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dijous, 4 de febrer del 2021

El mordisco catalán a Aragón, Ricart Garcia Moya,

Leo en el diario catalán Levante: «Obstinarse en que una comunidad tiene una lengua propia es absurdo», frase dicha por el baturro Ángel López García, Codirector de la Biblioteca Lingüística Catalana y autor de ‘Repensar España desde sus lenguas’. Dada la publicidad que le ofrece el diario catalán, podemos deducir qué filigranas ideará el viejo enredante zaragozano para agradar al Régimen, y lo hace con reflexiones típicas del que presume de imparcial inocencia:

«Ni el español es la ‘lengua nacional’, como puedan serlo el francés o el italiano en sus respectivos países» (López García: Repensar España desde sus lenguas, 2020)

¡Vaya! El francés o italiano son lenguas nacionales, pero no el español. Es raro. Cuando un catalanazi habla con un vasconazi emplea la lengua vehicular de España, el español. En fin, dejamos a López García y sus ideícas para chistes de baturros. De los idiomas, por seguir el tema, se preocupó Pascual Madoz, navarro que estudió en Zaragoza y, en 1833, coordinaba en Barcelona diversas publicaciones y asumía la dirección del periódico ‘El Catalán’. Aparte de su trayectoria política de gobernador de Barcelona, jefe de fuerzas del valle de Arán, hijo adoptivo de Barcelona…, se le recuerda por el Diccionario geográfico-estadístico-histórico’, conocido popularmente como Dicc. Madoz, la obra más completa sobre España y sus costumbres, producciones, folclore, patrimonio artístico, economía, cultura, etc. El diccionario también recogía referencias a idiomas, hablas y dialectos, incluidos los aragoneses; es decir, de los antepasados del citado lingüista Ángel López García de Zaragoza; aunque quizá haya olvidado su origen, al estar danzando por la Universidad de Valencia desde hace 40 años.

Leo en el diario catalán Levante: «Obstinarse en que una comunidad tiene una lengua propia es absurdo», frase dicha por el baturro Angel López García, Codirector de la Biblioteca Lingüística Catalana y autor de ‘Repensar España desde sus lenguas’.

La documentación es la que puede ayudarnos a disipar la niebla generada por estos personajes. Así, a mediados del XIX, en el turolense Aguaviva usaban un dialecto particular:

«un lenguaje tan particular, que no es usado por los vecinos de los pueblos de su entorno: consiste en una miscelánea del castellanovalenciano, y catalán, que sólo ellos entienden, si bien es cierto que cuando salen del pueblo, o hablan con forasteros se sirven de la lengua española.» (Diccionario Madoz: I, año 1845, p.128)

Aquí comprobamos la realidad de tres idiomas: castellano, valenciano y catalán, además del dialecto de Aguaviva (‘Aiguaiva’, en el aragonés local), que actualmente ha sido masticado y digerido por el insaciable expansionismo catalán. El idioma aragonés, fragmentado en mil hablas en el 1850, tuvo su etapa de difusión y se filtraba hasta en textos latinos como el Liber Regum (h.1195). Fue lengua de prestigio en el ms. Vidal Mayor (del 1247 al 1280), escrito en aragonés con el beneplácito de Jaime I; «Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius rey d’Aragon et de Malliorgas et de Ualentia, conde de Barcalona» (Vidal Mayor, h. 1250). En 1250, para Jaime I, existían los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca; pero nada que se llamara CataluñaCorona CatalanaGran CataluñaPaíses Catalanes y demás ridículas fantasías que, impunemente, enseñan a los niños los colaboracionistas por Aragón, Valencia y Mallorca.

Texto en aragonés del Vidal Mayor : «Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius rey d’Aragon et de Malliorgas et de Ualentia, conde de Barcalona» (Ms. Vidal Mayor, siglo XIII, Fundación Getty, California). No existía Cataluña hacia el año 1250, pero si Aragón, Mallorca y Valencia.
Texto en aragonés del Vidal Mayor : «Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius rey d’Aragon et de Malliorgas et de Ualentia, conde de Barcalona» (Ms. Vidal Mayor, siglo XIII, Fundación Getty, California). No existía Cataluña hacia el año 1250, pero si Aragón, Mallorca y Valencia.

