts fo fayt un molt greu bastiment
Per ço que lo meu fill en ell sofris turment,
Fayta' n fó la crotz on pren reperament
Trastot l'humá genre (8), e per avilament
Sobr´ el coll de mon fill lo posaren vilment,
Com si ell fos bastax li feren manament
Que ell portás la crotz qui pesa malament,
E per lo greu pes e per lo greu bastiment
Del seu cors glorios de tot mal ignocent.
E eu, lassa, qu´havia fort gran pesament
Cridava als senyors: - Fayts li'n tost acorriment!

XVII.

Com mon fill fó al loch on fó crucificat,
E en subines ells l' hagueren envessat,
E ab tres claus en la crotz forment lagron clavat
E de cascuna part cascú clau rebavat
Per ço que la pena fos en majoritat,
Car envers la terra estaba regirat (9),
La sanch qui' s decorría tot era calcigat,
Cascun son peu torcava e era despagat,
Com a la sanch de mon fill l´havia acostat,
Sanch qui de font exia de home deytat,
E quant eu lo volia baysar era' m vedat;
Ah lassa! ¿com no muyr o no m' est ajudat?


XVIII.


Per ço que al meu fill fos donat gran turment

E que fos escarnit per trastota la gent,

Ab corona d'espinas e cascuna punyent

Coronaren mon fill quax qui fa honrament

A rey per son regisme com pren honrament;

E cascuna espina entrava tant fortment

Per lo cap de mon fill que tot era sanguent,

E per tota la cara era decorriment,

Del cap tro als peus, mas la angoxos turment

Que eu, lassa, havia no es home vivent

Qui lo pogués pensar, car sols l'esguardament

Que mon fill me fasía m'era quax foch ardent.

XIX.

Com dreçaren la crotz e mon fill pendut vi
En aquell punt un gran colp en mon cor sentí
De tant gran dolor que un pauc no ´m morí:
E la sanch e suor que d'aquell cors exí
Reguá lo payment, perqu' eu adonchs n' haguí
E bayselo molt car, mes per ço nos pertí
La ira ne dolor, ans tota me scarní
Quant sentí aquell sanch que Deus volch pendre en mí.
De mentre que mon fill penjava (10) en axí,
Cascun lo deshonrá e cascun lo escarní;
E'l meu fill callava, é ´l cap tenia clí
E al peu de la crotz Sant Johan era ab mí. -

XX.

Esguardá Jesu-Christ sa mayre e Sant Johan,

Ab esguart angoxós com a hom engoxán,

E dix a Sant Johan: - Ma mayre te comán;

Ella sia' n ta guarda duy may en aván:

E vos, mayre e dona, prenets per fill Johan. -

Trista quant eu viu que de mí feu comán

Cell qui no'm lexava nulla hora en quan,

Adonchs mi sentí sola e pensí en están

Que lo meu fill moría e que en gran afan

En aquest mon viuría, on visquí beneran

E ´n estar ab mon fill al qual dix en plorán,

- ¡Ah fill! menem ab tú, per mercé t´ho demán! -

XXI.

De mentre Jesu-Christ en la crotz pendía
En alts crits cridá que gran sed havía,
Car tota humiditat de son cors exía,
En sanch e en suor e per villanía;
Beuratje molt amar que sed no'n havía
De sutja e de fel vinagre on metía
En la sua boca que mal no desía,
Boca douça d'amor e qui no mentía.
Ah, lassa marrida ! ¿com tanta aygua sia,
Que es aço que mon fill, pus tant lo volía
No 'n pogué gens haver pus creada l' havía ?
Trista fui quant no li 'n poguí dar aquell dia!

XXII.

Sentia Jesu-Christ en la crotz gran turment
Per las nafres dels peus, e per lo posament
De la sua persona, car en dislungament
Era de sos nirvis è p'el coronament
De cascuna espina que era trop punyent
En cara que havía aytant gran sentiment
De pena e dolor, com fó lo falliment
De tot l' humá linatge e de li primer parent,
Per ço que en fos fayt nostre reperament,
Altre dolor havía Christ en son pensament
Quant vesia sa mayre en tan gran languiment,
Encara que son cors mays fort n' era sintent.

XXIII.

Sentia nostra dona per son fill grans dolors,
Tant que tota estava en sospirs e en plors:
E en axí temblava com fembra per pahors (11)
Lo seu cors sant verge tot era 'n grans suors,
E lo cor se depertia per força de langors,
Tant gran dolor havía que hanc no'n fó majors.
Las suas mans torcía, e cridava: - Senyors !
Volentera morría, car les grans deshonors
E la pena que dats a mon fill, qui amors
Lo fan morir en crotz per tuyts li peccadors,
Mi costrenyen tant fort mon cor ab amargors
Que tot se desleya e´s baxa en dolors (12).

XXIV.

Levava nostra dona les mans e 'ls uyls al cel,
En altes votz cridava: - L'arcangel Sant Miquel, (13)
Cherubin, Seraphin, Gabriel é Raphael,
Avallats e vejats esta mort tan cruel,
La qual fan a mon fill li malvat infael,
Sens que ell no ha colpa, ans es estat feel
Al payre qui 'l tramés en mí per Gabriel:
Veus com mor de séd e donenlí de fel
Ab sutja e vinagre, pus contrari a mel
Que no es foch ardent a pluja ni a gel.
Ah Senyor ! ajudats, car hanc Cayn d' Abel
No hac mes crueldat com han aquest infael.

XXV.

Cridava lo Senyor qui morí en la crotz
Al seu payre Deu, e gitava sanglotz
Per angoxa de mort que soferia per tots:
- Oh Sant Pare, mon Deu! Vos qui tan bell sots
Pren lo meu esperit car mudar lo pots
D' Adam e los prophetes e desligaralnots
Del pecat original qui estava en tots.
Ah Payre gloriós ! vullats ausir ma vots
E perdonats est layre qui pres mi es en crotz,
Car en mí se confia que eu lo guart de lots
Hon estan li demoni en l' abís mays de sots,
Los quals tracten ma mort e fan d'ira fals mots.

XXVI.

Extremis Jesu-Christ è reclamet Ely, (Elí, Elí, lemá sabakhtháni?)
Qui es entrepetat: "Tú qui est Deu de mí, (14)
Deus de l'humanitat la cual el relinquí,
En lexarla morir mas d'ella no's partí (15),
Mas volch que morís per ço que hagués fí
L'original peccat que per sa mort delí."
E adonchs Jesu-Christ espirá e morí.
En lo punt de la mort lo sol s´escuray
E si 's feu la luna, e 'l temple s´estomí;
Morí en quant hom, no en quant era daví:
Sa mayre qui´l viu mori al soll casi se jaquí,
E dix a la mort: - Ah mort! portatsne a mí!

XXVII.

Al cors de Jesu-Christ estava restaurat

Un fort petit de sanch per ço que calcigat

No fos per els jueus; mas Longí al costat

Lo ferí ab la lansa e ha lo cor trancát

D'on exí aygua e sanch que ha Longí tocat

En los ulls perque ha son vesér recobrat,

E d'aygua e de sanch fó lo payment rosat.

Maravellás Longí quant vi la claredat,

E de la mort de Christ hac molt gran pietat,

E penedís molt fort com lo hac nafrát,

E eu, lassa, com viu que Longí fo sanát,

Dix als jueus: - Vejats com havets trop errat!

XXVIII.


Quant viren los jueus que Christ fo trespassats,

Cascun lo lexá, e fó acompanyats

De sa mayre e Johan e no d' altre home nats.

Lo dól qu' abdos fasien no pot esser comptats:

De mentre axí ploraven e mitg jorn fo passats

Joseph d' Arimatias qui era molt privats

De Jesu-Christ, demaná a Pilats

Lo cors de Jesu-Christ e ha li atorgats:

Si qu'ell e Sant Johan de la crotz l' han levats

E la douça puella prenlo en los seus brats,

E ‘n un nou moniment l' han tots tres pausats,

Ab una nova tela en ell l´han soterrats.


XXIX.


Maria Magdalena vench al moniment

On trobá la regina en desconsolament,

E si's feu Sant Johan e pregá humilment

La puella d' amor que vingués mantinent,

Al hostal e prengués un pauch de recreament (16).

- Ah ! dix la regina, tan greu depertiment

Es aquest que eu fas de mon fill, car no sent

Virtut ne força en anant ne en sient. -

E adonch la regina donant baysament

A la peyra del vás ab tal suspirament,

Que pauch no fó son cor ab gran esclatament,

Vench ab Magdalena en ella sustinent.

XXX.

Quant abdos foren vengudes a maysó,
Maria Cleofé e María Salomó
Estaven en la cambra en desconsolació;
Quant veren la regina que no‘ls dix oc ni no (17),
Car quax morta estava, mudaren lo sermó
Que elles li dixeren, no doná responsó,
Car pres era de mort per la greu passió
Que membret de son fill que a greu tort mort fó,
E' sguardá la regina ça ella enviró
Si veuria son fill rey de la mar e l' tro...............

XXXI.

De mentre nostra dona estava en plorar
E en torcer ses mans e en suspirs gitar,
A l´hostal vench Johan e volc la consolar.
La regina que plorava hanc no ´s pot star (18)
Que ab ella no plorás e si volch esforçar;
Dix a la regina que no volgués membrar
Lo seu fill e sa mort per ço que repausar
Poguessen, car no ho poría molt durar.
- Ah Johan! dix la donçella, no sabs be consolar
Car en membrar mon fill mort no‘m pot sobrar (19)
E si lo oblidava fallir mi ha amar,
Perque eu te prech fill qu'em vulles d'ell perlar.

XXXII.

Finit es aquest plant qui es tan dolorós,
De la Verge regina mayre de peccadors,
Lo qual vol que canten los grans e los menors
La douça doncella qui es dona d' amors;
Perque eu Ramon Lull qui del cant ay dolors
Do als uns e als altres per ço qu´ els langors
Membren de nostra dona e la gran deshonors
Qu'es fayta a son fill per Prelats e Senyors,
Car en la Terra Sancta no fan dir lausors;
E si nostra dona hagués ara dolors
Quant tant pauch honren son fill, les hagrá majors.
A vos Verge regina coman est cant d' amors.


VARIANTES.

(1) En veser son Deu fill que haút havia,

(2) E tots temps ha fayt bé é falliment no fó.

(3) Ah Judas traidor! ¿per qual intenció

(4) Tuyt li seu companyon e'l jueu mal apres.

(5) Que apenas mi sostench, tan fort son castada,

(6) Car eu no poria l' escarns qu'eus veig far,

(7) Los braços tant forts ab un filet ligat.

(8) Trastot l' humá linatje, é per avilament

(9) Car envers la terra estava regitat,

(10) De mentra que mon fill pendia en axí,

(11) E enaxí semblava com fembre per pahors

(12) Que tot se desfasia e 's baxa en dolors.

(13) En altas votz cridava: - L'angel Sant Miquel,

(14) Qui es interpretat: "Tu qui est Deu de mi

(15) En lexarse morir mas d' ella no parti,

(16) Al hostal é presés un pauch de recreament.

(17) Quant vereu la regina que no'ls dix oc, no,

(18) La regina que plorava mic no's pot estar

(19) Car en membrar mon fill, la mort no ‘m pot sobrar,

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Las estrofas VIII y XXX están incompletas en los dos códices que tenemos a la vista.


///
Continuará a Regne de Mallorca.....

Ramon Lull, Raimundo Lulio, Ramón Lull, Lull, Lullus


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Lo agüelo y lo Mar. Chapurriau. Ernest Hemingway. Ramón Guimerá Lorente

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Traducsió de Ramón Guimerá Lorente, Moncho de Beseit, Beceite, Teruel, Matarraña.

                                               
Dedicat al grillat de Manel Riu Fillat, Manuelico Río Hijado el grillado.

Lo agüelo y lo Mar.  Ernest Hemingway.

Ere un vellet (agüelet) que peixcabe sol en una barqueta a la corrén del Golfo y fée vuitanta cuatre díes que no agarrabe cap peix. Los primés coranta díes habíe tingut en ell a un mosset. Pero después de coranta díes sense habé peixcat res, sons pares del mosso li habíen dit que lo agüelo estabe definitiva y rematádamen "salat", que ere la pijó forma de la mala sort; y per orde de sons pares, lo mosso habíe eixit en un atra barca a faená, que va agarrá tres bons peixos la primera semana.

Lo mosso se entristíe al vore al vellet torná tots los díes a casa seua en la barca forra, y sempre baixabe a ajudali a carregá los rolls de sedal, o lo bichero, lo arpó y la vela arrollada al mástil.
La vela estabe remendada, apedassada en sacs de farina, y pareixíe una bandera en permanén derrota.

La vela estabe remendada, apedassada en sacs de farina, y pareixíe una bandera en permanén derrota.

L´agüelo ere flaco y desgarbat, en arrugues profundes al clatell, nuca, la part de detrás del coll. Les pardes taques del benigno cáncer de pell que lo sol produíx en los seus reflejos al mar tropical, estaben a les seues galtes. Estes peques corríen per los costats de la seua cara hasta bastán aball, y les seues mans teníen les fondes sicatrius que cause la manipulassió de les cordes o maromes cuan se estire de peixos grans. Pero cap de estes sicatrius ere ressién. Eren tan velles com les erosións de un árid desert. Tot an ell ere vell, menos los seus ulls; y estos teníen lo mateix coló del mar, eren alegres y invensibles.

- Santiago (o Jaume) - li va di lo mosso puján per la vora desde aon quedabe varada la barca -. Yo podría torná en vosté. Ham fet alguna perreta.

Lo vell li habíe enseñat al mosso a peixcá, y li teníe cariño.

- No - va di lo vell -. Tú ixes en una barca que té bona sort. Seguix en ells.

- Pero enrecórdossen de que una vegada portáem vuitanta siat díes sense peixcá res y después vam agarrá peixos grans tots los díes durán tres semanes.

- Men enrecordo - va di lo vell -, y yo sé que no me vas dixá perque

hagueres perdut la esperansa.

- Va sé mon pare qui me va obligá. Yo soc un chiquet y ting que feli cas, obeíl.

- U sé - va di lo vell -. Es completamen normal.

- Lo pare no té molta fe.

- No. Pero natros, sí, ¿verdat?

- Sí - va di lo mosso -. ¿Me permitix brindali una servesa a La Terrassa? después portarem les coses a casa.

- ¿per qué no? - va di lo vell -. Entre peixcadós.

Se van assentá a La Terrassa. Mols dels peixcadós sen enríen del agüelo, pero ell no se molestabe. Datres, entre los mes vells, lo miraben y se ficaben tristes. Pero no u manifestaben y se referíen cortesmen a la corrén y a les fondonades aon habíen estés los sedals y hams, al continuo bon orache. Los peixcadós que aquell día habíen tingut éxit habíen arribat y llimpiat les seues agulles, y les portaben esteses damún de dos taules - dos homens a balansades a les dos puntes de cada taula - a la peixcatería, aon esperaben a que lo camión del gel (Monclús) les portare al mercat, a La Habana. Los que habíen peixcat tiburons los habíen portat a la factoría de tiburons al atre costat de la ensenada, aon los eixecaben en polees (curdiola); los traíen los feches, los tallaben les aletes y los desollaben y tallaben la seua carn a trossos pera salala.

Cuan lo ven bufabe del Este (Lleván), la pudina o corrompina se escampabe a través del port, prossedén de la fábrica tiburonera; pero avui no se notabe mes que un tufet perque lo ven se habíe girat al Nort y después habíe dixat de bufá. Ere agradable está allí, al solet, a La Terrassa.

- Santiago - va di lo mosso.

- ¿Qué? - va contestá lo vell. En la tassa a la ma pensabe en les

coses de fée mols añs.

- ¿Puc aná a buscali sardines pera demá?

- No. Ves a jugá al baseball. Encara puc remá, y Rogelio tirará la

atarraya.

- Me agradaríe anáy. Si no puc peixcá en vosté, me agradaríe servili de

alguna manera.

- Me has pagat una servesa - va di lo vell -. Ya eres un home.

- ¿Quína edat tenía yo cuan vosté me va portá per primera vegada a una barca?

- Sing añs. Y casi perds la vida cuan vach pujá aquell peix massa

viu que va está a pun de destrossá la barca. ¿ten enrecordes?

- Men enrecordo de cóm brincabe y pegabe coetades, y que lo bang se trencabe, y lo soroll de les garrotades. Recordo que vosté me va aviá a la proa, aon estaben los sedals bañats y enrollats. Y recordo que tota la barca tremolabe, y lo estrépit que vosté armabe fotén garrotades com si tallare un abre en destral, y la auló apegalosa de sang que me voltabe.

- ¿U recordes realmen o es que yo te u hay contat?

- U recordo tot, desde la primera vegada que vam eixí juns.

Lo vell lo va mirá en los seus amorosos y confiats ulls cremats per lo sol.

- Si fores fill meu, me arriesgaría a portát - va di -. Pero tú eres de ton pare y de ta mare, y traballes en una barca que té sort.

- ¿Puc aná a buscali les sardines? tamé sé aón conseguí cuatre carnades.

- Ting les meues, que me han sobrat de avui. Les vach ficá en sal a la caixa.

- Díxom portali cuatre sebos frescs.

- Un - va di lo vell. La seua fe y esperansa no li habíen fallat may.

Pero ara escomensaben a revigorisás com cuan se eixeque la brissa.

- Dos - va di lo mosso.

- Vale, dos - va asseptá lo vell -. ¿No los haurás robat?

- U haguera fet - va di lo mosso -. Pero estos los hay comprat.

- Grassies - va di lo vell. Ere massa simple pera preguntás cuán

habíe alcansat la humildat. Pero sabíe que la habíe alcansat y sabíe que no ere vergoñós y que no comportabe pérdua del orgull verdadé.

- En esta brissa ligera, demá fará bon día - va di.

- ¿Aón pense aná? - li va preguntá lo mosso.

- Eixiré lluñ pera torná cuan cambio lo ven. Vull está fora antes de que sigue de día.

- Faré que lo meu patró ixque lluñ a traballá - va di lo mosso -.

Si vosté enganche algo realmen gran, podrem ajudali.

- Al teu patró no li agrade eixí massa lluñ.

- No - va di lo mosso -, pero yo voré algo que ell no podrá vore: un muixó treballán, per ejemple. Aixina faré que ixque seguín a les dorades.

- ¿Tan roína té la vista?

- Está casi com Quico lo cèlio de Tortosa.

- Es extrañ - va di lo vell -. may ha anat a peixcá tortugues. Assó es lo que mate los ulls.

- Pero vosté ha anat a la peixca de tortugues durán bastans añs, per la costa dels Mosquits, y encara té bona vista.

- Yo soc un agüelo extrañ.

- Pero, ¿ara se sen prou fort com pera un peix realmen gran?

- Crec que sí. Y ñan mols trucos.

- Portem les coses cap a casa - va di lo mosso -. Después agarraré la

atarraya y men aniré a buscá les sardines.

Van arrepetá lo aparell de la barca. Lo vell se va tirá lo mástil al muscle y lo mosso se va carregá la caixa de fusta dels enrollats sedals pardos de apretada malla, lo bichero y l´arpó al seu mánec. La caixa de les carnades estabe daball de la popa, jun a la porra que fée aná pera rematá los peixos grans cuan los arrimabe a la barca. Dingú siríe capás de robali res al vell; pero ere milló emportás la vela y los sedals grossos, pera que no se espentolaren, y encara que estabe segú de que dingú de la localidat li robaríe res, lo vell pensabe que l´arpó y lo bichero eren tentassións, y que no ñabíe per qué dixáls a la barca.

Van marchá juns camí amún hasta la barraca del vell y van entrá; la porta estabe uberta. Lo agüelet va apoyá lo mástil en la vela enrollada contra la paret y lo mosso va ficá la caixa y lo demés aparell a la seua vora. Lo mástil ere casi tan llarg com la única habitassió de la cabañeta. Esta estabe feta de les ressies penques de la palma real que diuen guano, y ñabíe un llit, una taula, una cadira y un puestet al pisso pera cuiná en carbó. A les parets, de pardes, aplanades y superpostes fulles de guano de resistén fibra, ñabíe una imache en colós del Sagrat cor de Jesús y un atra de la Virgen del Cobre. Estes eren reliquies de la seua dona. A un atre tems habíe ñagut una desgastada foto de la seua dona a la paret, pero la habíe tret perque li fée sentís massa sol al vórela, y ara estabe a una estanterieta a un racó, daball de la seua camisa llimpia.

