Mapa de Al-Ándalus del geógrafo iraquí Ibn Hawqal (s.X) donde localiza Sevilla, Mérida, León, Murcia, Zaragoza, Mallorca, Lisboa, Toledo, Valencia... y a Barcelona no, sería catalanófobo.
divendres, 8 de gener del 2021
Mapa, Al-Ándalus, geógrafo, iraquí, Ibn Hawqal, siglo X,
LEGISLACIÓN FORAL ARAGONESA.
LEGISLACIÓN FORAL ARAGONESA.
La compilación romance de Huesca (1247/1300)
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En Aragón existía una gran inseguridad jurídica por la falta de una redacción oficial del derecho aragonés, ya que sólo había algunas redacciones privadas, que los abogados mostraban sólo cuando les interesaba. Por ello Jaime I, siguiendo el modelo del emperador Justiniano, después de haber puesto orden en el reino con las armas cree que ha llegado el momento de organizarlo con las leyes. Para ello reúne las Cortes en Huesca en enero de 1247.
http://bases.cortesaragon.es/bases/disca2.nsf/(DiscaID)/A1C419BAF64A109FC12577F8003D6C26?OpenDocument
En la 1ª ola de codificaciones europeas del siglo XIII, que se inicia con el Liber Augustalis de Federico, se encuentra la compilación del derecho aragonés, que se dice aprobada en las Cortes de Huesca de 1247. Hasta recientemente esta compilación se solía identificar con el cuerpo legal dividido en ocho libros que aparece recogido en todas las ediciones impresas a partir de la edición incunable e los Fueros y Observancias de Aragón hecha en torno a 1476.
Pero la cuestión no es tan simple, porque resulta que en realidad con la pretensión de ser un cuerpo legal aprobado en las Cortes de Huesca de 1247 se nos presentan actualmente varias obras, reducibles a cuatro, o incluso a dos, que denominaremos en adelante Compilatio maior y Compilatio minor. El problema se complica todavía más porque los prólogos que preceden a estas obras no siempre son los mismos, sino que se intercambian.
La Compilatio minor es un cuerpo legal en el que sólo se recoge la parte dispositiva de los fueros aragoneses, omitiendo en general los razonamientos y consideraciones doctrinales. Aparece denominada como Fori novi, Compilatio minor, Fueros de Aragón, Compilación o Código de Huesca. Esta obra se conserva tanto en versión latina como en diversas versiones romances.
Esta edición efectúa el cotejo de los cuatro códices romances conservados en Miravete de la Sierra, Biblioteca Nacional de Madrid, Archivos Nacionales de París y Universidad de Zaragoza.
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http://www.romanicoaragones.com/3-somontano/990390-hu-catedral.htm
JORNADA NOVENA. NOVELA SEXTA.
JORNADA NOVENA. NOVELA SEXTA.
Dos joves se alberguen a casa de un. En la seua filla sen va un a gitás, y la seua dona se gite en l´atre. Lo que estabe en la filla se gite en son pare y lay conte tot, creén que parláe en lo seu compañ. Se arme un gran abalot, la dona, donánsen cuenta, se embutix al llit de la filla y después en algunes paraules los passifique a tots.
Calandrino, que datres vegades habíe fet riure mol a la compañía, lo mateix va fé esta vegada: y después de que les dames dixaren de parlá de les seues coses, la reina li va maná a Pánfilo que parlare, y ell va di:
Loables siñores, lo nom de la Niccolosa amada per Calandrino me ha portat a la memoria una historia de un atra Niccolosa, y to la contaré perque en ella voréu cóm una súbita inspirassió de una bona dona va evitá un gran escándol.
A los plans del Muñone va ñabé, no fa mol tems, un home bo que donabe als viandáns, per dinés, de minjá y beure; y encara que ere bastán pobre y teníe una casa menuda, alguna vegada, en cas de gran nessessidat, no a tots pero an algún conegut albergabe. Ara be, teníe este una mol hermosa femella, de la que teníe una joveneta hermosa y agradable, de quinse o setse añs, que encara no teníe home; l´atre ere un chiquet que encara no habíe cumplit l´añet, al que la mare donabe de mamá.