Bajo el franquismo, ante la indolencia de la sociedad, los fascistas catalanes comenzaron a idear nombres como ‘Marca de Ponent’ o ‘Cataluña aragonesa’ para sus nuevos territorios. Al final, en la Barcelona del 1970, cuatro caníbales catalanazis acordaron que el territorio robado a Aragón se llamaría ‘Franja de Ponent de Catalunya’. No hallaron denominación más anodina. Era la táctica despersonalizadora aplicada a los antaño prestigiosos Reinos de Valencia y Mallorca, degradados a ‘País’ e «Illes». En Alemania, bajo el nazismo, la primera medida para convertir en inhumanos a los prisioneros era darles un número y prohibir nombres y apellidos. Después era más fácil la eliminación de esas ‘cosas’ sin nombre.

Iba a escribir un artículo documentado y extenso sobre el saqueo de Aragón, no sólo idiomático, por parte de Cataluña, pero no vale la pena; es inútil y nadie los lee. Lo cierto es que en 1845 constataba Madoz que el dialecto de Aguaviva sólo lo entendían los del pueblo, aunque no tenían problemas en usar el español como lengua vehicular, ese español al que el zaragozano López niega la condición de ‘lengua nacional’. En febrero del 2021, tras la acción del catalanismo, estoy convencido de que en Aguaviva se entienden en catalán con los turistas sardaneros que acuden a visitar las nuevas colonias de la Franja del PonienteSinceramente, no tengo ganas de recordar a tiasnurias como Carmen Junyent y otras monjas cojoneras del idioma, que lloran y patalean por la defensa de cualquier dialecto o lengua del mundo (no el español y valenciano, por supuesto) como los 400 dialectos de Nigeria, o los de Australia y Siberia. En Aguaviva supongo que quedará alguien que hable el dialecto que sólo los del pueblo dominaban, hecho que me recuerda el alboroto de filólogos de todas las ganaderías en la defensa del tehuelche de la Patagonia argentina. La única hablante nativa falleció en 2019, pero se ha convertido en un dialecto en proceso de recuperación a bombo y platillo en el país de los psicólogos.

Aquí, en una España donde faltan médicos y medios para combatir el Covid, nos sobra el repugnante colesterol social de cientos de miles de asesores, maestros, periodistas, políticos, comisarios, inmersores y demás parásitos cuya única misión es catalanizar Aragón, Valencia y Mallorca. Cuando pase el tiempo nadie entenderá esta locura. Aquí gobiernan matarifes idiomáticos, y no se limitan a laminar dialectos aragoneses, sino que progresivamente destruyen y prohíben los idiomas valenciano y español. Lamentablemente, en pueblos como Aguaviva, esta labor la facilitan emigrantes que regresan catalanizados de Cataluña e intentan demostrar superioridad hablando la lengua que no es de «las bestias», que diría Torra, sino la de la Gran Cataluña. Hoy no tenemos un Madoz, sólo textos inmersores que enseñan que en la «Franja, el País y las Islas» se habla catalán y somos catalanes.

dijous, 6 de juny del 2019

JUAN VANRELL NADAL, el insulto como argumento

Chrétianté d’Occident l’an de grâce de 1235

JUAN VANRELL NADAL.