- ¿Qué té pera minjá? - va preguntá lo mosso.

- Una cassola de arrós groc en peix. ¿ne vols una mica?

- No. Minjaré a casa. ¿Vol que li ensenga la candela?

- No. Yo la ensendré después. O potsé me minja l´arrós gelat.

- ¿Puc emportám la atarraya?

- Pos claro.

No ñabíe cap atarraya. Lo mosso sen enrecordabe que la habíe venut.

Pero tots los díes recreaben esta ficsió. No ñabíe cap cassola de

arrós groc en peix, y lo mosso tamé u sabíe.

- Lo vuitanta sing es un número de sort - va di lo vell -. ¿Qué te pareixeríe si me veigueres torná en un peix que, en canal, pesare mes de mil libres?

- Pendré la atarraya y eixiré a peixcá les sardines. ¿Se quedará assentat al sol, al pedrís de la porta?

- Sí. Ting lo periódic de ahí y vach a lligí los resultats dels partits de béisbol.

Lo mosso se va preguntá si lo "periódic de ahí" no siríe tamé una

ficsió. Pero lo vell lo va traure de deball del llit.

- Perico mel va doná a la bodega - va explicá.

- Tornaré cuan haiga enchampat les sardines. Guardaré les seues jun en les meues en gel y pel matí mo les repartirem. Cuan yo torna,

me contará lo del baseball.

- Los Yankees de nova York no poden pedre.

- Pero yo los ting temó als Indios de Cleveland.

- Tin fe en los Yankees de nova York, fill, pensa en lo gran DiMaggio.

- Los ting temó als Tigres de Detroit y als Indios de Cleveland.

- Tin cuidau, no vaigues a tindrels temó tamé als roijos de

Cincinnati y als White Sox de Chicago.

- Vosté estudio assó y me u conte cuan torna.

- ¿Creus que hauríem de crompá uns billets de lotería que acabon

en vuitanta sing? Demá fa lo día vuitanta sing.

- Podem féu - va di lo mosso -. Pero, ¿qué me diu del seu gran récord, lo vuitanta set?

- No podríe passá dos vegades. ¿creus que podrás trobá un huytanta cinch?

- Puc demanál.

- Un billet sansé. Assó fan dos pessos y mich. ¿Quí mols podríe dixá prestats?

- Açó es fássil. Yo sempre trobo qui me dixo dos pessos y mich.

- Crec que yo tamé. Pero trato de no demaná prestat. Primé demanes

prestat, después demanes almoyna.

- Abrígos, agüelo - va di lo mosso -. Recordo que estam al

setembre.

- Este mes venen los grans peixos - va di lo vell -. Al mach consevol es peixcadó.

- Men vach a per les sardines - va di lo mosso.

Cuan va torná lo mosso, lo vell estabe adormit a la cadira. Lo sol se estabe ponén. Lo mosso va agarrá del llit la frazada del vell y lay va ficá als muscles. Eren uns muscles extrañs, poderosos, encara que mol vells, y lo coll ere tamé fort encara, y les arrugues no se veíen tan cuan lo vell estabe dormín en lo cap caigut cap abán. La seua camisa habíe sigut remendada tantes vegades que estabe com la vela; y los remiendos, descolorits per lo sol, eren de varios tonos. Lo cap del home ere, sin embargo, mol vell y en los ulls tancats no ñabíe vida a la seua cara. Lo periódic estabe als seus ginolls y lo pes dels seus brassos lo aguantabe allí contra la brissa del tardet. Estabe descals. Lo mosso lo va dixá allí, y cuan va torná, lo vell encara estabe adormit.

- Desperto, agüelo - va di lo mosso, y li va ficá la ma a un dels

ginolls de este.

Lo vell va obrí los ulls y per un momén va sé com si tornare de mol

lluñ. Después va sonriure.

- ¿Qué portes? - va preguntá.

- Lo minjá - va di lo mosso -. Mingem algo.

- No ting molta fam.

- Venga, venga, a minjá. No pot peixcá sense minchá.

- Ñaurá que féu - va di lo vell, eixecanse, prenén lo periódic

y dobleganlo. Después va escomensá a doblá la frazada.

- No se trague la manteta - va di lo mosso -. Mentres yo vixca, vosté no eixirá a peixcá en dijú.

- Entonses viu mol tems, y cuídat - va di lo vell -. ¿Qué minjarem?

- Frijoles negres, fesols bonicos, en arrós, plátanos fregits y un poc de carn rostida.

Lo mosso u habíe portat de La Terrassa en una sistella. Portabe a la burchaca dos jocs de cuberts, cada un embolicat en una servilleta de papé.

- ¿Quí te ha donat aixó?

- Martín. L´amo.

- Ting que donali les grassies.

- Yo ya les hi hay donat - va di lo mosso -. No té que donálesi vosté.

- Li donaré la ventresca de un gran peix - va di lo vell -. ¿Ha fet

aixó per natros mes de una vegada?

- Crec que sí.

- Entonses tindré que donali mes que la ventresca. Es mol considerat

en natros.

- Ha afegit dos serveses.

- Me agrade mes la servesa en lata.

- U sé. Pero esta está embotellada. Servesa Hatuey. Ya tornaré los

cascos, les botelles forres o buides.

Pero esta está embotellada. Servesa Hatuey. Ya tornaré los  cascos, les botelles forres o buides.
Me agrade mes la servesa en lata. Hatuey.

- Mol amable de la teua part - va di lo vell -. ¿minjam?

- Es lo que yo proposaba - li va di lo mosso -. No hay vullgut obrí la

sistelleta hasta que estiguere vosté amanit.

- Ya estic en dansa - va di lo vell -. Sol nessessitaría tems pera rentám.

"¿Aón se rente?", va pensá lo mosso. Lo pou del poble estabe a dos cuadres de distansia, camí aball. "Haguera tingut que portá aigua - va pensá lo mosso -, y sabó, y una bona toalla. ¿per qué siré tan desconsiderat? ting que conseguili un atra camisa y una jupa pera lo ivern, y alguna classe de sabates o albarques, y un atra manteta".

- Lo teu rostit es exelén - va di lo vell.

- Párlom del béisbol - li va demaná lo mosso.

- A la Liga Americana, com te vach di, los Yankees - va di lo vell mol

contén.

- Avui han perdut - li va di lo mosso.

- Assó no signifique res. Lo gran DiMaggio torne a sé lo que ere.

- Tenen datres homens al equip.

- Naturalmen. Pero en ell la cosa es diferén. A latra liga, entre lo

Brooklyn y lo Filadelfia, ting que quedám en lo Brooklyn. Pero después

penso en Dick Sisler y en aquelles tirades seues al parque vell.

- May va ñabé res com ells. May hay vist a dingú enviá la pilota tan lluñ.

- ¿Recordes cuan veníe a La Terrassa? Yo volía portál a peixcá, pero ere massa tímit pera proposálay. Después te vach demaná a tú que lay proposares, pero tú tamé eres massa tímit.

- U sé. Va sé una gran errada. Haguere pogut vindre en natros. Después assó mos haguere quedat pera tota la vida.

- Me haguere agradat portá a peixcá al gran DiMaggio - va di lo vell -.

Diuen que son pare ere peixcadó. Potsé fore tan pobre com natros y u comprenguere.

- Son pare del gran Sisler no va sé may pobre, y va jugá a les grans Ligues cuan teníe la meua edat.

- Cuan yo tenía la teua edat ya me trobaba de mariné a un velero de altura que anabe cap al África, y hay vist leóns a les playes a la vesprá.

- U sé. Vosté mu ha contat.

- ¿Parlem de África o de béisbol?

- Milló de béisbol - va di lo mosso -. Párlom del gran John J. McGraw.

- A vegades, als vells tems, tamé solíe vindre a La Terrassa. Pero ere aspre, bocasses, y difíssil de tratá cuan anabe begut. No sol pensabe en la pilota, sino tamé en los caballs. Per lo menos sempre portáe llistes de caballs a la burchaca y assobín pronunsiabe noms de caballs per teléfono.

- Ere un gran directó - va di lo mosso -. Mon pare creu que ere lo mes gran. ¿Quí es realmen milló directó: Luque o Mike González?

- Crec que són iguals.

- Lo milló peixcadó es vosté.

- No. Ne conec datres millós.

- ¡Qué va! - va di lo mosso -. Ñan mols bons peixcadós y algúns grans peixcadós. Pero com vosté, cap.

- Grassies. Me fas felís. Ojalá no se presento un peix tan gran que mos

faigue quedá mal.

- No existix tal peix, si está vosté tan fort com diu.

- Potsé no estiga tan fort com crec - va di lo vell -. Pero coneixco

mols trucos, y ting voluntat.

- Ara hauríe de aná a gitás pera está descansat pel matí. Yo tornaré les coses a La Terrassa.

- Entonses, bona nit. Te despertaré pel matí.

- Vosté es lo meu despertadó - va di lo mosso.

- La edat es lo meu despertadó - va di lo vell -. ¿per qué los agüelos se despertarán tan pronte? ¿sirá pera tindre un día mes llarg?

- No u sé - va di lo mosso -. Lo únic que sé es que los mossets dormen profundamen y hasta tard.

- U recordo - va di lo vell -. Te despertaré pronte.

- No me agrade que lo patró me desperto. Es com si yo fora inferió.

- Enteng.

- Que dórmigue be, agüelo.

Lo mosso va eixí. Habíen minjat sense llum a la taula, y lo vell se va traure los pantalóns y sen va aná al llit a fosques. Va enrollá los pantalóns pera fé un cuixí, y después va embutí lo periódic a dins.
Se va embolicá en la manteta y va dormí sobre los atres periodics atrassats que cubríen les molles del llit. Se va quedá adormit enseguida y va ensomiá en África, a la época en que ere mosso, y en les llargues playes dorades y blanques, tan blanques que enlluernaben, y los alts promontoris y les grans montañes pardes. Revivíe entonses aquelles nits per aquella costa y als seus somnis escoltaé lo soroll de les oles contra lo graó y veíe vindre a través de elles les barques dels natius. Sentíe l´auló a brea y estopa de la cuberta mentres dormíe, y sentíe los perfums de África que la brissa de terra portabe pel matí.

Generalmen, cuan fée auló la brissa de terra, se despertabe y se vestíe, y sen anabe a despertá al mosso. Pero esta nit l´auló de la brissa de terra va acudí mol pronte, y ell sabíe que ere massa pronte al seu somni, y va seguí ensomián pera vore les blanques puntes de les isles que se eixecaben del mar. Y después ensomiabe en los diferéns ports y fondejadós de les isles Canaries.

No ensomiabe ya en tronades, ni en dones, ni en grans acontessimens, ni en grans peixos, ni en riñes, ni en competissions de forsa, ni en la seua dona. Sol ensomiabe ya en puestos, y en los leóns a la playa. Jugaben com gatets a la llum del crepúscul y ell los teníe cariño, tan com al mosso. No ensomiabe may en lo mosso. Simplemen se despertabe, mirabe per la porta uberta cap a la lluna, desenrollabe los seus pantalóns y sels ficabe. Pixabe prop de la barraca y después pujabe al camí a despertá al sagal. Tremolabe per la rasca del matí. Pero sabíe que tremolán se calentaríe y que pronte estaríe remán.

La porta de la casa aon vivíe lo mosso no estabe tancada en clau; la va obrí en silensio y va entrá descals. Lo mosso estabe adormit a un catre al primé cuarto, y lo vell podíe vórel claramen a la llum de la lluna moribunda. Li va agarrá en suavidat un peu y lo va apretá hasta que lo mosso se va despertá, se va girá y lo va mirá. Lo agüelo li va fé una seña al cap y lo mosso va pendre los seus pantalóns de la cadira jun al llit y, assentanse an ella, sels va ficá.

Lo vell va eixí afora y lo mosso detrás dell. Estabe encara legañós y sompo, lo vell li va passá un bras sobre los muscles y li va di:

- U séntigo.

- ¡Qué va! - va di lo mosso -. Es lo que té que fé un home.

Van marchá camí aball hasta la cabaña del vell; y al llarg del camí, a la oscurina, se veíen homens descalsos portán los mastils de les seues barques. Cuan van arribá a la barraca del agüelo, lo mosso va pendre de la sistella los rolls del sedal, l´arpó y lo bichero; y lo vell va portá lo mástil en la vela enrollada al muscle.

- ¿Vol vosté café? - va preguntá lo mosso.

- Ficarem los aparells a la barca y después ne pendrem un poc.

Van beure café en llandes, lates de lleit condensada a un puestet que obríe abáns del alba y servíe als peixcadós.

- ¿Qué tal ha dormit, agüelo? - va preguntá lo mosso. Ara estabe despertanse, encara que li ere difíssil dixá lo seu somni.

- Mol be, Manolín - va di lo vell -. Avui me séntigo confiat.

- Lo mateix me passe a mí - va di lo mosso -. Ara vach a buscá les seues sardines y les meues, y les seues carnades fresques. Lo amo porte ell mateix lo aparell. No vol may que dingú li porto res.

- Som diferéns - va di lo vell -. Yo te dixaba portá les coses cuan teníes sing añs.

- U sé - va di lo mosso -. Torno enseguida. Prengues un atre café.
Aquí 
tenim crédit.

Aquí tenim crédit. Caja Rural. Caixa Rural. Ruralvía. Menos mal que tenim la Rural

Va eixí, descals, per les roques de coral hasta la nevera aon se guardaben les carnades.

Lo vell va agarrá desplayet lo seu café. Ere lo únic que beuríe en tot lo día, y sabíe que teníe que péndressel. Fée mol tems que estabe desganat, y no portáe res de amorsá ni diná. Teníe una botella de aigua a la proa de la barca, y assó ere lo únic que nessessitabe pera tot lo día. Lo mosso estabe de tornada en les sardines y les dos carnades embolicades en un periódic, y van baixá per la senda hasta la barca, sentín la arena y pedretes deball dels peus, van eixecá la barca y la van espentá al aigua.

- Bona sort, agüelo.

- Bona sort - va di lo vell. Va ajustá les amarres dels remos, y tiranse cap abán, va escomensá a remá, y va eixí del port a la oscurina.
Ñabíe datres barquetes de atres playes que eixíen al mar, y 
lo vell escoltabe sumergís les pales dels rems y espentá, encara que no podíe vórels ara que la lluna se habíe amagat detrás de les llomes.

A vegades algú parlabe a una barca. Pero a la majoría de les barquetes anaben en silensio, y sol se sentíe un rumó de rems. Se van desplegá después de habé eixit de la boca del port, y cadaú se va dirigí cap an aquella part del océano aon esperabe trobá peixos. Lo vell sabíe que se alluñaríe mol de la costa, va dixá atrás l´auló a terra y va entrá remán per la llimpia auló matinera del océano. Va vore la fosforessensia dels sargazos al aigua mentres remabe per aquella part del océano que los peixcadós de allí li diuen "lo gran forat" perque se produíx una súbita fondonada de satsentes brassades (brazadas), aon se congregabe tota classe de peixos degut al remolino que fée la corrén contra les escabroses parets del llit del océano. Ñabíe aquí consentrassions de camarons y peixos de carnada, y a vegades bangs de calamars als forats mes fondos, y de nit se alsaben a la superfissie, aon tots los peixos merodejadós se sebaben en ells. A la oscurina lo vell podíe sentí que lo matí veníe, y mentres remabe, sentíe lo tremolós rumó dels peixos voladós que saltaben del aigua y lo sisseo que les seues rígides ales féen solcán lo aire a la oscurina. Sentíe una gran atracsió per estos peixos voladós, que eren los seus prinsipals amics al océano. Teníe compasió de los muixóns; espessialmén dels menuts, muixonets, delicades y fosques oronetes de mar que estaben sempre volán y rebuscán, y casi no trobaben res, y va pensá: "los muixons porten una vida mes dura que natros, menos les de rapiña y les grans y fortes. ¿per qué habrán fet muixóns tan delicats y tan fins com eixes orenetes de mar, cuan lo océano es capás de tanta crueldat? La mar es dolsa y hermosa. Pero pot sé cruel, y se enfade mol de repén, y eixos muixóns que volen picán y cassán, en les seues tristes vevetes, son massa delicats pera la mar". Díe sempre la mar. Aixina es com li diuen en español o castellá (com Rafael Alberti) cuan la volen. A vegades los que la volen parlen mal della, pero u fan sempre com si fore una dona.
(Datres, com mon germá Ángel Guimerá, que se diu igual que lo famós canari, li diuen a sa sogra cuan porte pechines per a diná: ¿Estas son de la mar o de lamer?)
Algúns dels peixcadós mes jovens, los que féen aná boyes y flotadós pera los seus sedals y teníen barquetes de motor comprades cuan los feches de tiburón se cotisaben mol, empleaben lo artícul masculino, li díen sempre lo mar.
Parlaben del mar com de un rival o enemic, o com de un puesto lluñá. Pero lo vell lo consebíe sempre com perteneixén al género femenino y com algo que consedíe o negabe grans favors, y si fée coses perverses y terribles ere perque no podíe remediáu. La lluna, pensabe, li afectabe igual que a una dona. Remabe firme y seguidamen, y no li costabe massa esfors perque se manteníe al seu límit de velossidat, y la superfissie del océano ere plana, salvo los ocasionals remolinos de la corrén. Dixáe que la corrén faiguere un ters del seu treball; y cuan va escomensá a clarejá, va vore que se trobabe ya mes lluñ de lo que habíe esperat está an eixa hora.

"Durán una semana - va pensá -, hay treballat a les profundes fondonades, y no vach traure res. Avui traballaré allá aon están les taques de bonitos (uns familiás del atún mol majos o bonicos) y albacores, per si auncás ña algún peixot entre ells".

Abáns de fés realmen de día, habíe tret les carnades y estabe deriván a la corrén. Un sebo arribabe a una profundidat de coranta brassades.
Lo segón, a sixanta sing, y lo tersé y cuart baixaben hasta l´aigua blava a sen y hasta sen vintysing brassades.

Cada sebo penjabe cap aball al asta del ham dins del peix que servíe de carnada, ben cusit y amarrat; tota la part que ix del ham, la curva y lo garfio, estabe recuberta de sardines fresques.

Cada sardina habíe sigut crusada, espetada, per los ulls, de modo que féen una semiguirnalda. No ñabíe cap part del ham que puguere donali a un gran peix la impresió de no sé algo gustós, sabrós, de bona auló.

Lo mosso li habíe donat dos bonitos frescos, menuts, que penjaben de

los sedals mes fondos com a plomades, y als atres teníe una abultada cojinúa y un cibele que ya se habíen fet aná antes, pero encara estaben en bon estat y les exeléns sardines los prestaben aroma y atracsió. Cada sedal, del espessó de un llapis gran, anabe enroscat a una varilla verdosa, de manera que consevol estiró o picada al sebo faríe afonás la varilla; y cada sedal teníe dos adujas o rolls de coranta brassades que podíen empatás als rolls de repost, de modo que, si ere nessessari, un peix podíe emportás mes de tressentes brassades.

Lo home va vore ara acabussás les tres varilles sobre la borda de la barca y va remá suavemen pera mantindre los sedals estirats y a la seua deguda profundidat. Ere ya día ple y lo sol podíe eixí en consevol momén. Lo sol se va eixecá tenuemen del mar y lo agüelo va pugué vore les atres barquetes, baixetes al nivell del aigua, y cap a la costa, desplegades a través de la corrén. Lo sol se va torná mes brillán y la seua resplandó va caure damún del aigua; después, al alsás mes al sel, lo mar pla y llis lo va fé rebotá contra los ulls del vell, hasta ferili la vista; y va seguí remán sense mirál. Mirabe al aigua y vigilabe los sedals que se afonaben verticalmen a la foscó de esta. Los manteníe mes rectes que dingú, de manera que a cada nivell a la tiniebla de la corrén ñaguere un sebo esperán, exactamen aon ell volíe que estiguere, pera consevol peix que passare per allí. Atres los dixaben corre a la deriva de la corrén, y a vegades estaben a sixanta brassades cuan los peixcadós creíen que estaben a sen.