A la jove li habíe ficat los ulls a damún un mosset pincho y noble de la nostra siudat, que anabe mol assobín pel barri y la volíe fogosamen; y ella, que de sé amada per un jove tal com aquell mol se gloriabe y dell tamé se va enamorá; y moltes vegades en gust de cada una de les parts haguere tingut efecte aquell amor si Pinuccio, que aixina se díe lo jove, no se haguere refrenat pera no causá la deshonra de la jove y dell. Pero de día en día multiplicánse la seua passió, li va vindre lo dessich irrefrenable a Pinuccio de ajuntás en ella, y li va vindre al pensamén trobá lo modo de albergás a casa de son pare, pensán, com coneixíe la divisió de la venteta de la jove, podríe está en ella sense que dingú sen acatare; y en cuan li va vindre al ánim, sense mes tardá u va ficá en obra.
Ell, en un fiel amic de nom Adriano, que este amor coneixíe, prenén un día al caure la nit dos rocíns de llogué y ficánlos damún dos valijes, potsé plenes de palla, van eixí de Florencia, y donán una volta, cabalgán, a les planes del Muñone van arribá sén ya de nit; y entonses, fen vore que tornaben de la Romaña, cap a la venta van aná y van cridá al bon home; este, com los coneixíe mol be als dos, los va obrí la porta enseguida.
Pinuccio li va di: - Mira, tens que donámos albergue esta nit: pensabem que podríem arribá a casa, pero no ham pogut apurámos tan.
A lo que lo possadé va contestá:
- Pinuccio, be saps quínes comodidats ting pera albergá a hómens nobles com vatros; pero com esta hora tos ha agarrat aquí y no ña tems pera que pugáu aná a un atre puesto, tos albergaré de bona gana tan be com puga.
Apeánse, pos, los dos jovens, y entrán a la venteta, primé van acomodá los seus rocíns y después van sopá. A la venteta sol ñabíe una alcobeta a la que ñabíen tres llitets colocats com milló se podíe; y sol habíe quedat espay pera móures en estretó.
De estos tres catres, va fé lo home preparán un, lo menos roín, per als dos compañs, y los va fé gitá; después, al cap de un rato, sense dormí cap dells encara que féen vore que dormíen, va fé lo possadé gitás a la seua filla a un dels dos llits que quedaben y al atre se van embutí ell y la seua dona, y a la vora del camastro aon dormíen van ficá lo bressol del chiquet. Y están les coses de esta guisa dispostes, y habénu vist tot Pinuccio, después de un rato, pareixénli que tots estaben adormits, se va eixecá sense fé soroll y se va colocá al llitet aon la jove estabe tombada. Ella lo va acullí be, encara que en temó, y allí van chalá tan com van pugué. Y están aixina Pinuccio en la jove, va passá que un gat va fé caure un topí, y la dona, despertánse, se va eixecá, pensánse que no foren lladres, aixina a la oscurina, y sen va aná allí aon habíe sentit lo soroll.
Adriano, poc después, per una nessessidat natural se va eixecá y anán a satisféla va entropessá en la cuna, y com no podíe passá sense eixecála, la va alsá de aon estabe y la va ficá a la vora del llit aon ell dormíe; y fet alló per a lo que se habíe eixecat, va torná, sense preocupássen mes del bressol, y se va torná a gitá.
La dona, habén trobat lo topí per enterra, después de renegáli al gat, va torná a la alcobeta, y a paupóns va aná dreta cap al llit aon dormíe lo seu home; pero no trobán allí la cuna, se va di:
- ¡Ay, desgrassiada de mí! Mira lo que anaba a fé, casi me embutixgo al llit dels meus cliéns. Y trobán la cuna una mica mes allá, se va gitá al llit aon estabe Adriano sol, creén que se gitabe en lo seu home. Adriano, que encara no se habíe adormit después de eixecás, al sentíla la va ressibí be y alegremen; y sense di ni chut va tensá la ballesta y la va descarregá en gran plaé de la dona.