He preguntado públicamente una y otra vez a los magníficos rectores universitarios y a los “sabios” pancatalanistas que desmientan los escritos y las fechas en que evidencio la inexistencia de Cataluña como entidad política en 1229, reconquista de Mallorca, y en 1238, reconquista de Valencia. Jamás obtengo respuesta.
Hoy, a los que me tildan de “fascista cavernícola” les pregunto si es verdad o es invención mía el mapa “Chrétienté d’Occident l’an de grâce de 1235”, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París. En dicho mapa encontramos, en colores diferenciados, “les Royaumes de Castille, d’Aragon, des Almohades, de France, etc.”. El que no aparece en ningún lugar, para nada, es el “Royaume de Catalogne”. Más aún, el territorio que hoy llamamos Cataluña tiene el mismo color rosáceo que el “Royaume de France”. No es ningún error. La “Marca Hispánica”, iniciada por Carlomagno en 789 y finalizada en 1256 con el Tratado de Corbeil entre Jaime I, el Conquistador, y Luis IX, el Santo, fue siempre propiedad del Rey de Francia. Los Condes de Barcelona no eran propietarios, sino feudatarios y vasallos de la Corona Francesa. Y así fue jurisdiccionalmente durante 456 años. ¿Pudo esta inexistente Cataluña reconquistar, repoblar y dar su lengua catalana a Mallorca y a Valencia?...
Como no pueden negar la evidencia de lo expuesto, se han aprendido la cantinela de que todo esto es correcto, pero que son incorrectas las interpretaciones peregrinas de algunos retrógrados incultos que, en contra de lo que enseñan las universidades, niegan la gran verdad de las hazañas gloriosas de la Cataluña Medieval, aunque no conste su nombre. Sin desmayo pregonan que la única autoridad en temas de lingüística catalana es la U. I. B. Los que con documentos irrebatibles los desenmascaramos somos los errados, merecedores del mayor desprecio y vituperio. “Sólo son cuatro pobres descerebrados, ávidos de notoriedad en el PP”, he oído comentar. ¡Ay del que ose discrepar del dogma pancatalanista! Sistemáticamente es condenado al fuego eterno del desprestigio.
El periodista mallorquín Joan Carles Muntaner en su artículo “La llengua d’IB3” (Última Hora, 25-04-14, pág. 29) considera analfabetos impresentables a los de “la dreta que comanda”, por querer que en las escuelas mallorquinas se enseñe el mallorquín ancestral. Considera retrógrados e incultos a los que rechazamos el “català normalitzat” como lengua balear, según ordena el “Estatut” y enseña la U.I.B. Este rechazo le tiene “mes que preocupat, indignat”, porque todo ello es cuestión “d’ignorancia, per no dir d’analfabetisme”. En su ofuscación dogmática llega al paroxismo de llamar “barbarismes” a expresiones mallorquinas de tiempo inmemorial, como <dios>, <islas> o <antes>… Según la RAE “<Barbarismos> son palabras impropias de una lengua”. Mis abuelos y mis padres nacieron en el siglo XIX. Usaban con toda normalidad estas palabras. “Ves a di <dios> a sa padrina Catalina”, me dijo más de una vez mi madre. Esta expresión es pues la propia del pueblo. La impropia, “barbarismo” por tanto, es la impuesta estatutariamente por “políticos”, ignorantes en filología o sumisos al gran poder catalán… Además, este docto periodista hace gala de una tremenda incultura. Desconoce que “el català estàndard” es un invento moderno del primer tercio del siglo XX. No como “el valencià” y “es mallorquí” que tienen siglos y siglos de existencia. El neo-catalán es una lengua artificial de consenso elaborada por Pompeyo Fabra y otros deslumbrados por la idea de “Cataluña, la Gran”. Hasta un famoso catalán, el jesuita padre Batllori, descalificó su artimaña:
“Es el infame e infecto dialecto de Barcelona que no puede ser aceptado”. (Las Provincias, 02-11-1982)… Confunde la unidad incuestionable de todas las lenguas románicas con una igualdad uniformada de las mismas. Cada lengua románica tiene su propia evolución y su propia personalidad a través de los tiempos. Este desconocimiento hace que el Sr. Muntaner sea un analfabeto peligroso en temas de evolución lingüística. Ignora la evolución de la palabra latina <insulas>. En castellano ha evolucionado en <islas>. En francés su evolución ha sido en <îles>”. (Hay que explicar que los copistas franceses indicaban la supresión de letras con una raya encima, el actual acento circunflejo: fête, Jerôme, tempête, être, etc.
Cataluña ha hecho propias algunas de estas palabras como <îles>, <s’il vous plaît>). El mallorquín, más fiel a sus raíces latinas, ha evolucionado <insulas> en <islas>. El verdadero “barbarismo” no está en decir <islas>, como siempre se había dicho, sino en usar el galicismo <illes>… Lo lamentable es que en Baleares es totalmente cierto lo que afirma: “Els mitjans de comunicació en català ajudan a arrancar aquets barbarismes”. Efectivamente, palabras auténticamente mallorquinas, como “per favó, maldament, negòcis, vacacions, direcció, cà, mox, firmà, aquí, gràcis, isla, etc., etc., etc.”, han sido suplantadas por “si us plau, maleuresement, afers, adreça, gos, gat, signar, icí, mercí, illa”, auténticos galicismos en su mayoría, gracias a los medios de comunicación. ¡Una auténtica aberración filológica!
  Arturo Quintana Font, al ductó filòlec catalanista
Arturo Quintana Font, al ductó filòleg catalanista de la nurmalització. 