"Pero - va pensá lo vell - yo los manting en pressisió. Lo que passe es que ya no ting sort. Pero, ¿quí sap? acás avui. Cada día es un nou

día. Es milló tindre sort. Pero yo preferixgo sé exacte. Después, cuan vingue la sort, estaré preparat".

Lo sol estabe an eixe momén a dos hores de altura, y no li fée tan

mal als ulls mirá al Este. Ara sol ñabíen tres barquetes a la vista, y lluíen mol baix y mol lluñ cap a la vora.

"Tota la meua vida me ha fet mal als ulls lo sol naixén - va pensá -.
Sin embargo, encara están forts. Al tardet, puc mirál de frente sense 
enlluernám. Y per la tarde té mes forsa. Pero pel matí fa mal".

Justamen entonses, va acudí una de eixes aves marines que se diuen fragates en les seues llargues ales negres girán al sel damún dell. Va fé una rápida picada, ficanse de costat, en les ales esteses cap atrás, y después va seguí girán.

- Ha pessigat algo - va di en veu alta lo vell -. No sol está mirán.

Va remá lentamen y en firmesa cap aon estabe la fragata girán en sirculs. No se va apurá y va mantindre los sedals verticalmen. Pero habíe forsat un poc la marcha a favor de la corrén, de modo que encara estabe peixcán en correcsió, pero mes lluñ de lo que haguere peixcat si no tratare de guiás per lo muixó. Lo muixó se va alsá mes al aire y va torná a voltá, en les ales inmovils. Después va picá de repén, y lo agüelo va vore una partida de peixos voladós que botaben del aigua y navegaben desesperadamen per la superfissie.

- Dorats - va di en veu alta lo vell -. dorats ben grans.

Va montá los rems y va traure un sedalet de deball de la proa. Teníe un filferro y un ham de mida mijana, y lo va sebá en una de les sardines. Lo va soltá per la borda y lo va amarrá a una argolla de popa. Después va sebá l´atre sedal y lo va dixá enrollat a la sombra de la proa. Va torná a remá y a mirá al muixó negre de llargues ales que ara traballabe a poca altura damún del aigua. Mentres ell mirabe, lo muixó va torná a picá, ficán les ales de costat pera acabussás, y después va eixí sacsanles en forsa pero sutilmen, seguín als peixos voladós. Lo vell podíe vore la comba que formabe al aigua lo dorat gran seguín als peixos fugitius. Los dorats corríen, disparats, per daball dels peixos voladós, y pronte estaríen, corrén a escape, al puesto aon caigueren los voladós.
"Es un gran bang de dorats - va pensá -. Están desplegats amplamen (al ample): poques probabilidats de escapás tenen los peixos voladós. La fragata no té cap oportunidat. Los peixos voladós son massa grans pera nella, y van massa furiens".

Lo home va observá cóm los peixos voladós eixíen y entraben, y los inutils movimens del muixó. "Eixa taca de peixos me s´ha escapat - va pensá -. Se están alluñán massa a escape, y van massa lluñ. Pero auncás ne agarra algún extraviat, y es possible que lo meu peixot estigue per estos voltans. Lo meu peix gran té que está an alguna part". Los nugols grisos se eixecaben ara sobre la terra, com a montañes, y la costa ere una llarga línia verda en les llomes blaves.
L´aigua ere ara de un coló blau fosc, tan oscur que casi pareixíe violeta. Al acachá la vista, va vore lo coló roch del plancton al aigua fosca, y la extraña llum que ara fée lo sol. Va examiná los seus sedals, y los va vore baixá a plom cap aball, y pedres de vista; y se va alegrá de vore tan plancton, perque assó significabe que ñauríen peixos.

La extraña llum que lo sol vertíe al aigua, ara que estabe mes alt, significabe bon tems, y lo mateix la forma dels nugols sobre la terra. Pero lo muixó estabe ara casi fora del alcans de la vista y a la superfissie del aigua no apareixíen mes que algúns parches de grocs sargazos recremats per lo sol, y la violada, redona, iridiscén y gelatinosa bufa de una medusa que flotabe a curta distansia de la barca. Flotabe alegremen com una bambolla los seus llargs y mortíferos filamens purpurins a remolque per tota una yarda de espay.

- Aigua roína - va di lo home -. Puta. Desde aon se gronsabe suavemen contra los rems, va baixá la vista cap al aigua y va vore los peixets que teníen lo coló dels llargs filamens y nadaben entre ells y deball de la breu sombra que fée la bambolla al seu movimén a la deriva. Eren inmunes al seu veneno. Pero lo home no, y cuan algúns de estos filagarchos se embolicaben al cordell y permaneixíen allí, viscosos y violetes, mentres lo vell traballabe pera eixecá un peix, patíe cremades y cribasses als brassos y mans, com los que produíxen la herba sequiera o la hedra venenosa. Estos envenenamens per l´aigua roína actuaben rápidamen y com a fuetades o suriacades.

Les bambolles iridiscéns eren majes. Pero eren la cosa mes falsa del mar, y lo vell chaláe veén cóm se les minjaben les tortugues marines. Les tortugues les veíen, se arrimaben de frente, después tancaben los ulls, de modo que, en lo seu caparassó, estaben completamen protegides, y se les minjaben en filagarchos y tot. Al agüelo li agradabe vore les tortugues minjásseles y tamé li chauchabe caminá per damún delles a la playa, después de una tronada, sentiles reventá cuan los ficabe damún los seus peus callosos. Li enchisaben les tortugues verdes y los careys, en la seua elegansia, velossidat y gran valor; y sentíe un amistós desdén per les sompotes tortugues que diuen caguamas, en caparassó grogot, extrañes a les seues copulassións, y minján mol contentes en los seus ulls tancats.

No sentíe cap misticisme sobre les tortugues, encara que habíe navegat mols añs en barcos tortugués. Les teníe llástima; sentíe llástima hasta dels grans "baúls", que eren tan llargs com la seua barca y pesaben una tonelada. Per lo general, la gen no té piedat de les tortugues perque lo cor de una tortuga seguix bategán varies hores después de mortes. Pero lo vell va pensá: "tamé yo ting un cor aixina, y los meus peus y mans son com les seues". Se minjabe los seus blangs ous pera pendre forsa. Ne minjabe tot lo mes de mach pera está fort al setembre y eixí a buscá peixos verdaderamen grans.

Tamé se preníe cada día una tassa de oli de feche de tiburón, traenlo del tanque que ñabíe a la barraca aon mols dels peixcadós guardaben lo seu aparell. Estabe allí pera tots los peixcadós que ne vullgueren. La majoría dels peixcadós aburríen lo seu gust. Pero no ere pijó que eixecás a les hores a les que se alsaben, y ere mol bo contra tots los catarros, gripes, y pera conservá los ulls sanos. Ara lo vell va alsá la vista y va vore que lo muixó seguíe girán al aire.

- Ha trobat peixos - va di en veu alta. Cap peix voladó trencabe ara la superfissie, y no ñabíe desbancada de peixos de carnada. Pero mentres mirabe lo agüelet, un bonito menut se va eixecá al aire, va girá y va caure de cap al aigua. Lo boniquet va emití uns reflejos de argent al sol, y después de torná al aigua, datres ne van eixí, y corríen brincán per tot arreu, batén l´aigua y donán llargs saltos detrás de les seues preses, acassanles, esbarranles.

"Si no van massa rapits, los pessigaréu" va pensá lo vell, y va vore la taca batén l´aigua, blanca de espuma, y ara lo muixó picabe y bucejabe buscán als peixos, forsats a pujá a la superfissie per lo pánic. - Lo muixó es una gran ajuda - va di lo agüelo.

Just entonses lo sedal de popa se va tensá daball del seu peu, al pun aon habíe guardat un roll de sedal, va soltá los rems y va tantejá lo sedal pera vore cuánta forsa teníen los estiróns del bonito; y aguantán firmemen lo sedal, va escomensá a eixecál. Lo tremoló aumentabe segóns estirabe, y va pugué vore al aigua lo coló negre-blau del peix, y lo dorat dels seus costats, antes de alsál sobre la borda y tirál a la barca. Se va quedá estés a popa, al sol, compacte y en forma de paca de palla, en los seus grans ulls sense inteligensia mirán fixamen mentres se dixáe la vida contra les fustes de la barca en los rapits tremolóns y cops de la seua coa. Lo agüelo li va pegá al cap pera que no patiguere mes, y li va fotre una patada. Lo cos del peix encara tremolabe a la sombra de popa. - Bonito - va di en veu alta -, sirá una bona carnada. Té que pesá lo menos deu lliures.

No recordabe cuán tems fée que habíe escomensat a parlá sol en veu alta cuan no teníe a dingú en qui parlá.

Als vells tems, cuan estabe sol, cantabe; a vegades, de nit, cuan fée la seua guardia al timó de les chalupes y los tortugués, cantabe tamé. Probablemen habíe escomensat a parlá en veu alta cuan sen habíe anat lo mosso. Pero no sen enrecordabe. Cuan ell y lo mosso peixcaben juns, per lo general parlaben sol cuan ere nessessari. Parlaben de nit o cuan los agarrabe lo mal tems. Se considerabe una virtut lo no parlá sense calé al mar, y lo vell sempre u habíe reconegut aixina y u respetabe. Pero ara expresabe los seus pensaméns en veu alta moltes vegades, ya que no ñabíe dingú a qui puguere mortificá.

- Si los atres me escoltaren parlá en veu alta, se pensaríen que estic grillat - va di -. Pero, com no estic loco, no me importe. Los rics tenen radios que parlen a les seues embarcassións y los donen les notissies del béisbol. "Esta no es hora de pensá en lo baseball - va pensá -, ara ña que pensá en sol una cosa. Aquella pera la que hay naixcut. Pot sé que ñague un peix gran al voltán de eixa taca. Sol hay agarrat un bonito perdut dels que estaben minján. Pero están traballán rápidamen allá lluñ. Tot lo que assome avui a la superfissie viache mol rápidamen y cap al nordeste. ¿Sirá la hora? ¿O sirá alguna siñal del tems que yo no conec?". Ara no podíe vore lo verdó de la costa; sol les puntes de les verdes llomes que assomaben blanques com si estigueren coronades de neu, y los nugols pareixíen altes montañes de neu sobre elles. Lo mar estabe mol fosc, y la llum fée prisma al aigua. Y les miríades de peques del plancton eren anulades ara per lo sol alt, y lo agüelo sol veíe los grans y fondos prismes al aigua blava que teníe una milla de profundidat, y a la que los seus llargs sedals baixaben verticalmen, a plom, com una plomada.

Los peixcadós los díes bonitos a tots los peixos de eixa espessie, y sol los diferensiaben per los seus noms propis cuan veníen a cambiáls per carnades. Los bonitos tornaben a está deball dell.
Lo sol sucarrabe y lo vell lo notabe picá al clatell, y sentíe la suó que li corríe per la esquena aball mentres remabe.

"Podría dixám aná a la deriva - va pensá -, y dormí una mica, y fé un llas al dit gros del peu pera despertám si piquen. Pero avui fa vuitanta sing díes, y ting que aprofitá lo tems". Justamen entonses, mentres vigilabe los sedals, va vore que una de les varilles se afonabe vivamen.

- Sí, sí - va di -, y va montá los rems sense percutí la barca.

Va agarrá lo sedal y lo va aguantá suavemen entre lo índice y lo dit gros de la seua ma dreta. No va sentí tensió, ni pes, y va aguantá ligeramen. Después va torná a sentíu. Esta vegada va sé un estiró de tanteo, ni sólid, ni fort; y lo vell sen va doná cuenta, exactamen, de lo que ere. A sen brassades mes aball, una agulla se estabe minján les sardines que tapaben la punta y lo cap del ham allí aon lo ham, forjat a ma, sobreixíe del cap del bonito.

Lo vell va aguantá delicada y blanamen lo sedal, y en la ma esquerra lo va soltá del tochet verd. Ara podíe dixál corre entre los seus dits sense que lo peix notare cap tensió.

"An esta distansia de la costa, an este mes, té que sé enorme - va pensá lo vell -. Mínjateles, peixot. Minja, per favor, mínjateles.
Están de lo mes fresques; y tú, ahí baix, a sisséns peus, al aigua freda y a fosques. Dona un atra volta a la oscurina y torna a minjáteles".

Sentíe los leves y delicats estiróns; y después, un estiró mes fort cuan lo cap de una sardina habíe sigut mes difíssil de arrencá del ham. Después, res mes. - Vamos, vine - va di lo vell en veu alta -. Pega un atra volta. Fes un atra volteta. Vine a aulorales. ¿Verdat que son gustosetes? Mínjateles ara, y después tindrás un bonito, preto, fresquet y gustós. No sigues tímit, peixot. Mínjateles.

Va aguantá lo sedal entre lo índex y lo dit gros, vigilanlo, y vigilán los atres al mateix tems, pos lo peix podríe virá amún o aball.
Después va torná a sentí la mateixa tracsioneta.

- Lo pendrá - va di lo vell en veu alta -. Deu lo ajudo a péndrel.

No lo va pendre, sin embargo. Sen va aná y lo vell no va sentí res mes.

- No pot habessen anat - va di -. ¡No pot habé colat, maldit! Está donán una volta. Es possible que haygue sigut enganchat alguna atra vegada y que sen enrecordo de algo de assó. Después va sentí un suave contacte al sedal y va torná a alegrás.

- No ha sigut mes que una volteta - va di -. Lo pessigará. Ere felís sentinlo estirá suavemen, y después va tindre la sensassió de algo du, increíblemen pessat. Ere lo pes del peix, y va dixá que lo sedal rellissare cap aball, mes aball, emportanse los dos primés rolls de resserva. Segóns se afonabe, rellissán suavemen entre los endurits dits del agüelet, encara podíe notá lo gran pes, encara que la presió de lo seu índice y del seu dit gros ere casi imperseptible.

- ¡Quín peixot! - va di -. Lo porte atravessat a la boca, y sen está anán en ell.

"Después virará y se´l tragará", va pensá. No va di aixó perque sabíe que cuan un diu una cosa bona, casi may passe. Sabíe que este ere un peix enorme, y se´l va imaginá alluñanse a les tiniebles en lo bonito atravessat a la boca. En eixe momén va sentí que habíe dixat de moures, pero lo pes encara persistíe. Después lo pes va aumentá, y lo vell li va doná mes corda. Va assentuá la presió del índice y del dit gros per un momén, y lo pes encara va aná aumentán. Y lo sedal baixabe a plom. - L´ha mossegat - va di -, ara dixaré que se´l minjo al seu gust. Va dixá que la línia rellissare entre los seus dits mentres baixabe la ma esquerra y amarrabe lo cap solt dels dos rolls de resserva al llas de los rolls de resserva del atre sedal. Ara estabe amanit. Teníe tres rolls de coranta brassades de sedal en resserva, ademés del que estabe fén aná.

- Minja una miqueta mes - va di -, minja be y a gust.

"Mínjatel de modo que la punta del ham penetro al teu cor y te

mato - va pensá -. Puja sense temó y díxam enclavát l´arpó.
Bueno, ¿estás fart? ¿ya portes prou tems a la taula?".

- ¡Ara! - va di en veu alta y va estirá fort en les dos mans; va guañá un metro de sedal; después va torná a estirá, y un atra vegada, balanseján cada bras alternativamen y girán sobre ell mateix.

No va passá res. Lo peix seguíe, simplemen, alluñanse lentamen, y lo vell no podíe eixecál ni una pulgada. Lo seu sedal ere mol fort; ere cordell catalá y nou, trensat aquell añ, fet expresamen pera peixos pesats, y lo va aguantá contra la seua esquena hasta que va está tan tenso que va soltá unes gotes de aigua. Después va escomensá a fé un lento sonido de sisseo al aigua. Lo vell seguíe aguantanlo, alinianse contra lo bang y apoyanse cap a atrás. La barca va escomensá a moures lentamen cap al noroeste.
Lo peix seguíe movense sense pará y viachaben ara lentamen al aigua tranquila. Los atres sebos estaben encara al aigua, pero no ñabíe res a fé. - Ojalá estiguere aquí lo mosso - va di en veu alta -. Vach a remolque de un peixot, y yo soc la bita de remolque. Podría amarrá lo sedal. Pero entonses podríe trencál. Ting que aguantál tot lo possible y donali sedal cuan lo nessessito. Grassies a Deu, que va cap a abán, y no cap a aball. No sé qué faré si dessidix aná cap a aball. Pero algo faré. Puc fé moltes coses. Va aguantá lo sedal contra la seua esquena y va observá lo seu tall sesgat al aigua; la barca seguíe movense sense interrupsió cap al noroeste.
"Aixó lo matará - va pensá lo agüelo -. Alguna vegada tindrá que pará". Pero, cuatre hores después, lo peix seguíe estirán, portán la barca a remolque, y lo vell estabe encara sólidamen afincat, en lo sedal atravessat a la esquena.

- Eren les dotse de michdía cuan lo vach enganchá - va di -, y encara nol hay vist cap vegada, ni de prop.

Se habíe calat fort lo sombrero de yarey al cap abáns de enganchá lo peix; ara lo sombrero li tallabe lo fron. Teníe sed. Se va aginollá y, en cuidadet pera no sacsá lo sedal, va estirá lo bras tot lo que va pugué per deball de la proa, y va agarrá la botella de aigua. La va obrí y va beure un poquet. Después va reposá contra la proa. Va descansá assentat a la vela y lo tocho que habíe tret de la carlinga, y va tratá de no pensá; sol aguantá.

Después va mirá cap atrás y va vore que no ñabíe cap terra a la vista. "Assó no importe - va pensá -. Sempre podré orientám per lo resplandó de La Habana. Encara queden dos hores de sol, y possiblemen pujo abáns de la posta de sol. Si no, auncás pujo al vindre la lluna. Si no fa assó, pot sé que pujo a la eixida del sol. No ting calambres, y me séntigo fort. Ell es qui té lo ham a la boca. Pero pera estirá aixina, té que sé un peix de marca majó. Té que portá la boca tancada y apretada contra lo filferro. Me agradaríe vórel. Me agradaríe vórel encara que sol fore una vegada pera sabé en quí ting que vóremeles". Lo peix no va variá lo seu curs ni la seua direcsió en tota la nit; al menos, hasta aon lo home podíe jusgá, guiat per los estels. Después de la posta del sol fée fresca, y la suó se habíe secat a la seua esquena, brassos y cames. De día habíe agarrat lo sac que tapabe la caixa de les carnades y lo habíe estés a secás al sol. Después de la posta del sol, s´el va enrollá al coll de modo que li caíe per la esquena. Lo va desllissá en cuidadet per deball del sedal, que ara li crusabe los muscles. Lo sac amortiguabe la tensió del sedal a la pell, y lo home habíe trobat la manera de inclinás cap abán contra la proa en una postura que casi li resultabe confortable. La postura ere, en realidat, sol una mica menos intolerable, pero se la va imaginá com casi confortable.

"No puc fé res en ell, y ell no pot fé res en mí - va pensá -. Al menos mentres seguixque este joc".

Una vegada se va eixecá, va pixá per la borda, va mirá als estels y va verificá lo rumbo. Lo sedal relluíe fosforessén al aigua, com un llistó que se escampabe, recte, partín dels seus muscles. Ara anaben mes lentos y la llumenaria de La Habana no ere tan forta. Aixó li indicabe que la corrén debíe de está arrastranlo cap al Este. "Si pergo lo resplandó de La Habana, sirá que estam anán mes cap al Este", va pensá, pos si lo rumbo del peix se mantinguere invariable voría lo resplandó durán moltes hores mes.

"Me pregunto quí haurá guañat avui a les grans Ligues - va pensá -, siríe maravellós tindre una radio portátil pera enteramen".

Después va reflexioná: "pensa en aixó; pensa en lo que estás fen.
No faigues cap tontería".
Al poc, se va di en veu alta: - Ojalá estiguere aquí lo mosso, pera ajudám y pera que veiguere aixó. "Dingú hauríe de está sol a la seua vellesa - va pensá -. Pero es inevitable. Ting que enrecordamen de minjám lo bonito antes de que se faigue malbé, pera conservá les forses. Recorda: per poca gana que tingues, tindrás que minjátel pel matí. Enrecórdaten", se va di.

Durán la nit van acudí delfins voltán la barca. Los sentíe chapoteján y respirán. Podíe persibí la diferensia entre lo sonido del bufit del mascle y lo suspirán bufit de la femella.