Después, pensánse Pinuccio que lo podríen enchampá en la jove, va voldre torná al seu llit, se va eixecá, y a paupontes, trobán lo bressol, va pensá que aquell llit ere lo dels possadés; per lo que, avansán un poc mes, se va gitá al del possadé, que en la entrada de Pinuccio se va despertá. Pinuccio, creén que estáe a la vora de Adriano, va di:
- ¡Be te dic que may hay tingut una cosa tan dolsa com Niccolosa! Per lo cos de Cristo, hay tingut en ella lo plaé mes gran que may un home ha tingut en cap dona; y te dic que hay baixat sis vegades a la vila desde que men hay anat de aquí.
Lo venté, sentín estes notissies y no agradánli massa, se va pensá:
- ¿Qué dimonis fa este aquí?-.
Después, mes enfadat que prudén, va di:
- Pinuccio, la teua ha sigut una gran villanía y no sé per qué tens que fém aixó; pero per lo cos de Cristo me la pagarás.
Pinuccio, que no ere lo jove mes sabut del món, al acatássen del seu error no va corre a enmendál com milló haguere pogut sino que va di:
- ¿Qué te hay de pagá? ¿Qué me podríes fé?
La dona del venté, que creíe que estabe en lo seu home, li va di a Adriano:
- ¡Escolta, los nostres cliéns están reñín per no sé qué!
Adriano, rién, va contestá: - Díxals en pas, van beure massa anit.
La dona, pareixénli que habíe sentit al seu home quirdá y sentín ara a Adriano, en seguida va vore aón estabe y en quí; per lo que, discretamen, sense di res, se va eixecá, y prenén la cuna del seu fillet, com la alcoba estabe encara a fosques, la va portá jun al llit aon dormíe la seua filla y a la vora della se va tombá; y, fén vore que se despertabe pel abalot del home, lo va cridá y li va preguntá qué passabe en Pinuccio.
Lo home va contestá:
- ¿No has sentit lo que diu que ha fet esta nit en Niccolosa?
La dona va di: - Mentix en tota la boca, que en Niccolosa no se ha gitat; que yo me hay tombat aquí en cuan no hay pogut dormí mes; y tú eres un animal per créuretu.
Bebéu tan per la nit que después ensomiéu y anéu de aquí cap allá sense enteráton y tos pareix que feu algo gran; ¡gran llástima es que no tos trenquéu lo coll! ¿Pero qué fa al teu llit Pinuccio? ¿Per qué no está al seu catre?
Adriano, veén que la dona discretamen la seua deshonra y la de la seua filla tapabe, va di:
- Pinuccio, te u hay dit mes de sen vegades, que no vaigues donán voltes, que este vissi teu de eixecát adormit, sonámbul, y contá fábules que ensomies te portará alguna vegada una desgrássia; ¡Tórna cap aquí!
Lo venté, sentín lo que díe la seua dona y lo que díe Adriano, va escomensá a créures que Pinuccio caminabe adormit; per lo que, agarránlo dels muscles, lo va escomensá a sacsá y a cridál, dién:
- Pinuccio, despértat, entórnaten al teu llit.
Pinuccio, habén sentit lo que se habíe dit, va escomensá, com si ensomiare, a di datres dessatinos; de lo que lo venté sen enríe mol. Al final, com encara lo sacsabe, va fé vore que se despertabe, y cridán a Adriano va di: - ¿Es ya de día, que me crides?
Adriano va di: - Sí, víne aquí.
Ell, fen vore que teníe molta son, se va eixecá del llit del venté y sen va entorná al llit en Adriano; y vingut lo día y eixecánse lo possadé, va escomensá a enríuressen y a enfótressen dell y dels seus somnis. Y aixina, bromeján, preparán los dos jovens los seus rocíns y ficánlos damún les valijes y habén begut en lo venté, puján a caball van acudí a Florencia, no menos conténs del modo en que la cosa habíe passat que de los efectes de la cosa. Y después, trobán atres víes, Pinuccio se va trobá en Niccolosa, que li afirmabe a sa mare que este verdaderamen ensomiabe; per lo que la dona, enrecordánsen de los abrassos de Adriano y de la ballestada, se creíe que ere la única que habíe velat.