El paroxismo demencial de demasiados mallorquines acaba de dárnoslo recientemente un tal Jaume Sastre, abanderado del profesorado isleño contra las disposiciones del President Bauzá en la línea de recuperar el mallorquín ancestral, que se ha montado una “huelga de hambre”. Solamente un desquiciado mental puede montar semejante desvarío contra su propia lengua milenaria, lengua que por la singularidad de su artículo “salat”, procedente del latín “ipse, ipsa, ipsum”, es un gran tesoro de la lingüística románica.

Ignacio Sorolla Vidal, doctor, sociolingüística
Ignacio Sorolla Vidal, doctor en sociolingüística, catalanista pupilo del de arriba con la boina.

Olvidan los muntaneres y sastres mallorquines que Cataluña siempre ha sido para Mallorca una “madrastra” ególatra: No aceptó que en la Bahía de Palma se celebraran las regatas olímpicas… Puso siempre todos los impedimentos posibles para la creación de la Universidad de las Islas Baleares… Consiguió que la Diputación Balear obtuviera en 1915 los derechos editoriales de la “Gramática Mallorquina” de Tomás Forteza Cortés (1838-1898) para que Pompeyo Fabra la hiciera catalana… 
Pompeyo Fabra
Pompeyo Fabra, sí, Pompeyo, no Pompeu.


Logró que el rey Fernando VII, un malhadado 13 de enero de 1830, ordenara la clausura de la Real Universidad General Luliana de la Ciutat de Palma para su traslado a Barcelona, que carecía de ella. Años más tarde, 1874, dicha universidad cerró la Escuela Normal de Maestros de Palma y ordenó su traslado a Barcelona… ¡¡¡Cuánto ama a Mallorca Cataluña!!!...
Contra lo expuesto, rigurosamente contrastado, nuestros doctos pancatalanistas, ignorantes en evolución latina, presentarán el argumento de la descalificación insultante al mensajero. El pérfido embaucador falsario y el perverso crispador iletrado es el que esto suscribe… O los jóvenes del G.A.V., que defendieron “el valencià” en Beniradrà.
Juan Vanrell Nadal
Catedrático de Francés
Pte. de la Acadèmi de sa Llengo Baléà. Premi Llealtat 2009

dijous, 7 de febrer del 2019

senyal del rey d´Arago e de Cecilia

¿De quién era el blasón de los 4 palos según Bernat Desclot en el siglo XIII?

senyal del rey d´Arago e de Cecilia

senyal del rey d´Arago e de Cecilia

dissabte, 12 de gener del 2019

mezcla y confusión de lenguas, que entonces hauia en los reynos de la corona

Llibre de Bernardino Gómez Miedes, La historia del muy alto e invencible rey Don Jayme de Aragon, primero deste nombre llamado el Conquistador. Compuesta primero en lengua latina por el maestro Bernardino Gomez Miedes Arcediano de Murviedro, y canónigo de Valencia, agora nueuamente traduzida por el mismo autor en lengua castellana.

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mezcla y confusión de lenguas, que entonces hauia en los reynos de la corona, hazia confuso y barbaro el proprio lenguage de cada vno


la historia escrita por el mismo Rey y por los de su tiempo tenía como encerrados debaxo su corta lengua Lemosina, dejassen de comunicarse

la historia escrita por el mismo Rey y por los de su tiempo tenía como encerrados debaxo su corta lengua Lemosina, dejassen de comunicarse a las gentes, y por ser las dos más extendidas y comunicables lenguas la Latina, y Castellana escribirlos en ellas.

latina, castellana, corta lengua Lemosina

Lo Rey, y per sa Magestat
Don Francisco de Moncada comte de Aytona y de Osona Viscomte de Cabrera y de Bas grá (gran) Senescal d Arago, Llochtinent ... 



Lo Rey, y per sa Magestat, Don Francisco de Moncada comte de Aytona y de Osona Viscomte de Cabrera y de Bas grá (gran) Senescal d Arago

Busca los apóstrofes, idiota, an este texto en valensiá. Foto de Carlos Rallo Badet, aragonés de Calaseit, Calaceite, catalanista com ell sol, en lo permís de Juaquinico Monclús, tamé cohet.