- Son bona gen - va di -. Juguen, fan la broma y se fan l´amor.
Son los nostres germans, com los peixos voladós.

Entonses va escomensá a sentí llástima per lo gran peix que habíe enganchat. "Es maravellós y extrañ, y quí sap quína edat tindrá - va pensá -. May hay agarrat un peix tan fort, ni que se portare de un modo tan extrañ. Pot sé que sigue massa prudén pera pujá a la superfissie. Brincán y pressipitanse locamen podríe acabá en mí.
Pero es possible que haigue sigut enganchat ya moltes vegades y que sápigue que esta es la manera de luchá y soltás. No pot sabé que no ña mes que un home contra ell, ni que este home es un agüelet.

Pero, ¡quín peix mes gran! y qué be lo pagarán al mercat, si la seua carn es bona. Va agarrá la carnada com un mascle, y estire com un masclot, y no amostre temó a la seua manera de luchá. Me pregunto si tindrá algún plan o si estará, com yo, a la dessesperasió".

Va recordá aquella vegada que habíe enganchat una de les dos agulles que anaben en parella. Lo mascle dixáe sempre que la femella minjare primé, y lo peix enganchat, la femella, va presentá una lucha fiera, desesperada y plena de pánic, que no va tardá en agotala. Durán tot eixe tems, lo mascle va permaneixe en ella, crusán lo sedal y girán en ella a la superfissie. Habíe estat tan prop, que lo vell se habíe temut que tallare lo sedal en la coa, que ere afilada com una dalla y casi de la mateixa forma y mida. Cuan lo vell la habíe enganchat al bichero, li va fotre cops aguantán la seua mandíbula en forma de espasa y de aspre borde, y li va machacá lo cap hasta que lo seu coló se va torná com la part de detrás dels espills; y después, cuan, en la ajuda del mosso, la van pujá a bordo, lo mascle encara permaneixíe jun a la barca. Después, mentres lo vell eixecabe los sedals y preparabe l´arpó, lo mascle va fotre un brinco al aire prop de la barca pera vore aón estabe la femella. Y después se habíe afonat a la profundidat en les seues ales blau-rojes, que eren les seues aletes pectorals, desplegades amplamen y mostrán totes les seues franjes del mateix coló. "Ere hermós", recordabe l´agüelo. Y se habíe quedat jun a la seua femella.

"Es lo mes trist que hay vist may en ells - va pensá -. Lo mosso

tamé habíe sentit tristesa, li vam demaná perdó a la femella y li vam obrí lo ventre enseguida".

- Ojalá estiguere aquí lo mosso - va di en veu alta, se va acomodá

contra les taules de la proa y va sentí la forsa del gran peix al

sedal que aguantabe contra los seus muscles, movense sense pará cap a no sabíe aón: allí cap aon lo peix habíe triat.

"Per la meua traissió ha tingut que pendre una dessisió", va pensá lo vell. La seua dessisió habíe sigut permaneixe a les aigües fondes y tenebroses, lluñ de totes les trampes, sebos y traissións. La meua dessisió va sé aná allí a buscál, mes allá de tota la gen. Mes allá de tota la gen del món. Ara estam sols un pera l´atre y aixina ha sigut desde lo michdía. Y dingú que vingue a váldremos, ni an ell ni a mí.

"Pot sé que yo no haguera de sé peixcadó - va pensá -, pero pera naixó hay naixcut. Ting que enrecordamen, sense falta, de minjám lo bonito tan pronte com se faigue de día".
Algo abáns del auba va agarrá un dels sedals que teníe detrás. Va sentí

que lo tochet se trencabe y que lo sedal escomensabe a corre pressipitadamen sobre la regala de la barca. A la oscurina va traure lo gaviñet de la funda y, ficán tota la presió del peix sobre lo muscle esquerro, se va incliná cap atrás y va tallá lo sedal contra la fusta de la regala. Después va tallá l´atre sedal mes próxim, y a la oscurina va aguantá los caps solts dels rolls de resserva. Va treballá dretamen en una sola ma y va ficá lo seu peu damún dels rolls pera aguantáls, mentres apretabe los nugos. Ara teníe sis rolls de resserva. Ne ñabíen dos de cada carnada, que habíe tallat, y los dos del sebo que habíe agarrat lo peix. Y tots estaben enllassats.

"Tan pronte com sigue de día - va pensá -, me arrimaré hasta lo sebo de coranta brassades, lo tallaré y enllassaré als rolls de resserva. Hauré perdut dossentes brassades del bon cordell catalá y los hams y filferros. Assó se pot reemplassá. Pero este peix, ¿quí lo reemplasse? Si engancho datres peixos, se podríe soltá. Me pregunto quíns peixos haurán sigut los que acaben de picá. Podríe sé una agulla, un emperadó, o un tiburón. No vach pugué péndreli lo pes. Vach tindre que desfém dell massa pronte".

En veu alta va di: - Me agradaríe que lo mosso estiguere aquí.

"Pero lo mosso no está en tú", va pensá.

"No contes mes que en tú mateix, y faríes be en arrimát al

radé sedal, encara que sigue a la oscurina y empalmá los dos rolls de resserva". Va sé lo que va fé. Va sé difíssil a la foscó, y una vegada lo peix va pegá un estiró que lo va llansá de morros y li va fé una ferida daball del ull. La sang li va corre un poc per la galta. Pero se va coagulá y secá antes de arribá a la seua barbilla; lo home va torná a la proa y se va apoyá contra la fusta. Va ajustá lo sac y va manipulá cuidadosamen lo sedal de modo que passare per l´atra part dels seus muscles y, aguantanlo en estos, va tantejá en cuidado la tracsió del peix y después va ficá la ma al aigua pera sentí la velossidat de la barca.

"Me pregunto per qué haurá pegat eixe estiró - va pensá -. Lo filferro té que habé rellissat sobre la comba del seu llom. Segú que lo seu llom no li fa tan mal com a mí. Pero no pot seguí estirán eternamen de esta barca per mol gran que sigue. Ara tot lo que puguere estorbá está despejat y ting una gran resserva de sedal: no puc demaná mes".

- Peix - va di dolsamen en veu alta -, aguantaré hasta la mort.

"Y ell seguirá tamé en mí, me imagino", va pensá lo vell, y se va ficá a

esperá a que fore de día. Ara, an esta hora próxima a la albada, fée fret, y se va apretá contra la fusta buscán algo de caldoreta.
"Aguantaré tan com ell", va pensá. Y, a la primera llum, lo sedal se va extendre a lo lluñ y cap a aball. La barca se movíe sense pará y cuan se va alsá lo primé rayo del sol va aná a posás damún del muscle dret del vell.

- Se ha dirigit cap al Nort - va di lo vell.

"La corrén mos haurá desviat mol al este - va pensá -. Ojalá virare

en la corrén. Assó indicaríe que se está cansán".

Cuan lo sol se va eixecá mes, lo vell sen va doná cuenta de que lo peix

no se estabe cansán. Sol una siñal favorable, lo tall inclinat del sedal, indicabe que nadabe a menos profundidat. Assó no significabe, nessessariamen, que fore a brincá a la superfissie. Pero podríe féu.

- Deu vullgue que pujo - va di lo vell -. Ting prou sedal pera manejál. "Pot sé que si aumento una miqueta la tensió li dolgue y pujo a la superfissie - va pensá -. Ara que es de día, convé que ixque pera que ómpligue de aire los sacs a lo llarg del seu esquinás y no pugue después baixá a morí a les profundidats".

Va tratá de aumentá la tensió, pero lo sedal se habíe estirat ya tot lo que donabe desde que habíe enganchat al peix y, al inclinás cap a atrás va sentí la dura tensió de la corda y sen va acatá de que no podíe aumentala. "Ting que tindre cuidado de no sacsál - va pensá -. Cada sacsada aumente la ferida que ha fet lo ham y, si brinque, podríe soltás. De tots modos me séntigo milló al vindre lo sol y per esta vegada no ting que mirál de frente".

Ñabíen algues grogues al sedal, pero lo vell sabíe que assó no fée mes

que aumentá la resistensia de la barca, y lo vell se va alegrá. Eren les algues grogues del Golfo - los sargazos, de aon ve lo nom de un tros de mar - les que habíen produít tanta fosforessensia de nit.

- Peix - va di -, yo te vull y te respeto mol. Pero acabaré en la teua

vida abáns de que acabo este día…

"Ojalá", va pensá.

Un muixonet va acudí volán cap a la barca, prossedén del Nort.
Ere una espessie de curruca que volabe mol cacho sobre l´aigua.
Lo vell sen va doná cuenta de que estabe mol cansat. Lo muixó va arribá hasta la popa de la barca y va descansá allí. Después va volá al voltán del cap del agüelo y va aná a posás al sedal, aon estabe mes cómodo.

- ¿Quína edat tens? - li va preguntá lo vell al muixó -. ¿Es este lo teu la primé viache? -

Lo muixó lo va mirá al sentíl parlá. Estabe massa cansat pera examiná lo sedal y se va balansejá agarranse fort an ell en les seues delicades potetes.

- Estás firme - li va di lo vell -, massa firme. Después de una

nit sense ven no hauríes de está tan cansat. ¿A qué venen los muixóns? "Los esparvés - va pensá - ixen al mar a esperáls". Pero no li va di res de aixó al muixonet, que de tots modos no podíe entendrel, y ya tindríe tems de coneixe als esparvés.

- Descansa, muixonet, descansa - va di -. Después ves a corre fortuna com consevol home o muixó o peix.

Lo estimulabe a parlá perque la seua esquena se habíe endurit de nit y ara li fée mal de verdat.

- Quédat a casa meua, si vols, muixonet - va di -. Llástima que no puga isá la vela y portát a la terra, en la suave brissa que se está eixecán. Pero estás en un amic.

Justamen entonses lo peix va pegá una súbita sacsada; lo vell va abansá cap a la proa; y haguere caigut per la borda si no se haguere aguantat y soltat un poc de sedal.

Lo muixó va eixecá lo vol cuan lo sedal se va moure, y lo vell ni siquiera lo habíe vist anassen. Va paupá cuidadosamen lo sedal en la ma dreta y va notá que la seua ma sangrabe.

- Algo me ha ferit - va di en veu alta, y va estirá del sedal pera vore si podíe fé virá al peix. Pero cuan arribabe a la seua máxima tensió, va aguantá firme y se va tirá cap a atrás pera fé contrapés.

- Ara u estás sentín, peix - va di -. Y be sap Deu que tamé yo u noto.

Va mirá al voltán a vore si veíe al muixó, perque li haguere agradat tíndrel de compañ. Lo muixó sen habíe anat.

"No te has quedat mol tems - va pensá lo vell -. Pero allí aon vas,

sirá mes difíssil, hasta que arribos a la costa. ¿Cóm me hauré dixat

tallá per eixa rápida sacsada del peix? Me dec está tornán sompo.

O potsé sigue que estaba mirán al muixó y pensán en ell. Ara prestaré

atensió a la meua faena y después me minjaré lo bonito pera que les forses no me fallon".

- Ojalá estiguere aquí lo mosso, y que tinguere un poc de sal - va di en

veu alta.

Passán la presió del sedal al muscle esquerro y aginollanse en cuidadet, se va rentá la ma al mar y la va tindre allí afonada durán mes de un minut, veén corre la sang y desfés en estela, y lo continuo movimén del aigua contra la seua ma al moures la barca.

- Ara va mol mes lento - va di.

Al vell li haguere agradat mantindre la ma al aigua salada durán mes

tems, pero se temíe un atre espentó del peix, se va eixecá, se va afiansá y va alsá la ma contra lo sol. Ere sol un rose del sedal lo que li habíe tallat la seua carn.

Pero ere a la part en la que teníe que traballá. Lo vell sabíe que antes de que aixó acabare nessessitaríe les seues mans, y no li agradabe gens está ferit antes de escomensá la batalla.

- Ara - va di cuan la seua ma se habíe secat - ting que minjám eixe bonito. Puc arrimá lo bichero y minjámel aquí tranquilamen.

Se va aginollá, va trobá lo bonito y lo va atraure cap an ell, evitán que se embolicare en los rolls de sedal. Aguantán lo sedal al muscle esquerro y apoyanse al bras esquerro, va traure lo bonito del garfio del bichero y va torná lo bichero al seu puesto. Va ficá un ginoll damún del peix y va arrencá tires de carn fosca a lo llarg desde la part del clatell hasta la coa. Eren tires en forma de cuña y les va arrencá desde la vora del esquinás hasta lo borde del ventre. Cuan ne va arrencá sis, les va estendre a la fusta de la popa, va llimpiá lo seu gaviñet als pantalóns, va eixecá lo restán del bonito per la coa y lo va tirá per la borda.

- No crec que puga minjámel sansé - va di, y va tallá per la mitat una de les tires. Sentíe la firme tensió del sedal y la seua ma esquerra teníe calambres. La va escorre cap a dal per lo du sedal y la va mirá en disgust.

- ¿Quína classe de ma es esta? - va di -. Pots tindre calambres si vols,

pots convertít en una garra. De res te valdrá.

"Venga", va pensá, y va mirá al aigua fosca y al tall del sedal. "Mínjatel ara y li donará forsa a la ma. No es culpa de la ma, portes moltes hores en lo peix enganchat. Pero pots quedát sempre en ell. Mínjat ara lo bonito".

Va pendre un tros, sel va portá a la boca y lo va mastegá lentamen.
No ere desagradable.

"Mastégal be - va pensá -, y no pergues gens de suc. En un poc de

llimó o llima o en sal no estaríe mal".

- ¿Cóm te sens, ma? - li va preguntá a la que teníe calambres y que

estabe casi tiessa com un cadáver -. Ara minjaré una mica pera tú.

Se va minjá latra part del tros que habíe tallat en dos. La va mastegá en cuidado y después va escupiñá la pell.

- ¿Cóm va assó, ma? ¿O es massa pronte pera sabéu?

Va pendre un atre tros sansé y lo va mastegá.

"Es un peix mol fort y de calidat - va pensá -. Vach tindre sort de enganchál an ell, en ves de a un dorat. Lo dorat es massa dols. Este no es gens dols y guarde tota la forsa".

"Sin embargo, ña que sé práctic - va pensá -. Datra cosa no té sentit.

Ojalá tinguera un poquet de sal. Y no sé si lo sol secará o podrirá lo que me quede. Per tan, sirá milló que me´l minja tot, encara que no tinga fam. Lo peix seguix estirán firme y tranquilamen. Me minjaré tot lo bonito y entonses estaré preparat".

- Tin passiensia, ma - va di -. Aixó u fach per tú.

"Me agradaríe donali de minjá al peix - va pensá -. Es lo meu germá. Pero ting que matál y cobrá forses pera féu". Lenta y deliberadamen se va minjá totes les tires en forma de cuña del peix.

Se va adressá, llimpianse la ma als pantalóns.

- Ara - va di -, ma, pots soltá lo sedal. Yo aguantaré al peix en lo bras hasta que te se passo eixa bobería.

Va ficá lo seu peu esquerro sobre lo sedal que habíe aguantat la ma esquerra y se va fé cap a atrás pera portá la presió en la esquena.

- Deu vullgue que me se trague lo calambre - va di -, perque no sé qué fará lo peix.

"Pero pareix tranquil - va pensá -, y seguix lo seu plan. Pero, ¿quín sirá lo seu plan? ¿Y quín es lo meu? Lo meu lo tindré que improvisá de acord al seu, perque es un peix mol gran. Si brinque, podré matál. Pero no acabe de eixí de allá baix. Entonses, seguiré en ell allá baix".

Se va rascá la ma bauba que teníe calambres contra los pantalóns y va tratá de obligá los dits. Pero estos se resistíen a obrís. "Pot sé que se óbrigue al sol - va pensá -. Pot sé que se óbrigue cuan lo bonito crugo haigue sigut paít. Si la nessessito, la obriré costo lo que costo. Pero no vull obrila ara per la forsa. Que se óbrigue per sí mateixa y que torno per la seua voluntat. Después de tot, vach abusá mol della de nit cuan ere nessessari soltá y empalmá los sedals".

Va mirá lo mar y ara sen va doná cuenta de lo sol que estabe. Pero veíe los prismes al aigua profunda y fosca, lo sedal estirat cap abán y la extraña ondulasió de la calma. Los nugols se estaben acumulán ara per la brissa, va mirá abán y va vore una bandada de patos salvaches que se proyectaben contra lo sel sobre l´aigua, después formaben un borró y tornaben a destacás com un aguafuerte; y sen va doná cuenta de que dingú está may sol al mar. Va recordá cóm algúns homens teníen temó de trobás fora de la vista de terra a una barqueta; y en los mars de súbito mal tems teníen raó. Ara ere lo tems dels ciclóns, y cuan no ña ciclón al tems dels ciclóns es lo milló tems del añ.
"Si ña ciclón, sempre pot un vore les siñals varios díes abáns al mar. Desde terra no se veuen perque no se saben reconeixe - va pensá -.
A la terra té que notás tamé per la forma dels nugols. Pero ara no ña cap ciclón a la vista".

Va mirá al sel y va vore la formassió dels blangs cúmulos, com sabroses piles de mantecat, y mes amún se veíen les tenues plomes dels cirros.

- brissa ligera - va di -. Milló tems pera mí que pera tú, peix.

La seua ma esquerra estabe encara agarrotada, pero se anabe soltán poc a poc.

"Me fastidie este calambre - va pensá -. Es una traissió del propi cos. Es humillán dabán dels demés tindre diarrea produída per envenenamén de promaínes o vomitá per lo mateix. Pero lo calambre lo humille a un, espessialmén cuan está sol".

"Si lo mosso estiguere aquí podríe fregám la ma y soltala, desde lo

antebrás - va pensá -. Pero ya se soltará".

Después va palpá en la ma dreta pera vore la diferensia de tensió al sedal; va vore que lo sesgo, lo tall inclinat del cable, cambiabe al aigua. Seguidamen, al inclinás contra la cuixa, va vore que preníe un lento sesgo assendén.

- Está puján - va di -. Venga, ma, torna, te u demano.

Lo sedal se alsabe lenta y continuamen. Después la superfissie del mar se va belcá dabán de la barca y va assomá lo peix. Va eixí interminablemen y manabe aigua per los costats. Relluíe al sol, y lo seu cap y llom eren de un coló púrpura oscur, y al sol les franjes dels seus costats lluíen amples y de un tenue coló blau-grana. La seua espasa ere tan llarga com un bate de béisbol y afilada com un estoque. Lo peix va apareixe sobre l´aigua en tota la seua llargaria, y después va torná a entrá an ella dolsamen, com un buzo, y lo vell va vore la gran fulla de dalla de la seua coa sumerginse, y lo sedal va escomensá a corre.

- Es dos peus mes llarg que la barca - va di lo vell. Lo sedal seguíe

corrén rápit pero gradualmen, y lo peix no teníe temó. Lo vell tratabe

de mantindre en les dos mans lo sedal tan tenso com podíe, sense que se trencare. Sabíe que si no podíe aguantá al peix en una presió continuada, lo peix podíe emportás tot lo sedal y trencál.

"Es un gran peix y ting que convénsel - va pensá -. No li ting que permití may que sen acato de la seua forsa ni de lo que podríe fé si “arrencare a corre”. Si yo fora ell faría aná ara tota la forsa y seguiría hasta que algo se trencare. Pero, grassies a Deu, los peixos no son tan inteligéns com los que los matem; encara que son mes nobles y mes habils". Lo vell habíe vist mols peixos grans. Ne habíe vist mols que pesaben mes de mil libres, y ne habíe agarrat dos de aquella mida a la seua vida, pero may sol. Ara, sol, y fora de la vista de terra, estabe agarrat al peix mes gran que habíe vist may, mes gran que los que coneixíe de oídes, y la seua ma esquerra estabe encara tan tiessa com les garres de un águila.

"Pero ya se soltará - va pensá -. Segú que se ni anirá lo calambre

pera que pugue ajudá a la ma dreta. Tres coses se poden considerá

germanes: lo peix y les meues dos mans. Té que anássenhi lo calambre". Lo peix habíe tornat a agarrá la seua velossidat y seguíe al seu ritmo habitual.

"Me pregunto per qué haurá eixit a la superfissie - va pensá lo vell -.

