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dilluns, 26 de novembre del 2018

esquirola

La esquirola es una classe de ensiám rissat, bastán amarc, pero menos que la endivia. Es de la família de la chicoria, achicoria.








escarola en castellá


Chicorée scarole en fransés :https://fr.wikipedia.org/wiki/Chicor%C3%A9e_scarole



Escarola, digestiva y saludable para la vesícula biliar Esta verdura, típica de invierno, contiene muy pocas calorías, mucha fibra, y vitaminas muy necesarias para mujeres embarazadas.


Uno de los ingredientes estrella para las ensaladas de invierno es la escarola ya que ahora es su temporada en el mercado, ofreciéndonos su mayor esplendor y calidad. De hecho, en la antigüedad la escarola se consumía como sustituta de la lechuga en los meses de invierno, por su resistencia a las bajas temperaturas.

La escarola es una verdura de bajo poder calórico (solamente 24 Kcal por cada 100 gr), como la mayoría de verduras, esto es debido a su bajo contenido en nutrientes energéticos. Su contenido en hidratos de carbono es muy bajo, unos 3 gramos por 100 gr de porción comestible, y el de lípidos es prácticamente inexistente, y es muy rica en agua. De hecho, cerca de un 95% de su composición es agua, de ahí que sea un alimento ligero pero saciante por su contenido en fibra.

Las hojas de la escarola son ligeramente amargas, nacen del cuello de la planta y están divididas en segmentos estrechos y retorcidos y sus extremos son muy dentados. “Los principios amargos que encontramos en sus hojas llamada intibina, estimulan el apetito, favorecen la digestión y aumentan la actividad de la vesícula biliar” explica la nutricionista Marta Sanz.

Resulta aconsejable el consumo de escarola para aquellas personas que padecen trastornos de la vesícula biliar, hígado perezoso, dispepsia, pérdida del apetito etc.

“Las vitaminas a destacar son la vitamina C, que contiene 13 mg por cada 100 de porción comestible, y las vitaminas del grupo B destacando principalmente los folatos. 100 gramos de porción comestible nos aportan 267 microgramos de folatos, cubriendo el 43 % de la ingesta diaria recomendada para los hombres y las mujeres entre 20-39 años” explica Sanz.


Los folatos son el ácido fólico natural y intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos. Por lo tanto, es muy recomendable el consumo de escarola para las mujeres embarazadas, ya que la deficiencia de folatos durante las primeras semanas de gestación puede provocar en el futuro bebé defectos del tubo neural como la espina bífida o la anencefalia. La escarola también contiene vitaminas liposolubles y destaca la vitamina A (73 microgramos por 10 gr de porción comestible). Sanz asegura que, “esta vitamina es esencial para la visión, la piel, el buen funcionamiento del sistema inmunitario y además es antioxidante”. Los minerales más abundantes en la escarola son el calcio( 67 mg), fósforo (40 mg) hierro(1,3 mg) y el potasio (387 mg) por 100 gramos de porción comestible. El potasio contribuye a combatir el estrés y actúa como calmante del sistema nervioso; de ahí que las personas que sufren problemas de sueño deban consumirla para cenar para dormir mejor.

“El calcio y el hierro de la escarola no son muy bien absorbidos si comparamos su absorción con minerales que provienen de origen animal, ya que la fibra presente en la escarola interfiere en la absorción a nivel intestinal de estos minerales” explica Sanz.

¿Cómo elegir la mejor escarola?

Conviene elegir las escarolas de hojas frescas, firmes, tiernas y de buen color verde, sobre todo las externas, y rechazar las de colores parduscos o amarillentos.

Una vez en casa, se desechará cualquier envoltorio que impida su respiración, se retirarán las hojas deterioradas que puedan estropear al resto y la guardaremos en el frigorífico o en un lugar fresco y protegido de la luz. Es aconsejable conservarlas sin lavar porque una vez lavadas se han de consumir en uno o dos días.

Principalmente se prepara cruda, ya que así conserva todo su valor nutritivo. Se debe trocear justo en el instante antes de consumirla para que no pierda vitaminas.

Por su peculiar sabor se puede mezclar perfectamente con un sinfín de ingredientes y aliñarla con aceite de oliva, ajo, vinagre, sal o, en su defecto, con salsas. Una de las recetas de escarola más conocidas, sobre todo en Catalunya, es el Xató, una ensalada de escarola, bacalao, anchoas y salsa romesco.

También podemos incluir la escarola en aperitivos, cremas, purés o sándwiches.


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Vore esquirol