Busca los apóstrofes, idiota, an este texto en valensiá.
Foto de Carlos Rallo Badet, aragonés de Calaseit, Calaceite, catalanista com ell sol, en lo permís de Juaquinico Monclús, lo presidén de la Ascuma (lo IEC al Matarraña),
 tamé cohet.
Ell no chapurrege res, parle chapurriau.

divendres, 6 de juliol del 2018

Origen de Aragón

Mol se parle de Aragó pero, sabem cuán apareix per primera vegada este terme? Quin es lo seu origen y qué signifique? En realidat no ña una única explicassió, pero les diferentes investigassións que s´han fet al respecte mos han dixat algunes possibilidats que potsé puguen aclariu.
L´origen linguístic mes asseptat per los investigadós es lo celta, pos este poble y atres tamé indoeuropeus van habitá una bona part de la península ibérica abáns de la arribada de cartaginesos y romanos. De fet, los que díen celtíberos los autós romanos van habitá bona part del actual Aragó, y mes concretamen la zona del Moncayo, la vall del riu Jalón, la vall alta del Ebre y bona part del mich, arribán inclús hasta casi les portes de Salduie, lo poblat íbero aon se va fundá mes tart la Saragossa romana, Caesar Augusta.
Pero, qué tenen que vore los celtas y los indoeuropeus en lo terme Aragó? Pos pot sé que tingue que vore en la llengua. Lo celtíbero es una llengua celta que, com moltes atres a Europa y Asia, prossedixen venen de una mateixa arraíl linguística: la indoeuropea. Per a que mos faiguem una idea, durán milenios van existí una serie de llengües mol paregudes o acomparades originades de la mateixa arraíl desde la India y lo Turquestán que, en lo pas del tems, se van aná expandín per Europa y van aná evolussionán en unes atres llengües que anaben interactuán entre sí o diferensianse, en un prossés mol similar al de les llengües romances - castellá, catalá, valensiá, mallorquí, aragonés, fransés, italiá - que vindríen del latín que per sert es a la vegada una llengua indoeuropea.

Dins de la llengua celta, existixen les arraíls "ara" , "ar", y "aar", que servixen per a parlá de corréns de aigua. Per ficá un ejemplo, a Suiza existix actualmén un riu anomenat Aar, y lo nom ve pressisamen de esta arraíl celta. Al coneixe a siénsia serta la presénsia celta a la península, es probable que de la mateixa forma la gen faiguere aná eixes arraíls per a referís a diferéns cursos de aigua y en lo tems van aná evolussionán mes o menos, segóns cada cas. 

De ahí podríe vindre lo nom de “Aragó” per a referís al riu mes importán de la zona pirenaica -potsé significare “riu gran”, encara que aixó es aventurás massa-. 
De “ar” o “ara” vindríe finalmen lo terme “Arago“, que en la seua evolussió latina arribaríe finalmen a Aragó per a designá al actual riu Aragón, que después donaríe lo nom a la zona que atravesse. De fet, varios son los rius  als Pirineus que tenen eissa mateixa arraíl mes o menos evolussionada, como lo Aragón Subordán o inclús lo riu Ara.

Un atra opsió coloque lo origen del terme “Aragó” a la poblassió de origen vascón, pos realmen se coneix una importán influénsia vascona no sol al actual Pays Bas y Navarra, sino tamé en territori del actual Aragó, hasta la zona de Ejea de los Caballeros. Sin embargo, encara vinín de poblasió vasca, la arraíl “ar” vindríe igualmen del celta, pos va sé de esta llengua de aon la van agarrá en préstamo.
¿Cuán apareix per primera vegada “Aragón” a un documén?
San Juan de la Peña
Monasteri de San Juan de la Peña