Va brincá pera amostrám lo gran que es. Ara ya u sé - va pensá -.
Me agradaríe demostrali quína classe de home soc. Pero entonses voríe la ma bauba. Que se penso que soc mes home de lo que soc, y u siré.

Vullguera sé lo peix, en tot lo que té, frente a la meua voluntat y la meua inteligensia".

Se va acomodá confortablemen contra la fusta y va asseptá sense protestá lo seu patimén. Y lo peix seguíe nadán sense pará, y la barca se movíe lentamen sobre l´aigua fosca. Se estabe eixecán un poc de oleaje per lo ven de Lleván, y al michdía la ma esquerra del agüelo estabe libre del calambre.

- Males notissies pera tú, peix - va di, y va moure lo sedal sobre los sacs que cubríen los seus muscles.

Estabe cómodo, pero patíe, encara que ere incapás de confessá lo seu patimén.

- No soc religiós - va di -, pero resaría deu padrenuestros y deu

avemaríes pera peixcá este peix, y prometixgo fé una peregrinassió a la Virgen del Cobre si lo peixco. U prometixco. Va escomensá a di les seues orassións de modo mecánic. A vegades se sentíe tan cansat que no recordabe la orassió, pero después les díe rápidamen, pera que ixqueren automáticamen. "Les avemaríes son mes fassils de di que los parenostres", va pensá.

- Deu te salvo, María, plena eres de grassia, lo siñó está en tú, beneída tú eres entre totes les dones, y beneít es lo fruit del teu ventre, Jesús. Santa María, mare de Deu, roga per natros, pecadós, ara y a la hora de la nostra mort, Amén.

Después va afegí: - Virgen beneyta, roga per la mort de este peix. Encara que sigue tan maravellós.

Dites les seues orassións, sentinse milló, pero patín igualmen, y si auncás un poc mes, se va incliná contra la fusta de proa y va escomensá a activá mecánicamen los dits de la seua ma zurda.

Lo sol calentabe fort ara, encara que se estabe eixecán ligeramen la brissa.

- Sirá milló que torna a ficá sebo al sedal de popa - va di -. Si lo peix

dessidix quedás un atra nit, nessessitaré torná a minjá y quede poca aigua a la botella. No crec que puga peixcá aquí mes que un dorat. Pero si mel minjo bastán fresc, no sirá roín. Me agradaríe que aterrissare a bordo esta nit un peix voladó. Pero no ting cap llum pera atráurel. Un peix voladó es exelén pera minjássel crúo y no tindría que llimpiál. Ting que aforrá ara tota la meua forsa.

"¡Cristo! ¡No sabía que fore tan gran!".

- Sin embargo, lo mataré - va di -. En tota la seua gloria y la seua grandesa.

"Encara que es injust - va pensá -. Pero li demostraré lo que pot fé un

home y lo que es capás de aguantá".

- Ya li vach di al mosso que yo era un home extrañ - va di -, ara

es lo momén de demostráu.

Lo milená de vegades que u habíe demostrat no significabe res. Ara u

estabe tornán a probá. Cada vegada ere una nova sircunstansia y cuan u fée no pensabe may en lo passat.

"Me agradaríe que se adormiguere y podé dormí yo, y ensomiá en los leóns - va pensá -. ¿Per qué, de lo que quede al meu servell, sirán los leóns lo prinsipal? No pensos, vell - se va di -. Reposa dolsamen contra la fusta y no pensos en res. Lo peix traballe. Traballa tú lo menos que pugues".

Estabe ya entrada la tarde y la barca encara se movíe lenta y seguidamen. Pero la brissa del Este contribuíe ara a la resistensia de la barca, y lo vell navegabe suavemen al ligero oleaje, y la coissó del sedal a la esquena encara ere poca y soportable.

Una vegada, per la tarde, lo sedal va escomensá a alsás. Pero lo peix va seguí nadán a un nivell algo mes alt. Lo sol li pegabe ara al bras y lo muscle esquerros y a la esquena. Per assó sabíe que lo peix habíe virat al nordeste. Ara que lo habíe vist una vegada, podíe imaginássel nadán al aigua en les seues purpurines aletes pectorals desplegades com ales y la gran coa tiessa tallán les tiniebles.
"Me pregunto cóm podrá vore a tanta profundidat - va pensá -. Los seus ulls son enormes, y un caball, en mol menos ull, pot vore a la oscurina. A un atre tems yo veía perfectamen a la oscurina, no a la tiniebla completa, pero veía casi com los gats".

Lo sol y lo continuo movimén dels seus dits habíen liberat completamen del calambre a la ma esquerra, y va escomensá a passá mes presió an esta ma, contraén los músculs de la seua esquena pera repartí un poc la coissó del sedal.

- Si no estás cansat, peix - va di en veu alta -, tens que sé mol extrañ.

Se sentíe ara mol cansat y sabíe que pronte vindríe la nit y va tratá de

pensá en atres coses. Va pensá en les grans Ligues. Sabíe que los Yankees de nova York estaben jugán contra los Tigres de Detroit.

"Este es lo segón día que no men entero del resultat dels jocs -

va pensá -. Pero ting que tindre confiansa y hay de sé digne del gran DiMaggio, que fa totes les coses perfectamen, encara en doló de la espola del os del calcañá. ¿Qué es un espoló de os? - se va preguntá -. Natros no ne tenim. ¿Sirá tan dolorosa com la espola de un gall de pelea al taló de una persona? Crec que no podría soportá assó, ni la pérdua de un dels ulls, o dels dits, y seguí peleján com fan los galls de pelea. Lo home no es gran cosa comparat en los grans muixóns y les fieres. En tot, preferiría sé eixa bestia que está allá baix a la tiniebla del mar".

- No sé - va di en veu alta -. may hay tingut un espoló al calcañá.

Lo sol se estabe ponén. Pera donás mes confiansa, lo vell va recordá

aquella vegada, cuan, a la taberna de Casablanca, habíe fet un pulso en lo gran negre de Cienfuegos, que ere lo home mes fort dels molls. Habíen estat un día y una nit en los seus colses damún de una raya de tiza a la taula, y los antebrassos verticals, y les mans agarrades.
Cadaú tratabe de baixá la ma del atre hasta la taula. Se van fé moltes apostes y la gen entrabe y eixíe del local a les llums de querosseno, y ell mirabe lo bras, la ma y la cara del negre. Cambiaben de árbitre cada cuatre hores, después de les primeres vuit, pera que los árbitres pugueren dormí. Per deball de les ungles dels dits corríe la sang, se miraben als ulls y als seus antebrassos, y los apostadós entraben y eixíen del local, y se assentaben a taburets contra la paret pera mirá. Les parets estaben pintades de un blau brillán. Eren de fusta, y les lámpares proyectaben les sombres dels pulsejadós contra nelles.

La sombra del negre ere enorme y se movíe contra la paret segóns la brissa fée oscilá les lámpares. Les apostes van seguí puján y baixán tota la nit, y al negre li donaben ron y li enseníen sigarros a la boca. Después del ron, lo negre va fé un tremendo esfors y una vegada habíe tingut al vell, que entonses no ere vell, sino Santiago lo Campeón, prop de tres pulgades fora de la vertical. Pero lo vell habíe eixecat la ma y la habíe ficat a nivell. Entonses va tindre la seguridat de que teníe derrotat al negre, que ere un home magnífic y un gran atleta. Y al vindre lo día, cuan los apostadós estaben demanán que se declararen tables, va aplicá tota la seua forsa y va forsá la ma del negre cap aball, mes y mes, hasta feli tocá la fusta. La competensia habíe escomensat lo domenge pel matí y acabat lo dilluns pel matí. Mols dels apostadós habíen demanat un empat perque teníen que anassen a traballá als molls, a carregá sacs de sucre, o a la Havana Coal Company, la compañía de carbó havanera. De no sé per naixó, tot lo món haguere volgut que continuare hasta lo final. Pero ell la habíe acabat de tots modos abáns de la hora en que la gen teníe que anassen a pencá. Después de aixó, y durán mol tems, tot lo món li habíe cridat lo Campeón y habíe ñagut una trobada de desquite a la primavera. Pero no se habíen apostat mols dinés y ell habíe guañat fássilmen, ya que al primé match habíe trencat la confiansa del negre de Cienfuegos. Después habíe pulsejat unes cuantes vegades mes y después va dixá de féu. Va dessidí que podíe derrotá a consevol si u volíe de veres, pero va pensá que perjudicabe la seua ma dreta pera peixcá. Algunes vegades habíe practicat en la esquerra. Pero la seua ma esquerra habíe sigut sempre una traidora y no fée lo que li demanabe; no confiabe en ella.

"Lo sol la torrará be ara - va pensá -. No té que torná a engarrotás, a no sé que faigue massa fret de nit. Me pregunto qué me portará esta nit".

Un aeroplano va passá per damún camí de Miami y lo vell va vore cóm la seua sombra esbarrabe les taques de peixos voladós.

- En tans peixos voladós, té que ñabé dorats - va di, y se va fé

cap a atrás contra lo sedal pera vore si ere possible pendre alguna ventaja sobre lo seu peix. Pero no: lo sedal va permaneixe en eixa tensió, eixe tremoló y eixe rezumá de aigua que ve abáns de trencás. La barca avansabe lentamen y lo vell va seguí en la mirada al aeroplano hasta que lo va pedre de vista.

Té que sé mol extrañ aná en un aeroplano - va pensá -. Me pregunto

cóm lluirá la mar desde eixa altura. Si no volaren massa alt, podríen vore los peixos. Me agradaríe volá mol lentamen a dossentes brassades de altura y vore los peixos desde dal. En los barcos tortugués, yo anaba a la cruseta del mástil y encara an eixa altura ne veía mols. Desde allí dal los dorats relluíxen mes verds y se pot vore les seues franjes y les seues taques morades y se veu tot lo bang buceján. ¿Per qué tots los peixos voladós de la corrén fosca tenen lloms violetes y generalmen franjes o taques del mateix coló?
Lo dorat pareix verd, desde llugo, perque es realmen dorat. Pero cuan 
ve a minjá, verdaderamen famoleng, li apareixen franjes de coló violeta als costats, com passe en les agulles. ¿Sirá la cólera o la gran velossidat lo que les fa eixí?".

Justamen abáns de fés de nit, cuan passaben prop de una gran isla de

sargazo que se alsabe y baixabe y balansejabe al leve oleaje, com si lo

océano estiguere fen lo amor en alguna cosa, daball de una manta groga un dorat se va enganchá al seu sedalet. Lo vell lo va vore primé cuan va brincá al aire, or verdadé als radés rayos del sol, dobleganse y retortiganse fieramen. Va torná a eixí, una y atra vegada, en les acrobátiques eixides que li dictabe la seua temó. Lo home va torná com va pugué a la popa, acachanse y aguantán lo sedal gran en la ma y lo bras dret, va estirá del dorat cap a la seua ma esquerra, plantán lo seu peu esquerro descals sobre cada tram de sedal que anabe guañán. Cuan lo peix va arribá a la popa, pegán talls y cabussons, lo vell se va incliná sobre la popa y va eixecá al bruñit peix de or de peques morades. Les seues mandíbules o barres actuaben convulsivamen en rápides mossegades contra lo ham y va pegá al fondo de la barca en lo seu llarg y pla cos, en la seua coa y lo seu cap, hasta que lo vell li va pegá una brancada al seu brillán cap dorat. Entonses se va quedá quieto. Lo vell va desenganchá al peix, va torná a sebá lo sedal en un atra sardina y lo va aviá al aigua. Después va torná lentamen a la proa. Se va rentá la ma esquerra y se la va eixugá als pantalóns. Después va passá lo gros sedal de la ma dreta a la ma esquerra y va rentá la ma dreta al mar, mentres lo sol se afonabe al océano.

- No ha cambiat res - va di. Pero observán lo movimén del aigua contra la seua ma, va notá que ere perseptiblemen mes lento.

- Vach a amarrá los dos rems un contra l´atre y a colocáls de través

detrás de la popa: assó retardará de nit la seua velossidat - va di -.
Si lo peix se defén be de nit, yo tamé.

"Siríe milló llimpiá lo dorat una mica después pera que la sang se quedo a la carn - va pensá -. Puc fé assó un poc mes tart y amarrá los rems pera fé un remolque al mateix tems. Sirá milló dixá tranquil al peix per ara y no marejál massa a la posta del sol. La posta del sol es un momén difíssil pera tots los peixos".

Va dixá secá la seua ma al aire, después va agarrá lo sedal en ella, se va acomodá lo milló possible y se va tirá cap abán contra la fusta pera que la barca aguantare la presió tan o mes que ell.

"Estic adeprenén a féu - va pensá -, per lo menos esta part. Y después, recorda que lo peix no ha minjat desde que va mossegá la carnada, y que es enorme, y nessessite mol minjá. Ya me hay minjat un bonito sansé. Demá me minjaré lo dorat. Potsé men minja un poc cuan lo llimpia. Sirá mes difíssil de tragá que lo bonito. Pero, después de tot, res es fássil".

- ¿Cóm te sens, peix? - va preguntá en veu alta -. Yo me séntigo be, y

la meua ma esquerra va milló, y ting minjá pera una nit y un día. Seguix estirán de la barca, peix.

No se sentíe realmen be, perque lo doló que li causabe lo sedal a la

esquena habíe rebassat los límits del doló y habíe perdut la sensibilidat, com si li corregueren formigues per la esquena.
"Pero hay passat coses pijós - va pensá -. La meua ma sol

está una mica rosada y lo calambre ha desaparegut del atra. Les meues cames están perfectamen. Y ademés, ara te porto ventaja en la cuestió del minjá".

Ara es de nit, pos al setembre se fa de nit rápidamen después de la posta del sol. Se va apoyá a la fusta gastada de la proa y va reposá tot lo possible. Habíen eixit les primeres estrelles. No coneixíe lo nom de Venus, pero la va vore, y sabíe que pronte estaríen totes a la vista, y

que tindríe en ell a totes les seues amigues lluñanes.

- Lo peix es tamé lo meu amic - va di en veu alta -. May hay vist un peix aixina, ni hay sentit parlá dell. Pero ting que matál. Men alegro de que no tingam que tratá de matá als estels.

"Imagínat que cada día tinguere un que tratá de matá a la lluna - va pensá -, la lluna se escape. Pero ¡imagínat que tinguere un que tratá diariamen de matá al sol! Vam naixe en sort", va pensá.

Después va sentí pena per lo gran peix que no teníe res que minjá, y la seua dessisió de matál no se va afluixá per naixó ni un instán.
"Podríe alimentá a molta gen - va pensá -. Pero, ¿sirán dignes de minjássel? No, desde luego que no. No ña cap persona digna de minjássel, jusgán lo seu comportamén y la seua gran dignidat".

"No compreng estes coses - va pensá -. Pero es bo que no tingam que tratá de matá al sol o a la lluna o als estels. Ya ne tenim prou en viure del mar y tindre que matá als nostres verdadés germáns".

"Ara – va meditá - ting que pensá en lo remolque pera disminuí la velossidat. Té los seus perills y mérits. Podría pedre tan sedal que

perga al peix si fa lo seu esfors y si lo remolque de rems está al seu puesto y la barca pert tota la seua agilidat. La seua ligeresa prolongue lo patimén de natros dos, pero es la meua seguridat, ya que lo peix té una gran velossidat que no ha empleat encara. Passo lo que passo, ting que llimpiá lo dorat a pera que no se faigue malbé y minjá una part dell pera está fort".

"Ara descansaré una hora mes, y voré si continúe firme y sense alterassió abáns de torná a la popa, y fé lo treball, y pendre una dessisió. Mentrestán, voré cóm se porte y si presente algún cambi.
Los rems son un bon truco, pero ha arribat lo momén de actuá sobre segú. Encara es mol peix, y hay vist que lo ham estabe al canto de la seua boca, y ha mantingut la boca herméticamen tancada. Lo cástic del ham no es res. Lo cástic de la fam y lo que se trobe frente a una cosa que no comprén, u es tot. Descansa ara, vell, y díxal traballá hasta que arribo lo teu turno".

Va descansá durán lo que va creure siríen dos hores. La lluna no se eixecabe ara hasta tard y no teníe modo de calculá lo tems. Y no descansabe realmen, lo pes seguíe allí. Encara portáe als muscles la presió del sedal, pero va ficá la ma esquerra a la regala de proa y va aná confián cada vegada mes la resistensia a la propia barca.

"Qué fássil siríe si puguera amarrá lo sedal - va pensá -. Pero en una brusca sacsada podría partíl. Ting que amortiguá la tensió del sedal en lo meu cos y está disposat en tot momén a soltá sedal en les dos mans".

- Pero encara no has dormit, vell - va di en veu alta -. Ha passat

mich día y una nit, y ara ve un atre día, y no has dormit. Tens que ideá algo pera pugué dormí una mica si lo peix seguix estirán tranquila y

seguidamen. Si no dorms, te se pot anugolá lo cap.

Ara ting lo cap despejat - va pensá -, massa despejat. Estic tan cla com los estels, que son los meus germans. En tot, ting que dormí.

Les estrelles dormen, y la lluna y lo sol tamé dormen, y hasta lo océano dorm a vegades, algúns díes, cuan no ña corrén y se produíx una calma chicha".

"Pero enrecórdaten de dormí - va pensá -, oblígat a féu y inventa algún modo simple y segú de atendre als sedals. Ara torna allá y prepara lo dorat. Es massa perillós armá los rems en forma de remolque y adormís".

"Podría passá sense dormí - se va di -, pero siríe massa perillós".

Va escomensá a obrís pas cap a la popa, a marramiaus, en les mans y ginolls, cuidán de no sacsá lo sedal del peix. "Este podríe está ya mich adormit - va pensá -. Pero no vull que descanso. Té que seguí estirán hasta que se mórigue".

Tornán a la popa, se va colocá de modo que la seua ma esquerra aguantabe la tensió del sedal a través de los seus muscles y va traure lo gaviñet de la funda en la ma dreta.

Ara los estels estaben brilláns, y va vore claramen lo dorat, li va enclavá lo gaviñet al cap y lo va traure de deball de la popa. Va ficá un dels seus peus damún del peix, y lo va obrí rápidamen desde la coa hasta la punta de la seua mandíbula inferió. Después va soltá lo gaviñet y lo va destripá en la ma dreta llimpianlo completamen y arrencanli les agalles. Va sentí la tripa pesada y rellissosa a la seua ma, y la va obrí. A dins ñabíen dos peixos voladós. Estaben frescs y dus, los va ficá juns y va aviá les tripes al aigua per la popa. Se van afoná dixán una estela de fosforessensia al aigua. Lo dorat estabe ara fret y ere de un leprós blang-gris a la llum de les estrelles; y lo vell li va arrencá la pell de un costat mentres aguantabe lo seu cap en lo peu dret. Después lo va voltá y va pelá latra part, y en lo gaviñet va eixecá la carn de cada costat desde lo cap a la coa. Va soltá lo desperdissio sobre la borda y va mirá a vore si se produíe algún remolino al aigua. Pero sol se persibíe la llum de la seua lenta baixada. Va ficá los dos peixos voladós a dins dels filets del dorat, y, tornán lo gaviñet a la funda, va aná cap a la proa. La seua esquena seguíe belcada per la presió del sedal que corríe per ella mentres ell aguantabe al peix en la ma dreta.

A la proa, va ficá los dos filets del dorat a la fusta y los peixos voladós jun en ells. Después de aixó, va afirmá lo sedal a través de los seus muscles y a un puesto diferén, y lo va aguantá en la ma esquerra apoyada a la regala. Después se va incliná sobre la borda y va rentá los peixos voladós al aigua, notán la velossidat del aigua contra la seua ma. La seua ma estabe fosforessén per habé pelat al peix y va observá la corrén de aigua contra nella. La corrén ere menos forta y al fregá lo canto de la seua ma contra les taules de la barca van eixí flotán partícules de fósforo y van aná lentamen cap a la popa.

- Se está cansán o está descansán - va di lo vell -. Ara díxam minjá este dorat, pendre algún descáns y dormí un poc.

Daball dels estels de la nit, que se anabe tornán cada vegada mes freda, se va minjá la mitat de un dels filets de dorat y un dels peixos voladós llimpio de budells y sense lo cap.

- Qué bo que es este dorat pera minjássel guisat - va di -, y qué roín que es crugo. May tornaré a eixí en una barca sense sal o llimóns.

"Si haguera tingut servell, hauría ficat aigua a la proa tot lo día. Al secás, hauría tingut sal - va pensá -. Pero lo fet es que no vach enganchá lo dorat hasta prop de la posta del sol. Sin embargo, va sé una falta de previsió. Pero lo hay mastegat be y no me done golades".

Lo sel se estabe anugolán sobre lo lleván y un detrás del atre los estels que coneixíe van aná desapareixén. Ara pareixíe com si estigueren entrán a un gran estret de nugols, y lo ven habíe amainat.

- Dins de tres o cuatre díes tindrem mal tems - va di -. Pero no esta

nit, ni demá. Procura ara dormí un poc, vell, mentres lo peix

está tranquil y seguix estirán seguit. Va aguantá firmemen lo sedal en la seua ma dreta, después va espentá la seua cuixa contra la seua ma dreta mentres ficáe tot lo pes contra la fusta de la proa. Después va passá lo sedal un poc mes aball, als muscles, y lo va aguantá en la ma esquerra en forma de soport.

"La meua ma dreta pot aguantál mentres tingue soport - va pensá -.
Si se afluixe ensomián, la meua ma esquerra me despertará cuan lo sedal escomenso a corre. Es du pera la ma dreta. Pero está acostumada al cástic. Encara que sol dórmiga vin minuts o mija horeta, me fará be". Se va incliná cap abán, afiansanse contra lo sedal en tot lo seu cos, tirán tot lo seu pes sobre la ma dreta, y se va quedá adormit. No va ensomiá en los leóns maríns. Va ensomiá en una gran taca de marsopes que se escampabe per unes vuit o deu milles. Y aixó ere a la época del seu aparellamén, y brincaben mol alt al aire, y tornaben al mateix forat que habíen ubert al aigua al brincá fora della. Después va ensomiá que estabe al poble, al seu llit, y bufabe un ven del nort mol fret, y la seua ma dreta estabe adormida perque lo seu cap descansabe an ella en ves de cuixí.

Después sí que va escomensá a ensomiá en la llarga playa groga, y va vore al primé dels leóns que baixaben an ella al tardet. Y después van acudí los atres leóns. Y ell va apoyá la barbilla sobre la fusta de la proa del barco que allí estabe fondejat, y va sentí la brissa de la vesprada desde terra, mentres aguardabe a vore si veníen mes leóns. Y ere felís.

La lluna se habíe eixecat fée mol tems, pero ell seguíe dormín, y lo peix seguíe estirán seguidamen de la barca, y este entrabe a un túnel de nugols.

Lo va despertá la sacsada del seu puñ dret contra la cara y la coissó del sedal passán per la seua ma dreta. No teníe cap sensassió a la seua ma esquerra, pero va frená tot lo que va pugué en la dreta y lo sedal seguíe corrén pressipitadamen. Per fí la seua ma esquerra va trobá lo sedal, y lo vell se va fé cap atrás contra lo sedal, y ara li cremabe la esquena y la ma esquerra, y la seua ma esquerra estabe aguantán tota la tracsió, y se estabe pelán de mala manera. Va torná la vista als rolls de sedal y va vore que se estaben desenrollán suavemen. Just entonses, lo peix va irrumpí a la superfissie fen un gran desgarró al océano, y va caure pesadamen después. Al poc, va torná a eixí, brincán una y un atra vegada, y la barca anabe rápidamen encara que lo sedal seguíe corrén, y lo vell estabe traén la tensió hasta lo seu máxim de resistensia, repetidamen, una y un atra vegada.
Lo peix habíe estirat dell contra la proa, y la seua cara estabe contra la tallada de dorat y no podíe moures.

"Aixó es lo que esperabem - va pensá -, aixina pos, u aguantarem".

"Que tingue que pagá per lo sedal - va pensá -, que tingue que pagál be".

No podíe vore los brincos del peix sobre l´aigua: sol sentíe lo soroll del peix al entrá al océano. La velossidat del sedal pelabe les seues mans, pero may habíe ignorat que aixó passaríe, y va tratá de mantindre lo rose als callos o durissies de la pell y probabe de no dixá escapá lo sedal a la palma, pera evitá que li pelare los dits.

"Si lo mosso estiguere aquí, bañaríe los rolls de sedal - va pensá -. Sí.

Si lo mosso estiguere aquí. Si lo mosso estiguere aquí".

Lo sedal sen anabe mes y mes, pero ara mes lentamen, y lo vell estabe obligán al peix a guañá en mol treball cada pulgada de sedal. Ara va eixecá lo cap de la fusta y lo va traure del tall de peix que la seua galta habíe aplanat. Después se va ficá a ginollóns y seguidamen se va ficá de peu en lentitut. Estabe sedín sedal, pero mes lentamen cada vegada. Va torná aon podíe sentí al peu los rolls de sedal que no veíe. Quedabe encara prou sedal y ara lo peix teníe que vense la fricsió de tot aquell nou sedal a través del aigua.

"Sí, - va pensá - y ara ha eixit mes de una dotsena de vegades fora del aigua y ha omplit de aire les bosses a lo llarg del llom y no pot baixá a morí a les profundidats de aon yo no puga eixecál. Pronte escomensará a doná voltes. Entonses tindré que escomensá a treballál. Me pregunto qué li haurá fet brincá tan de repén fora del aigua. ¿Haurá sigut la fam, portanlo a la dessesperasió, o haurá sigut algo que lo ha assustat?

Potsé haygue tingut temó de repén. Pero ere un peix tranquil, tan fort, y va pareixe tan valerós y confiat… Es extrañ".

- Milló sirá que tú mateix no tingues temó y que tingues confiansa, vell

- va di -. Lo estás tornán a aguantá, pero no pots arrepetá sedal. Pronte tindrá que escomensá a girá y voltá. Lo vell aguantabe ara al peix en la seua ma esquerra y en los seus muscles, se va incliná y va agarrá aigua al clotet de la ma dreta pera traures de la cara la carn aplanada del dorat. Teníe temó de que li donare golades, y vomitare, y perguere les seues forses. Cuan va acabá de llimpiás la cara, se va rentá la ma dreta en aigua per la borda, y después la va dixá al aigua salada mentres persibíe la aparissió de la primera llum que pressedix a la eixida del sol.

"Va casi dret al este - va pensá -, assó vol di que está cansat y

que seguix la corrén. Pronte tindrá que girá. Entonses escomensará lo nostre verdadé treball".

Después de considerá que la seua ma dreta portáe prou tems al aigua, la va traure y la va mirá.

- No está mal - va di -, pera un home, lo doló no importe.

Va aguantá lo sedal en cuidado, de manera que no se ajustare a cap de

les ressiéns rosadures, y lo va corre de modo que puguere ficá la seua ma esquerra al mar per l´atre costat de la barca.

- U has fet bastán be y no en balde – li va di a la seua ma esquerra -,

pero va ñabé un momén en que no podía trobát.

"¿Per qué no hauré naixcut en dos bones mans? - va pensá -.
Potsé yo hayga tingut la culpa, per no entrená esta degudamen. Pero be sap Deu que ha tingut bastantes ocasións de adependre. No u ha fet tan mal esta nit, después de tot, y sol ha patit un calambre una vegada. Si li torne a agarrá, dixa que lo sedal li arrenco la pell".

Cuan li va pareixe que se li estabe anugolán un poc lo cap, va pensá que teníe que minjá un poc mes de dorat. "Pero no puc - se va di -.
Es milló tindre la men una mica entaragañada que pedre forses per la náusea. Y yo sé que no me se assentará la carn si me la minjo después de habém enfangat la cara en ella. La dixaré pera un cas de apuro hasta que se faigue malbé. Pero es massa tard pera tratá de guañá forses per mich de la alimentassió.

Eres tonto - se va di -. Mínjat l´atre peix voladó".

Estabe allí, llimpio y amanit, y lo va pendre en la ma esquerra, y se´l

va minjá tot, hasta la coa, mastegán cuidadosamen.

"Ere mes de alimén que casi consevol atre peix - va pensá -, per lo menos me donará lo tipo de forsa que nessessito. Ara hay fet lo que podía - va pensá -. Que escomenso a fé sírculs, y que vingue la pelea".

Lo sol estabe eixín per tersera vegada desde que se habíe fet a la mar,

cuan lo peix va escomensá a doná voltes. Lo vell no podíe vore, per lo sesgo del sedal, que lo peix estabe girán. Ere massa pronte pera naixó. Sentíe simplemen un débil afluixamén de la presió del sedal y va escomensá a estirá dell suavemen en la ma dreta. Se va tensá, com sempre, pero just cuan va arribá al pun de trencás, lo sedal va escomensá a sedí. Lo vell va traure en cuidado lo cap y los muscles de

deball del sedal, y va escomensá a arreplegál suave y seguidamen. Va fé aná les dos mans sucessivamen, balansejanse y tratán de efectuá la tracsió, lo mes possible, en lo cos y cames. Les seues velles cames y los seus muscles giraben en eixe movimén de contoneo a que lo obligabe la tracsió.

- Es un ample sírcul- va di -. Pero está girán.

Después lo sedal va acabá de sedí, y lo vell lo va aguantá hasta que va vore que escomensabe a soltá les gotes al sol. Después va escomensá a corre, y lo vell se va aginollá y lo va dixá aná, a regañadéns, al aigua fosca.

- Ara está fen la part mes apartada del sírcul - va di.

"Ting que aguantá tot lo possible - va pensá -. La tirantó acursará lo seu sírcul cada vegada mes. Es possible que lo veiga dins de una hora. Ara ting que convénsel y después tinc que matál".

Pero lo peix seguíe girán lentamen y lo vell estabe empapat de suó

y fatigat hasta lo moll dels ossos dos hores después, pero los sírculs eren mol mes curts; y, per la forma en que lo sedal se sesgabe, podíe apressiá que lo peix habíe anat puján mentres girabe.

Durán una hora, lo vell habíe estat veén puns negres dabán dels ulls,

y la suó li salabe los seus ulls y la ferida que teníe a la seua sella y al seu fron.

No teníe temó dels puns negres. Eren normals per la forseguera en la que estabe estirán del sedal. Dos vegades, sin embargo, habíe sentit fluixera y marejos, y aixó li preocupabe.

- No puc fallám a mí mateix y morím frente a un peix com este - va di

-. Ara que lo estic arrimán tan prop, Deu me ajudo a ressistí.

Resaré sen padrenuestros y sen avemaríes. Pero no puc resáls ara.

"Considérals resats - va pensá -. Los resaré mes tart".

Justamen entonses, va sentí de repén una serie de estiróns y sacsades al sedal, que aguantabe en les dos mans. Ere una sensassió viva, dura y pesada.

"Está fotenli cops al filferro en la seua espasa - va pensá -. Teníe que passá. Teníe que fé assó. Sin embargo, pot sé que lo faigue brincá fora del aigua, y yo preferiría que ara seguire donán voltes. Los brincos fora del aigua li eren nessessaris pera pendre aire. Pero después de assó, se pot eixamplí la ferida del ham, y se podríe soltá del ham".

- No brincos, peix - va di -. No brincos.

Lo peix va pegá contra lo fil varies vegades mes, y cada vegada que sacsáe, lo vell sedíe un poc mes de sedal.

"Ting que evitá que aumento la seua doló - va pensá -. La meua doló no importe. Yo puc controlala. Pero lo seu mal podríe abalotál".

Después de un rato, lo peix va dixá de pegá cops contra lo filferro y va escomensá a regirá lentamen. Ara lo vell estabe guañán sedal gradualmen. Pero va torná a sentí un marech. Va agarrá una mica de aigua del mar en la ma esquerra y se va bañá lo cap. Después va agarrá mes aigua y se va refregá lo clatell.

- No ting calambres - va di -. Lo peix estará pronte a dal y ting que

resistí. Tens que aguantá. De assó, ni parlán.

Se va aginollá contra la proa y, per un momén, va desllissá lo sedal

per la seua esquena. "Ara descansaré mentres ell ix a fé lo seu sírcul, y

después, cuan vingue, me alsaré y lo traballaré", va dessidí.

Ere una gran tentassió descansá a la proa y dixá que lo peix trassare un sírcul per sí mateix sense arrepetá gens de sedal. Pero cuan la tirantó va indicá que lo peix habíe virat pera vindre cap a la barca, lo vell se va ficá de peu y va escomensá a estirá en eixe movimén giratori y de contoneo, hasta arreplegá tot lo sedal guañat al peix.

"May me hay sentit tan cansat - va pensá -, y ara está movén la brissa. Pero assó me ajudará a portál an terra. U nessessito mol".

- Descansaré a la próxima vegada que ixque - va di -. Me trobo

mol milló. Después, en dos o tres voltes mes, lo tindré al meu poder.

Lo seu sombrero de yarey estabe a la part de detrás del cap. Lo vell

va sentí que lo peix tornabe a girá, y un fort estiró del sedal lo va afoná contra la proa.

"Peix, ara estás traballán tú - va pensá -. Pronte te peixcaré".

Lo mar estabe bastán mes abalotat. Pero ere una brissa de bon tems y lo vell la nessessitabe pera torná a terra firme.

- Ficaré, simplemen, la proa cap al sur y al oeste - va di -. Un home no se perd may a la mar. Y la isla es llarga. Va sé a la tersera volta cuan primé va vore al peix. Lo va vore primé com una sombra fosca que va tardá tan tems en passá per deball de la barca, que lo vell no se podíe creure la seua longitut.

- No - va di -, no pot sé tan gran.

Pero ere tan gran, y al cap de la volta va eixí a la superfissie sol a trenta yardes de distansia, y lo home va vore la seua coa fora del aigua. Ere mes alta que una gran fulla de dalla, y de un coló blavós-roijot mol pálit sobre la oscura aigua blava. Va torná a afonás, y mentres lo peix nadabe justamen deball de la superfissie, lo vell va pugué vore lo seu enorme bulto y les franjes purpurines que lo señíen. La seua aleta dorsal estabe aplanada; y les seues enormes aletes pectorals desplegades tan com donaben.

An eixe sírcul va pugué vore lo vell lo ull del peix y les dos rémores grises que nadaben al voltán. A vegades se apegaben an ell, datres saltaben disparades. A vegades nadaben tranquilamen a la seua sombra. Cada una teníe mes de tres peus de llarg, y cuan nadaben rápidamen menejaben tot lo seu cos com les anguiles.

Lo vell estabe ara suán de valén, pero per algo mes que per lo sol.
A cada volta que donabe plássida y tranquilamen lo peix, lo vell anabe guañán sedal y estabe segú de que en dos voltes mes tindríe la ocasió de enclavali l´arpó.

"Pero ting que arrimál, apropál, m´el ting que fé - va pensá -. No ting que apuntá al cap, ting que embutílay al cor".

- Calma y forsa, vell – se va di.

A la volta siguién, lo llom del peix va eixí del aigua; pero estabe encara

massa lluñ de la barca. A la siguién, estabe encara lluñ, pero ya eixíe mes tros fora del aigua, y lo vell estabe segú de que recuperán un poc mes de sedal podríe arrimál a la barca.

Habíe preparat lo seu arpó mol abáns y lo seu roll de fil prim estabe a una sistella redona, y lo extrem estabe amarrat a la bita de proa.

Ara lo peix se estabe arrimán, tranquil, a la vista, y sense

moure mes que la seua gran coa. Lo vell va estirá tan com va pugué pera arrimál mes. Per un momentet lo peix se va girá un poc sobre un costat. Después se va adressá y va empendre un atra volta.

- Lo hay mogut - va di lo vell -. Esta vegada lay mogut.

Va sentí un atre marech, pero va seguí aplicán tota la presió que nessessitabe. "Lo hay mogut - va pensá -, potsé esta vegada puga

virál. Estireu, mans - va pensá -, aguanteu firmes, cames. No me fallos, cap, no me fallos. May te has dixat portá. Esta vegada vach a virál". Pero cuan va ficá en alló tot lo seu esfors escomensán a bastán distansia antes de que lo peix se ficare a lo llarg de la barca, y estirán en totes les seues forses, lo peix se va virá una mica, y después se va adressá, y se va alluñá nadán.

- Peix - va di lo vell -, peix, has de morí de tots modos.

¿Tens que matám tamé a mí?

"De esta manera no se conseguix res", va pensá. La seua boca estabe massa pastosa y seca pera parlá, pero ara no podíe alcansá l´aigua. "Esta vegada ting que arrimál - va pensá -. No estic pera moltes voltes mes. ¡Sí, cóm que no! - se va di an ell mateix -. Estás pera naixó y pera mol mes".
A la volta siguién va está a pun de vénsel. Pero lo peix se va torná a adressá y va eixí nadán lentamen.

"Me estás matán, peix - va pensá lo vell -. Pero tens tot lo dret.

Germá, may a la meua vida hay vist cosa mes gran, ni mes hermosa, ni mes tranquila, ni mes noble que tú. Venga, vine a matám. No me importe quí matará a quí". "Ara se está enterbolín la meua men - va pensá -, tens que mantindre lo teu cap despejat. Mantín lo teu cap despejat y adeprén a patí com un home. O com un peix", va pensá.

- Despéjat, cap - va di en veu que apenes podíe escoltá -. ¡Espabílat!

Dos vegades mes va passá lo mateix en les voltes.

"No u sé - va pensá lo vell. Cada vegada se habíe sentit a pun de fallá -. No sé. Pero u probaré un atra vegada".

U va intentá una vegada mes y se va sentí fallá cuan va virá al peix.
Lo peix se va adressá y va eixí nadán lentamen, meneján al aire la seua gran coa.

"U tornaré a probá", va prometre lo vell, encara que les seues mans estaben ara pulposes, y sol podíe vore be a ratos.

U va torná a intentá y va traure lo mateix. "Vaya - va pensá, y encara que se sentíe caure va di: vach a probáu un atra vegada".

Va agarrá tota la seua doló y lo que quedabe de la seua forsa y del orgull que habíe perdut fée ya mol tems y u va enfrentá a la agonía del peix. Y este se va virá sobre lo seu costat y va nadá suavemen aixina, de gairó, tocán casi la fusta de la barca y va escomensá a passá, llarg, espés, ample, platejat y en franjes de púrpura inacabables al aigua.

Lo vell va soltá lo sedal, va ficá lo seu peu damún pera aguantá, va eixecá l´arpó tan alt com va pugué y lo va aviá cap aball en tota la seua forsa, y algo mes de forsa que acababe de trobá, al costat del peix, justamen detrás de la gran aleta pectoral que se eixecabe al aire, a la altura del pit de un home. Va sentí que lo ferro penetrabe al peix, se va incliná sobre ell y lo va forsá a entrá mes, y después li va fotre damún tot lo seu pes. Después, lo peix se va reviscolá, en la mort a les entrañes, y se va eixecá del aigua, mostrán tota la seua gran llargaria y amplaria y tot lo seu poder y la seua bellea.

Va pareixe que flotáe al aire per damún del agüelo que estabe a la barca. Después va caure al aigua en un estampit que va aviá un regué de aigua sobre lo vell y sobre tota la barca.

Lo vell se sentíe fallá y estabe marejat y no veíe be. Pero va soltá lo sedal del arpó y lo va dixá corre lentamen entre les seues mans en carn viva, y cuan va pugué vore, va atiná que lo peix estabe de esquena, en lo seu ventre platejat cap a dal. Lo mánec del arpó se proyectabe en ángul desde lo muscle del peix y lo mar se estabe teñín de la sang roija del seu cor. Primé ere granate al aigua blava que teníe mes de una milla de fondaria. Después se va escampá com un núgol. Lo peix ere argentí, platejat, estabe quieto y flotabe portat per les oles. Lo vell mirabe en atensió cuan podíe vore. Después va doná dos voltes al sedal del arpó a la bita de la proa y se va aguantá lo cap en les mans.

- Ting que mantindre clara la men - va di contra la fusta de la proa -.

Soc un home vell y cansat. Pero hay matat an este peix, que es lo meu germá y ara ting que acabá la faena.

"Ara ting que prepará los llassos y la maroma pera amarrál al costat

- va pensá -. Encara que ne estiguerem dos y anegarem la barca pera carregá al peix y achicarem después la barca, no podríem portál.
Ting que preparáu tot y después arrimál, amarrál be, encaixá lo mástil y soltá vela a la tornada".

Va escomensá a estirá del peix pera ficál llarg de costat, de modo que

puguere passá un sedal per les seues agalles, tráurel per la boca y amarrá lo seu cap al costat de proa. "Vull vórel - va pensá -, tocál, y paupál. Crec que vach sentí lo contacte en lo seu cor - va pensá -, cuan vach espentá lo mánec del arpó la segona vegada. Arrimál ara y amarrál, y passali un llas per la coa y un atre per lo sentro, y lligál a la barca".

- Fícat a traballá, vell - va di. Va pendre un traguet de aigua.
“Ña molta faena que fé ara que la lucha se ha acabat.”

Va alsá la vista al sel y después la va baixá cap al seu peix. Va mirá al sol en detenimén. "No té que sé mol mes de michdía - va pensá -. Y la brissa se está eixecán. Los sedals no signifiquen res ya. Lo mosso y yo los empalmarem cuan arribem a casa".

- Venga, peix, vine aquí - va di. Pero lo peix no acudíe. Seguíe allí,

flotán al mar, y lo vell va portá la barca hasta nell.

Cuan va está al seu nivell y va tindre lo cap del peix contra la proa, no se va pugué creure que fore tan gran. Pero va soltá de la bita la corda del arpó, la va passá per les agalles del peix y la va traure per les barres o mandíbules. Va doná una volta en ella a la esquena y después la va passá a través de latra agalla. Va doná un atra volta a la espasa y va fé nugos a la doble corda y la va aguantá a la bita de proa. Va tallá entonses lo cabo y va aná a popa a enllassá la coa. Lo peix se habíe tornat mes platejat (originalmen ere violeta y platejat) y les franjes eren del mateix coló morat pálit de la seua coa. Eren mes amples que la ma de un home en los dits uberts y los ulls del peix pareixíen tan neutros com los espills de un periscopio o com un san a una professó.

- Ere la única manera de matál - va di lo vell. Se estabe trobán milló desde que habíe pres un traguet de aigua y sabíe que no fallaríe y lo seu cap estabe despejat.

"Tal com está, pese mil singsentes libres - va pensá -, potsé mes.
¿Si quedaren en llimpio dos terseres parts de assó, a trenta centavos (séntims) la libra?".

- Pera naixó nessessito una llapissera - va di -. Lo meu cap no está tan cla com pera fé cuentes. Pero crec que lo gran DiMaggio se haguere sentit avui orgullós de mí. Yo no ting espolóns de os, pero les mans y la esquena me fan mal de verdat.
"Me pregunto qué sirá un espoló de os - va pensá -. Pot sé que ne tinguem sense sabeu". Va fixá lo peix a la proa y a la popa y al bang del mich. Ere tan gran, que ere com amarrá una barca mol mes gran al costat de la seua. Va tallá un tros de sedal y va amarrá la mandíbula inferió del peix contra la seua espasa pera que no se obriguere la seua boca y que puguere navegá lo mes descansadamen possible. Después va encaixá lo mástil a la carlinga, y al tocho que ere lo seu bichero y lo botalón aparellats, la remendada vela va agarrá ven, la barca va escomensá a moures y, mich estés a la popa, lo vell va ficá la proa cap al suroeste. No nessessitabe cap brújula pera sabé aón estabe lo suroeste. No teníe mes que sentí la brissa y mirá la vela.
"Sirá milló que tira un sedal en una cullera al aigua y trata de peixcá algo pera minjá y bañau en aigua". Pero no va trobá cap cullera, y les seues sardines estaben passades. Aixina que va enganchá un parche de algues marines al bichero y lo va sacsá, y los camaronets que ñabíen a dins van caure al fondo de la barca. Ñabíen mes de una dotsena y brincaben y potejaben com pusses de playa. Lo vell los va arrencá los caps en lo índice y lo dit gros y sels va minjá, mastegán les clasques y les coes. Eren mol menudets, pero ell sabíe que eren de alimén y no teníen mal gust. Lo vell teníe encara dos tragos de aigua a la botella y ne va pendre la mitat de un después de habés minjat los camaróns. La barca navegabe be, considerán los inconveniéns, y lo vell gobernabe en la caña del timó deball del bras. Podíe vore al peix y no teníe mes que mirás les mans y sentí lo contacte de la seua esquena a la fusta pera sabé que aixó habíe passat realmen y que no ere un somni. Una vegada, cuan se trobabe mal, cap al final de la pelea, habíe pensat que potsé fore un somni. Después, cuan habíe vist saltá al peix del aigua y permaneixe inmóvil contra lo sel antes de caure, va tindre la seguridat de que ere algo mol extrañ y no su podíe creure.

Después va escomensá a vore mal. Ara, sin embargo, habíe tornat a vore com sempre. Ara sabíe que lo peix anabe ahí y que les seues mans y la seua esquena no eren cap somni. "Les mans se curen rápidamen - va pensá -. Les hay dessangrat, pero l´aigua salada les curará. L´aigua fosca del Golfo es lo milló retó que existix. Lo únic que ting que fé es conservá la claridat mental. Les mans han fet la seua faena y navegam be. En la seua boca tancada y la seua coa vertical naveguem com a germáns". - Después lo seu cap va escomensá a entaragañás un poc y va pensá: - "¿Me porte ell a mí o lo porto yo an ell? Si yo lo portara an ell a remolque no ñauríe cap duda. Tampoc si lo peix estiguere a dins de la barca ya sense cap dignidat". Pero navegaben juns, lligats costat en costat, y lo vell va pensá: "dixaré que ell me porto si vol. Yo sol soc milló que ell per les meues arts y ell no ha volgut fém mal". Navegaben be y lo vell va empapá les mans al aigua salada y va tratá de mantindre la men clara. Ñabíen nugols alts, cúmulos, y bastáns cirros damún dells: per assó sabíe que la brissa duraríe tota la nit. Lo vell mirabe al peix constanmen pera sersiorás de que ere sert.
Va passá una hora antes de que atacare lo primé tiburón.

Lo tiburón no ere un acsidén. Habíe aparegut desde la profundidat cuan lo núgol fosc de la sang se habíe format y se habíe escampat pel mar a una milla de profundidat. Habíe pujat tan rápidamen y tan sense cuidado, que va trencá la superfissie del aigua blava y va apareixe al sol. Después se va afoná al mar y va captá lo rastre y va escomensá a nadá seguín lo curs de la barca y lo peix.

A vegades perdíe lo rastre. Pero tornabe a ensumá, encara que sol fore per assomo, y se pressipitabe rápida y fieramen a la seua persecussió. Ere un tiburón maleo mol gran, fet pera nadá tan rápidamen com lo mes rápit peix al mar, y tot en ell ere hermós, menos les seues barres serrades. Lo seu llom ere tan blau com lo de un peix espasa y lo seu ventre ere platejat y la seua pell ere llisa y hermosa. Estabe fet com un peix espasa, exepte per les seues enormes mandíbules, que estaben herméticamen tancades mentres nadabe, justamen daball de la superfissie, en la seua alta aleta dorsal tallán l´aigua com un gaviñet. A dins del doble labio de les seues barres, vuit files de dens se inclinaben cap a dins. No eren les ordinaries dens piramidals de la majoría dels tiburons. Teníen la forma dels dits de un home cuan se tensaben com a garres. Eren casi tan llargs com los dits del vell y teníen lo filo com una navalla per los dos costats. Este ere un peix fet pera alimentás de tots los peixos del mar que foren tan rapits y forts y ben armats que no tingueren datre enemic. Ara, al persibí lo aroma mes fresc, la seua blava aleta dorsal rasgabe l´aigua mes rápidamen. Cuan lo vell lo va vore vindre, sen va doná cuenta de que ere un tiburón que no teníe cap temó y que faríe exactamen lo que voldríe. Va prepará l´arpó y va aguantá lo cabo mentres veíe vindre al tiburón. Lo cabo ere curt, pos li faltabe lo tros que ell habíe tallat pera amarrá al peix. Lo vell teníe ara lo cap despejat y en bon estat y se trobabe ple de dessisió, pero no abrigabe massa esperansa.

"Ere massa bo pera que durare", va pensá. Va pegá una ullada al gran peix mentres veíe arrimás al tiburón. "Pareix un somni - va pensá -.
No puc impedí que me ataco, pero auncás puga arponejál.
Dentetes - va pensá -, ¡maldita sigue la mare que te va alletá!".

Lo tiburón se va arrimá a escape per la popa y cuan va atacá al peix, lo vell va vore la seua boca uberta y los seus extrañs ulls y va escoltá lo tall y chasquit de les dens al entrá a la carn justamen damún de la coa. Lo cap del tiburón estabe fora del aigua y lo seu llom veníe assomat y lo vell podíe escoltá lo soroll que fée al desgarrá la pell y la carn del gran peix cuan li va enclavá l´arpó al cap del tiburón al pun aon la línea de la entressella se crusabe en la que corríe rectamen cap atrás ixín del morro. No ñabíen tals línies: sol lo pesat y retallat cap blau y los grans ulls y les mandíbules que chasquejaben, retallaben y se u tragaben tot. Pero allí ere aon estabe lo servell y allí va sé aon li va pegá lo vell. Li va pegá en les seues mans pulposes y ensangrentades, espentán l´arpó en tota la seua forsa. Li va pegá sense esperansa, pero en ressolusió y furia. Lo tiburón se va volcá y lo vell va vore que no ñabíe vida als seus ulls; después lo tiburón va torná a volcás, y se va embolicá en dos llassos de corda. Lo vell sen va doná cuenta de que estabe mort, pero lo tiburón no volíe asseptáu. Después, de llom, batén l´aigua en la coa y chasqueján les mandíbules, lo tiburón va assolcá l´aigua com una lancha de motor.
L´aigua ere blanca al pun aon batíe la seua coa, y les tres cuartes parts del seu cos sobreeixíen del aigua cuan lo cabo se va ficá en tensió, va tremolá y después se va trencá. Lo tiburón se va quedá un rato tranquilamen a la superfissie y lo vell se va pará a mirál.
Después lo tiburón va escomensá a afonás lentamen.

- Se ha emportat unes coranta libres - va di lo vell en veu alta.

"Se ha emportat tamé lo meu arpó y tot lo cabo - va pensá -, y ara lo meu peix sangre y acudirán datres tiburons".

No li agradabe ya mirá al peix perque habíe sigut mutilat. Cuan lo peix va sé atacat, li va pareixe que´l atacaben an ell.

"Pero hay matat al tiburón que ha emprés al meu peix - va pensá -.
Y ere lo dentetes mes gran que había vist may. Y be sap Deu que yo ne hay vist de mol grans".

"Ere massa bo pera durá - va pensá -. Ojalá haguere sigut un somni, y que may haguera peixcat al peix, y que estiguera sol al llit damún dels periodics".

- Pero lo home no está fet pera la derrota - va di -. Un home pot sé destruít, pero no derrotat.

"Pero séntigo habé matat al peix - va pensá -. Ara arribe lo mal momén y ni siquiera ting l´arpó. Lo dentusso es cruel, capás, fort y inteligén.

Pero yo vach sé mes listo que ell. Potsé no - va pensá -, pot sé que estaba milló armat".

- No pensos, vell - va di en veu alta -. Seguix lo teu rumbo y trau pit cuan vingues los problemes.

"Pero ting que pensá - va pensá -. Perque es lo únic que me quede. Assó y lo béisbol. Me pregunto qué li hauríe paregut al gran DiMaggio la forma en que li vach arponejá lo servell. No va sé gran cosa - va pensá -. Consevol home haguere pogut féu. Pero, ¿creu vosté que les meues mans han sigut un inconvenién tan gran com los espolóns de os? No puc sabéu. May hay tingut res roín al taló, menos aquella vegada que una raya me va punchá cuan la vach patejá nadán y me va paralisá la part inferió de la cama. Me va coure una barbaridat".

- Pensa en algo alegre, vell - va di -. Ara cada minut que passe estás

mes prop de la vora. Después de habé perdut unes coranta libres, navegabe mes ligero. Coneixíe perfectamen lo que podíe passá cuan arribare a la part interió de la corrén. Pero ara no ñabíe res a fé.

- Sí, cóm que no? - va di en veu alta -. Puc amarrá lo gaviñet a la punta de un dels rems. U va fé aixina en la caña del timó deball del bras y la escota de la vela deball del peu.

- Vaya - va di -. Soc un vell. Pero no estic desarmat.

Ara la brissa ere fresca y navegabe be. Vigilabe sol la part de dabán

del peix y va escomensá a recuperá part de la seua esperansa.

"Es de idiotes no albergá esperanses - va pensá -. Ademés, crec que es un pecat. No pensos en pecats - se va di -. Ñan bastáns problemes ara

sense los pecats. Ademés, yo no ne enteng de assó". "No u enteng y no estic segú de creure en lo pecat. Potsé haygue sigut un pecat matá al peix. Suposo que sí, encara que u hay fet pera sobreviure y doná de

minjá a molta gen. Pero entonses tot es pecat. No pensos en lo pecat.

Es massa tard pera naixó y ña gen a la que li paguen per féu. Dixa que ells penson en los pecats. Tú vas naixe pera sé peixcadó y lo peix va naixe pera sé peix. San Pedro (fique Pablo al pdf en castellá) ere peixcadó, igual que son pare del gran DiMaggio".

Pero li agradabe pensá en totes les coses que lo voltaben, y ya que no ñabíe res que lligí y no teníe cap resseptó de radio, pensabe mol y seguíe pensán sobre lo pecat. "No has matat al peix sol pera viure y véndrel pera minjá - va pensá -. Lo has matat per orgull y perque eres peixcadó. Lo volíes cuan estabe viu y lo vols después. Si lo vols, no es pecat matál. ¿O sirá mes que pecat?".

- Caviles massa, vell - va di en veu alta. "Pero te va agradá matá al dentusso - va pensá -. Viu dels peixos vius, com tú. No es un animal que se alimento de carroña, ni una simple máquina minjadora ambulán, com atres tiburons. Es hermós y noble y no coneix la paó".

- Lo vach matá en defensa propia - va di lo vell en veu alta -. Y lo vach matá be. "Ademés - va pensá -, tot mate als demés en serta manera. Lo peixcá me mate a mí exactamen igual que me done la vida.
Lo mosso sosté la meua vida - va pensá -. No ting que fém massa ilusións".

Se va incliná sobre la borda y va arrencá un tros de la carn del peix aon lo habíe esgarrat lo tiburón. La va mastegá y va notá la seua bona calidat y lo seu bon gust. Ere preta y sucosa, pero no ere roija. No teníe ñirvis y ell sabíe que al mercat se pagaríe al mes alt preu. Pero no ñabíe manera de impedí que lo seu aroma se estenguere per l´aigua y lo vell sabíe que se arrimaben moméns mol critics.

La brissa ere firme. Habíe retrossedit un poc cap al nordeste y lo vell

sabíe que assó significabe que no decauríe. Lo vell va mirá cap abán, pero no se veíe cap vela, ni lo casco, ni lo fum de cap barco. Sol los peixos voladós que se eixecaben de la seua proa obrinse cap als costats y los parches grocs dels sargazos. Ni siquiera se veíe un muixó. Habíe navegat durán dos hores, descansán a la popa y a vegades mastegán un tros de peix, tratán de reposá pera está fort, cuan va vore lo primé dels dos tiburons.

- ¡Ay! - va di en veu alta.

No ña equivalén pera nesta exclamassió. Potsé sigue tan sol un soroll,

com lo que pugue emití un home, involuntariamen, sentín los claus

atravessán les seues mans y penetrán a la fusta.

- Galanos - va di en veu alta. Habíe vist ara la segona aleta que veníe

detrás de la primera y los habíe identificat com los tiburons de morro en forma de pala per la parda aleta triangulá y los amples moviméns de coa. Habíen captat lo rastre y estaben exitats, y en la estupidés de la seua vorasidat anaben perdén y recuperán lo rastre. Pero se arrimaben sense pará. Lo vell va amarrá la escota y va atrancá la caña. Después va pendre lo remo al que habíe lligat lo gaviñet. Lo va eixecá lo mes suavemen possible perque les seues mans se rebelaben contra lo doló. Después les va obrí y va tancá suavemen pera desapegales del remo. Les va tancá en firmesa pera que ara aguantaren lo doló y no sediren y va enclavá la vista als tiburons que se arrimaben. Podíe vore les seues amples y aplanades calibossies de punta de pala y les seues amples aletes pectorals de blanca punta. Eren uns tiburons odiosos, podrits, minjadós de carroña, y tamé assessinos, y cuan teníen fam eren capasos de mossegá un remo o un timó de barco. Eren estos tiburons los que los arrencaben les potes a les tortugues cuan estes nadaben adormides a la superfissie, y atacaben a un home al aigua si teníen fam encara que lo home no portare damún ni sang ni mucosidat de peix.

- ¡Ay! - va di lo vell -. Galanos. ¡veniu, galanos!

Van acudí. Pero no van vindre com habíe vingut lo Mako. Un va virá y se va pedre de vista, cap aball, y per lo sacsoteo de la barca lo vell va notá que lo tiburón acometíe al peix y li fotíe estirons. L´atre va mirá al vell en los seus ulls grocs y después va vore lo seu mich sírcul de mandíbules ubert pera atacá al peix allí aon ya habíe sigut escomensat. Después va apareixe claramen la línea a la punta del seu cap pardo y mes atrás aon lo servell se ajuntabe al esquinás y lo vell li va enclavá lo gaviñet que habíe lligat al remo a la articulassió o junta. Lo va retirá, lo va torná a enclavá als grocs ulls felinos del tiburón.
Lo tiburón va soltá al peix y va colá cap aball traganse lo que habíe agarrat, mentres se moríe. La barca tremolabe encara per los estragos que l´atre tiburón estabe causán al peix y lo vell va arriá la escota pera que la barca virare en redó y traguere de deball al tiburón.
Cuan va vore al tiburón, se va incliná sobre la borda y lo va acuchillá. Com la pell estabe endurida apenes va pugué fé entrá lo gaviñet.
Lo cop li va fé mal a les mans y al muscle. Pero lo tiburón va puchá rápit, va traure lo cap, y lo vell li va ensertá al mich de aquell cap pla al tems que lo morro eixíe del aigua y se apegabe al peix. Lo vell va apartá la fulla y va torná a acuchillá al tiburón exactamen al mateix puesto. Encara va seguí apegat al peix que habíe enganchat en les seues mandíbules, y lo vell li va foradá lo ull esquerro. Lo tiburón seguíe enganchat al peix.

- ¿No? - va di lo vell, y li va enclavá la fulla entre les vértebres y lo servell. Ara va sé un cop fássil y lo vell va sentí chafás lo cartílago.
Lo vell va introduí la pala del remo entre les mandíbules del tiburón pera forsál a soltá al peix. Va fé girá la pala, y al soltás lo tiburón, va di: - Venga, galano. Baixa, díxat aná hasta una milla de profundidat. Ves a vore al teu amic. O potsé sigue ta mare.

Lo vell va llimpiá la fulla del seu gaviñet y va soltá lo remo. Después va agarrá la escota, la vela se va omplí de aire y lo vell va ficá la barca en camí.

- Se haurán emportat un cuart del peix y de la milló carn - va di

en veu alta -. Ojalá fore un somni, y que may lo haguera peixcat.
U séntigo, peix. Tot se ha espentolat.

Se va pará y ara no va voldre mirá al peix. Dessangrat y a nivell del aigua pareixíe del coló de la part de detrás dels espills, y encara se veíen les seues franjes.

- No me haguera tingut que alluñá tan de la costa, peix - va di -. Ni per tú, ni per mí. U séntigo, peix.

"Ara - se va di - mira la lligassa del gaviñet, a vore si se haurá tallat.

Después cúrat la ma, perque encara no se ha acabat aixó".

- Ojalá haguera portat una pedra pera afilá lo gaviñet - va di lo vell

después de habé examinat la lligassa al final del remo -. Haguera tingut que emportám una pedra.

"Hagueres tingut que portá moltes coses - va pensá -. Pero no les has portat, vell. Ara no es lo momén de pensá en lo que no tens. Pensa en lo que pots fé en les que ñan". - Me estás donán mols bons consells - va di en veu alta -. Estic cansat de aixó.

Va aguantá la caña deball del bras y va embutí les dos mans al aigua mentres la barca seguíe avansán.

- Deu sap cuán sen haurá emportat eixe radé - va di -. Pero ara pese mol menos.

No volíe pensá en la mutilada part inferió del peix. Sabíe que cada estiró de un tiburón habíe significat carn arrencada y que lo peix dixáe ara pera tots los tiburons un rastre tan ample com una carretera a través del océano.

"Ere un peix capás de mantindre a un home tot lo ivern - va pensá -.

No pensos en açó. Descansa simplemen y trata de ficá les teues mans en orde pera defendre lo que quede. La auló a sang de les meues mans no signifique res, ara que está tot eixe rastre al aigua. Ademés, no sangren mol. No ting cap mala ferida. La sangría pot impedí que li dono calambre a la ma esquerra".

"¿En qué puc pensá ara? - se va di -. En res. No ting que pensá en

res y esperá als siguiéns. Ojalá haguere sigut realmen un somni - va pensá -, pero, ¿quí sap? haguere pogut eixí be".

Lo siguién tiburón que va apareixe veníe sol y ere un atre morro de pala. Va acudí com un gorrino a la artesa: si ñaguere un gorrino en una boca tan gran que capiguere an ella mich home. Lo vell va dixá que emprenguere al peix. Después li va enclavá lo gaviñet del remo al servell. Pero lo tiburón va brincá cap atrás y la fulla del gaviñet se va partí. Lo vell se va ficá al timó. Ni siquiera va voldre vore cóm lo tiburón se afonabe lentamen al aigua, apareixén primé en tota la seua mida; después, mes menut; después, diminuto. Assó li habíe fassinat sempre. Pero ara ni siquiera va mirá.

- Ara sol me quede lo bichero - va di -, pero no servirá pa res. Ting los

dos rems, la caña del timó y la porra.

"Ara me han aniquilat - va pensá -. Soc massa vell pera matá a

los tiburons a garrotades. Pero u intentaré mentres tinga los rems, la porra y la caña".

Va torná a ficá les seues mans al aigua pera amerales. La tarde estabe avansán y encara no veíe mes que lo mar y lo sel. Ñabíe mes ven al sel que abáns, y esperabe vore pronte terra.

- Estás cansat, vell - va di -, estás cansat per dins.

Los tiburons no lo van atacá hasta justamen abáns de la posta del sol. Lo vell va vore vindre les pardes aletes al llarg de la ampla estela que lo peix llaurabe al aigua. No veníen seguín lo rastre. Se dirigíen drets cap a la barca, nadán parellos.

Va atrancá la caña, va amarrá la escota y va pendre la porra que teníe deball de la popa. Ere un mánec de remo chafat, asserruchat a una llargaria de dos peus y mich. Sol podíe fél aná eficásmen en una ma, degut a la forma de la empuñadura, y lo va agarrá firmemen en la dreta, flexionán la ma mentres veíe vindre als tiburons. Los dos eren galanos.

Sol podíe fél aná eficásmen en una ma, degut a la forma de la empuñadura, y lo va agarrá firmemen en la dreta, flexionán la ma mentres veíe vindre als tiburóns. Los dos eren galanos.

"Ting que dixá que lo primé s´agarro be pera pegali a la punta del nas o al mich del cap", va pensá.

Los tiburons se van arrimá juns y cuan lo vell va vore al mes propé obrí les mandíbules y enclavales al platejat costat del peix, va eixecá lo remo trencat y lo va dixá caure en gran forsa y violensia damún de la ampla calibossia del tiburón.

Va sentí la elástica solidés del cap del escualo al caure lo garrot damún dell. Pero va sentí tamé la rigidés del os y un atra vegada li va pegá al tiburón damún de la punta dels morros al tems que se escurríe cap aball separanse del peix.

L´atre tiburón habíe estat entrán y eixín y ara tornabe en les barres o mandíbules ubertes. Lo vell podíe vore trossos de carn del peix caén, blanques, de les seues mandíbules, cuan va acometre al dentetes y este va tancá les barres. Li va pegó en lo garrot y li va assertá al cap, lo tiburón lo va mirá y va arrencá mes carn. Lo vell li va torná a fotre al tems que se desllissabe alluñanse pera tragá y sol li va ensertá a la sólida y densa elastissidat.

- Venga, galano - va di lo vell -, torna un atra vegada.

Lo tiburón va torná en furia y lo vell li va arreá al instán que tancabe

les seues mandíbules. Li va fotre be y desde tan alt com habíe pogut

eixecá lo remo. Esta vegada va sentí l´os, a la basse del cráneo, y li va torná a arreá al mateix puesto mentres lo tiburón arrencabe fluixamen mes carn y se escurríe cap aball, separanse del peix.

Lo vell va esperá a que tornare a pujá, pero no ne va acudí cap de estos dos. Después ne va vore un a la superfissie nadán en sírculs.
No va vore la aleta del atre.

"No podía esperám matál - va pensá -, podría habéu fet als meus tems de jove. Pero los hay esbatussat be als dos y se deuen sentí prou dolguts. Si haguera pogut empleá un bate en les dos mans haguera pogut matá al primé, seguramen. Encara ara", va pensá.

No volíe mirá al peix. Sabíe que la mitat dell ya habíe sigut destrossada. Lo sol se habíe post mentres lo vell luchabe en los tiburons. - Pronte sirá de nit - va di -. Entonses igual voré lo resplandó de La Habana. Si me trobo massa lluñ al este, voré les llums de una de les noves playes.

"Ara no puc está massa lluñ - va pensá -. Espero que dingú se haygue alarmat. Sol lo mosso podríe preocupás, desde luego. Pero estic segú de que me té confiansa. Mols dels peixcadós mes vells estarán preocupats, y mols dels jovens tamé - va pensá -. Vivim a un bon poble".

Ya no li podíe parlá al peix, perque este estabe massa espentolat.

Entonses se li va ocurrí una cosa. - Mich peix - va di -, lo gran peix que has sigut. Séntigo habém alluñat tan. Mos ham arruinat los dos. Pero ham matat mols tiburons, tú y yo, y ne ham arruinat a mols datres. ¿Cuáns ne has matat tú a la teua vida, vell peix? Pera algo tens eixa espasa al cap. Li agradabe pensá en lo peix y en qué podríe feli a un tiburón si estiguere nadán libremen. "Li haguera tingut que tallá la espasa pera combatre en ella als tiburons", va pensá. Pero no tenía cap destral, y después me vach quedá sense gaviñet.

"Pero si u haguera fet, lligán la espasa a la punta de un remo, ¡quína bona arma! Entonses los haguerem pogut combatí juns.
¿Qué farás ara si venen de nit? ¿Qué pots fé?".

- Pelejá contra nells - va di -. Pelejaré contra nells hasta la mort.

Pero ara a la oscurina y sense que apareguere cap resplandó y sense

llums y sol lo ven y sol lo firme tiro de la vela, va sentí que casi estabe mort. Va ajuntá les mans y va persibí la sensassió de les palmes. No estaben mortes y ell podíe notá lo doló de la vida sol obrinles y tancanles. Se va tirá cap atrás contra la popa y sabíe que no estabe mort. Los seus muscles lay díen. "Ting que di totes eixes orassions que vach prometre si peixcaba al peix - va pensá -. Pero estic massa cansat pera resales ara. Milló que prenga lo sac y me´l avía damún dels muscles".

Se va estirá damún de la popa y va seguí gobernán y mirán a vore si apareixíe lo resplandó al sel. "Ting la mitat del peix - va pensá -, potsé tinga la sort de arribá a terra en la mitat de dabán. Me hauríe de quedá alguna sort. No - se va di -, has violat la teua sort cuan ten has anat massa lluñ de la costa".

- No sigues idiota - va di en veu alta -. Y no te adórmigues. Goberna la teua barca. Encara podríes tindre molta sort. Men agradaríe comprá si ne vengueren an algún puesto. "¿En qué hauría de comprala? - se va preguntá -. ¿Podría comprala en un gaviñet perdut y un remo chafat y dos mans espentolades?".

- Podríe sé - va di -. Has tratat de comprala están vuitanta cuatre

díes al mar. Y casi han estat a pun de véndretela.

"No hay de pensá en tonteríes - va pensá -. La sort es una cosa que ve

en moltes formes, y ¿quí la pot reconeixe? Sin embargo, yo ne pendría

alguna en consevol forma y pagaría lo que me demanaren. Mol me agradaríe vore la resplandó de les llums - va pensá -. Me agradaríen moltes coses. Pero assó es lo que ara dessicho". Va tratá de ficás mes cómodo pera goberná la barca y per la seua doló sen va doná cuenta de que no estabe mort. Va vore la llumenaria reflejada al mar de les llums de la siudat cap allá les deu de la nit. Al prinsipi eren sol perseptibles com la llum al sel abáns de eixí la lluna. Después se les veíe firmes a través del mar, que ara estabe picat degut a la brissa creixén. Va goberná cap al sentro del resplandó y va pensá que, ara, pronte arribaríe al borde de la corrén.

"Ara s´ha acabat - va pensá -. Probablemen me tornon a atacá.

Pero, ¿qué pot fé un home contra ells a la oscurina y sense cap

arma?". Estabe tiesso y adolorit y les seues ferides y totes les parts castigades del seu cos li féen mal p´el fret de la nit. "Ojalá no tinga que torná a luchá - va pensá -. Ojalá, ojalá que no tinga que torná a pelejá". Pero cap a mijanit va tindre que luchá y esta vegada sabíe que la lucha ere inútil. Los tiburons van acudí en manada y sol podíe vore los solcs que llauraben les aletes al aigua y la seua fosforessensia al aventás contra lo peix. Los va pegá en lo remo als caps y va sentí lo chasquit de les seues mandíbules y lo tremoló de la barca cada vegada que per deball agarraben y desgarraben la seua presa. Va pegá cops desesperadamen contra lo que sol podíe notá y escoltá, va sentí que algo li pessigabe la porra y lay traíe de les mans.

Va arrencá la caña del timó y va seguí pegán en ella, agarranla en

les dos mans y dixanla caure en forsa una y atra vegada. Pero ara arribaben hasta la proa y acometíen la un detrás del atre y tots juns, arrencán los trossos de carn blanca que lluíe deball del aigua cuan ells se giraben pera tornáy.

Al remat ne va vindre un contra lo cap del peix y lo vell sen va acatá de que tot s´habíe acabat.

Va pegá un cop en la caña al cap del tiburón aon les mandíbules

estaben enganchades al resistén cap del peix, que no sedíe. Va pegá un o dos cops mes. Va sentí esquinsás la barra y va empendre al tiburón en la punta esbadocada y puntiaguda. La va sentí penetrá, y sabén que ere aguda la va espentá. Lo tiburón se va soltá y va eixí a escape. Va sé, de la manada, lo radé tiburón que va vindre a minjá.

No quedabe ya res mes que minjás. Ara lo vell apenes podíe respirá y sentíe un regust extrañ a la boca. Ere dolsot y en gust a cobre y per un momén va tindre temó. Pero no ere massa abundán.

Va escupiñá al mar y va di: - Minjautos aixó, galanos, y ensomieu que hau matat a un home.

Ara sabíe que estabe finalmen derrotat y sense remey. Va torná a

popa y se va trobá que lo cabo chafat de la caña encaixabe prou be al cabo del timón pera podé goberná.

Se va ajustá lo sac als muscles y va ficá la barca sobre la seua derrota. Va navegá ara ligeramen y no teníe pensaméns ni sentiméns de cap classe. Ara estabe mes allá de tot y va goberná la barca pera arribá a port lo milló y mes inteligenmen possible. De nit los tiburons ataquen la carroña com puguere un arreplegá molles de pa de una taula. Lo vell no los fée cas. No fée cas de res, salvo del gobern de la barca. Sol notabe lo be que navegabe la barca ara que no portáe un gran pes amarrat al costat.

"Una bona barca - va pensá -. Sólida y sense cap desperfecte, menos la caladada. Y esta es fássil de sustituí".

Podíe persibí que ara estabe dins de la corrén y veíe les llums de les colonies de la playa al llarg de la vora. Sabíe ara aón estabe y que arribaríe sense cap dificultat.

"Lo ven es lo nostre amic, de tots modos - va pensá. Después va afegí: - A vegades. Y la gran mar es lo nostre amic y enemic. Y lo llit - va pensá -, lo llit es lo meu amic. Lo catre, y res mes - va pensá -. Lo camastro sirá una gran cosa. No es tan roína la márfega com la derrota - va pensá -. May me vach pensá que fore tan fássil.

¿Y qué es lo que te ha derrotat, agüelo?".

- No res - va di en veu alta -. Men vach aná massa lluñ.

Cuan va entrá al portet, les llums de La Terrassa estaben apagades y

sen va doná cuenta de que tot lo món encara estabe gitat. La brissa se habíe anat eixecán gradualmen y ara bufabe en forsa. Sin embargo, ñabíe tranquilidat al port y va ficá la proa cap a la playeta de grava deball del roquissal. No ñabíe dingú que puguere ajudali, de modo que va adentrá la barca tot lo possible a la playa. Después va baixá y la va amarrá a una roca. Va traure lo mástil de la carlinga y va enrollá la vela y la va lligá. Después se va ficá lo mástil al muscle y va escomensá a pujá. Va sé entonses cuan sen va doná cuenta de lo baldamén que teníe. Se va pará un momén y va mirá cap atrás y al reflejo de la llum del carré va vore la gran coa del peix eixecada detrás de la popa de la barca. Va vore la blanca línia despullada del seu esquinás y la fosca massa del cap en la espasa y tots los extrems despullats. Va seguí puján, y a la cresta va caure y se va quedá un bon rato estés, en lo mástil atravessat sobre lo seu muscle. Va tratá de eixecás. Pero ere massa difíssil y se va quedá allí mich assentat mich tombat apoyat al mástil, mirán al camí. Un gat va passá indiferenmen per lo seu costat y lo vell lo va seguí en la mirada. Después va seguí mirán simplemen lo camí. Al remat va soltá lo mástil, se va ficá de peu, sel va carregá al muscle y va arreá camí amún. Va tindre que assentás sing vegades antes de arribá a la seua barraqueta.

A dins de la barraca va incliná lo mástil contra la paret. A la oscurina va trobá una botella de aigua y ne va pendre un trago. Después se va gitá al camastro. Se va ficá la manteta pels muscles, esquena y cames, y se va adormí pancha per aball damún dels periodics, en los brassos per fora, a lo llarg del cos, y les palmes ubertes cap a amún.
Estabe adormit cuan lo mosso se va assomá a la porta pel matí. Lo ven bufabe tan fort, que les barquetes no se faríen a la mar y lo mosso habíe dormit hasta tard. Después va acudí a la barraca del vell com habíe fet tots los matíns. Lo mosso va vore que lo vell respirabe y después va vore les seues mans y va escomensá a plorá. Va eixí mol calladamen a buscá un poc de café y no va dixá de plorá en tot lo camí. Mols peixcadós estaben al voltán de la barca mirán lo que portabe amarrat al costat, y un estabe embutit al aigua, en los pantalons arremangats, medín lo esqueleto en un tros de sedal.
Lo mosso no va baixá a la vora. Ya habíe estat allí y un dels peixcadós sen cuidabe de la barca per nell.
- ¿Cóm está lo vell? - va cridá un dels peixcadós desde baix.

- Dorm - va contestá cridán lo mosso. No li importabe que lo veigueren plorá -. Que dingú lo molesto.

- Teníe devuit peus desde lo nas a la coa – va cridá lo peixcadó que lo

estabe medín.

- Me ho crec - va di lo mosso.

Va entrá a La Terrassa y va demaná una lata de café.

- Calentet y en bastanta lleit y sucre.

- ¿Algo mes?

- No. Después voré si pot minjá.

- ¡Eixe sí que ere un peix! - va di lo propietari -. May sen ha peixcat datre igual.

Tamé los dos que vostés van agarrá ahir eren bons.

- ¡Al dimoni en ells! - va di lo mosso y va torná a plorá.

- ¿Vols un trago de algo? - va preguntá lo amo.

- No - va di lo mosso -. Dislos que no se preocupon per Santiago.

Torno enseguida.

- Disli que u séntigo mol.

- Grassies - va di lo mosso.

Lo mosso va portá la lata de café calén a la barraca del vell y se va assentá jun an ell hasta que se va despertá. Una vegada li va pareixe que anabe a despertás pero habíe tornat a caure al seu somni profún y lo mosso habíe anat al atre costat del camí a buscá lleña pera recalentá lo café.

Al remat lo vell se va despertá.

- No s´eiexeco - va di lo mosso -. Prengues aixó - li va abocá un poc de café a una tassa de llanda.

Lo vell va pendre la tassa y se va beure lo café.

- Me va derrotá, Manolín - va di -. Me va derrotá de verdat.

- No. Ell no. Ell no lo va derrotá.

- No. Es verdat. Van sé uns atres después.

- Perico está cuidán de la barca y dels aparells. ¿Qué fará en lo cap?

- Que Perico lo tallo pera fél aná a les nasses.

Que Perico lo tallo pera fél aná a les nasses.


- ¿Y la espasa?

- Pots guardártela si la vols.

- Sí, la vull - va di lo mosso -. Ara tenim que fé plans pera lo demés.

- ¿Me han estat buscán?

- Desde luego. En los guardacostes y hasta en aeroplanos.

- La mar es mol gran y una barqueta es menuda y difíssil de vore - va di lo vell. Va notá lo agradable que ere tindre an algú en qui parlá en ves de parlá sol en ell mateix y parlali al mar -. Te han trobat a faltá - va di
-
¿Qué hau peixcat?

- Un lo primé día, un lo segón y dos lo tersé.

- Mol be.

- Ara peixcarem juns un atra vegada.

- No. No ting sort. Yo ya no ting sort.

- Al dimoni en la sort - va di lo mosso -. Yo portaré la sort en mí.

- ¿Qué dirá la teua familia?

- No me importe. Ahí ne vach peixcá dos. Pero ara peixcarem juns perque encara ting mol que adependre.

- Tenim que conseguí una bona llansa y portala sempre a bordo.

Pots fé lo tall en una pessa de un antic Ford. Podem afilala o esmolala a Guanabacoa. Té que sé ben afilada y sense temple pera que no se trenco. Lo meu gaviñet se va trencá.

- Conseguiré un atre gaviñet y manaré afilá la pessa del Ford.
¿Cuáns díes de brissa forta mos queden?

- Pot sé tres, pot sé mes.

- U tindré tot en orde - va di lo mosso -. Curos les seues mans, vell.

- Yo sé cuidámeles. De nit vach escupiñá algo extrañ y vach sentí que algo se habíe chafat al meu pit.

- Curos tamé aixó - va di lo mosso -. Gitos, vell, y li portaré la seua camisa llimpia. Y algo de minjá.

- Pórtam algún periódic de cuan vach está ausén - va di lo vell.

- Té que curás pronte, pos ting mol que adependre y vosté pot

enseñamu tot. ¿Ha patit mol?

- Bastán - va di lo vell.

- Li portaré lo minjá y los periodics - va di lo mosso -. Descanso, vell.
Li portaré la medissina de la farmassia pera les mans.

- No te olvidos de dili a Perico que lo cap es seu.

- No. Lay diré.

Al atravesá la porta y baixá per lo camí tallat a la roca de coral, lo mosso anabe plorán.

Eixa tarde ñabíe una partida de turistes a La Terrassa, y mirán cap aball, al aigua, entre les lates de servesa buides y les picúes mortes, una dona va vore un gran esquinás blang en una coa inmensa que se alsabe y balansejabe en la marea mentres lo ven del Este eixecabe un fort y continuo oleaje a la entrada del port.

- ¿Qué es aixó? - li va preguntá la dona al camarero, y va siñalá al llarg esquinás del gran peix espasa, que ara no ere mes que bassura esperán a que se la emportare la marea.

- Un tauró - va di el cambrer, què es deia Manel Riu i Fillat, un tauró. Volíe explicáli lo que habíe passat.

- No sabía que los tiburons tingueren coes tan hermoses, tan bellamen formades.

- Ni yo tampoc - va di lo home que la acompañabe.

Allá dal, a la vora del camí, a la seua cabaña, lo vell tornabe a dormí.

Encara dormíe de morros y lo mosso estabe assentat al seu costat contemplanlo. Lo agüelo ensomiabe en los leons marins.

FIN.


Lo agüelo ensomiabe en los leons marins.

No sabía que los tiburons tingueren coes tan hermoses, tan bellamen formades.