Aquí sí que se pot indagá mes allá de hipótesis lingüístiques y acudí a documéns histórics, y lo que estos mos diuen hasta la fecha es que “Aragón”, com a nom per a designá a una o varies comunidats liderades por un mateix gobernán, es un de los mes antics de la Península Ibérica.
Un documén que perteneix al archiu del monasteri de San Juan de la Peña y fechat al añ 828 d.C. es lo mes antic conegut al que apareix la paraula “Aragón”. An este documén, lo rey García Jiménez de Pamplona y lo conde Galindo de Aragón fan una donassió al mensionat monasteri y lo mateix conde aragonés apareix reflejat com “comite Galindone de Aragon”. Mentrestán, lo de Navarra apareix per primera vegada al añ 1087, lo de Cataluña no apareix a un documén ofissial -testamén de Alfonso II– hasta finals del siglo XII, igual que lo de Portugal -també del mateix siglo-. L´únic que lo superaríe siría Castilla, pos ya apareix a documéns tan cristianos com islámics cap al añ 800.
Mucho hablamos de Aragón pero, ¿sabemos cuándo aparece por primera vez este término? ¿Cuál es su origen y qué significa? En realidad no hay una única explicación a este tema, pero las diferentes investigaciones que se han realizado al respecto nos han dejado algunas posibilidades que quizás puedan esclarecerlo.
El origen lingüístico más aceptado por los investigadores es el celta, pues este pueblo y otros también indoeuropeos habitaron una buena parte de la Península Ibérica antes de la llegada de cartagineses y romanos. De hecho, los llamados celtíberos por los autores romanos habitaron buena parte del actual Aragón, y más concretamente la zona del Moncayo, el valle del río Jalón, el valle alto del Ebro y buena parte del medio, llegando incluso hasta casi las puertas de Salduie, el poblado íbero sobre el que más tarde se fundó la Zaragoza romana.
Pero, ¿qué tienen que ver los celtas e indoeuropeos con el término “Aragón”? Pues puede que tengan que ver con la lengua. El celtíbero es una lengua celta que, como muchas otras en Europa y Asia, proceden de una misma raíz lingüística: la indoeuropea. Para que nos hagamos una idea, durante milenios existieron una serie de lenguas muy similares originadas en la misma raíz desde la India y el Turquestán que, con el paso del tiempo, se fueron expandiendo hacia Europa y que fueron evolucionando en más y más lenguas que iban interactuando  entre sí o diferenciándose, en un proceso muy similar a las lenguas romances -castellano, catalán, aragonés, francés, italiano,…- que vendrían del latín que, por cierto, es a su vez una lengua indoeuropea.
Dentro de la lengua celta, existen las raíces “ara“, “ar” y “aar“, que sirven para hablar de cursos de agua. Por poner un ejemplo, en Suiza existe actualmente un río llamado Aar, cuyo nombre viene precisamente de esa raíz celta. Al conocer a ciencia cierta la presencia celta en la península, es probable que de la misma forma la gente usara esas raíces para referirse a distintos cursos de agua y con el tiempo fueron evolucionando más o menos, según cada caso.
De ahí podría venir el nombre de “Aragón” para referirse al río más importante de la zona pirenaica -quizás significara “río grande”, aunque esto es aventurarse demasiado-. De “ar” o “ara” vendría finalmente el término “Arago“, que en su evolución latina llegaría finalmente a Aragón para designar al actual río Aragón, que después daría nombre a la zona que atraviesa. De hecho, varios son los ríos en los Pirineos que tienen esa misma raíz más o menos evolucionada, como el Aragón Subordán o incluso el río Ara.
Otra opción coloca el origen de término “Aragón” en población de origen vascón, pues realmente se conoce una importante influencia vascona no sólo en el actual Euskadi y Navarra, sino también en territorio del actual Aragón, hasta la zona de Ejea de los Caballeros. Sin embargo, aún viniendo de población vasca, la raíz “ar” vendría igualmente del celta, pues fue de esta lengua de donde la tomaron prestada.
¿Cuándo aparece por primera vez “Aragón” en un documento?
San Juan de la Peña
Monasterio de San Juan de la Peña
Aquí sí que se puede indagar más allá de hipótesis lingüísticas y acudir a documentos históricos, y lo que estos nos dicen hasta la fecha es que “Aragón”, como nombre para designar a un o varias comunidades lideradas por un mismo gobernante, es uno de los más antiguos de la Península Ibérica.
 Un documento perteneciente al archivo del monasterio de San Juan de la Peña y fechado en el año 828 d.C. es el más antiguo conocido en el que aparece la palabra “Aragón”. En él, el rey García Jiménez de Pamplona y el conde Galindo de Aragón realizan una donación al mencionado monasterio y el propio conde aragonés aparece reflejado como “comite Galindone de Aragon”. Mientras tanto, el de Navarra aparece por primera vez en el año 1087, el de Cataluña no aparece en un documento oficial -testamento de Alfonso II– hasta finales del siglo XII, al igual que el de Portugal -también del mismo siglo-. El único que lo superaría sería Castilla, pues ya aparece en documentos tanto cristianos como islámicos hacia el año 800.

Sergio Martínez Gil
Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza