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dissabte, 15 de febrer del 2020

José Luis Corral Lafuente, Corona de Aragón

Todos los amantes de la Historia, hemos oído hablar de José Luis Corral Lafuente, Este aragonés ilustre, nació en Daroca, Profesor de Historia y escritor. Licenciado en Filosofía y Letras, se doctoró en Historia por la Universidad de Zaragoza, en la que es profesor de historia medieval y director de Taller de Historia S.L. Como medievalista, ha centrado buena parte de su labor investigadora en la España musulmana y en la Historia de Aragón. Es también uno de los más prolíficos autores españoles de novela histórica.

Este es un resumen del propio J. L. Corral, de un texto que publico en 2010, y que conviene recuperar para clarificar ciertos mensajes que llegan desde el ultranacionalismo pancatalanista).

LA CORONA DE ARAGÓN. CONTRA LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA DE ARAGÓN Y CATALUÑA.

José Luis Corral Lafuente.
LA CORONA DE ARAGÓN. CONTRA LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA DE ARAGÓN Y CATALUÑA.

La Historia es una materia propicia para la manipulación. En este sentido, el caso de la historia de la Corona de Aragón es paradigmático. A mediados del siglo XIX un movimiento cultural, y político, nacido en Barcelona y denominado “la Renaixença” se empeñó en cambiar la historia a base de alterar definiciones y de imaginar símbolos y espacios que jamás existieron.
En su desvarío historiográfico, algunos eruditos de ese movimiento comenzaron a acuñar conceptos que nunca existieron como “la Corona catalana-aragonesa”, “los condes-reyes”, “los reyes-condes”, “los reyes de Cataluña”, la “Confederación catalana-aragonesa” y otras denominaciones falsas, de ese mismo estilo, que culminó con la peregrina ya histórica denominación, ya en el siglo XX, de “Els Països Catalans” para definir un inexistente territorio "histórico" común en el que se incluían los actuales Cataluña, Rosellón, Cerdaña, las comarcas orientales de Aragón, la Comunidad de Valencia y las Islas Baleares.
Proyectando ideas políticas nacionalistas del presente en el pasado, se alteró el ordinal dinástico de los reyes de Aragón, de modo que Alfonso II el Casto pasó a ser “Alfons I” y Pedro II el Católico, “Pere I de Catalunya”; y así siguen siendo denominados estos soberanos en los ficheros del Archivo de la Corona de Aragón y en las denominaciones de algunos políticos ultranacionalistas catalanes.
La llamada Corona de Aragón tuvo su origen en una unión dinástica basada en una alianza matrimonial, siguiendo el derecho medieval sucesorio navarro y aragonés y el derecho canónico. La Corona de Aragón no se llamó así desde el principio. En el siglo XII ni los reyes de Aragón ni los condes de Barcelona tenían como distinción de su rango una "corona". El primero de ellos en ser coronado fue Pedro II, y lo hizo en Roma en 1204 de manos (o mejor de pies, según una leyenda) del papa Inocencio III. Para ser rey legítimo de Aragón era necesario haber nacido de matrimonio canónico, jurar los fueros de Aragón, y luego los de los demás territorios de la Corona, y ser coronado en la catedral de La Seo de Zaragoza.
Desde 1068 los reyes de Aragón eran vasallos de la Santa Sede, y por tanto debían juramento de homenaje a los papas. Por ello, la monarquía aragonesa adoptó sus colores heráldicos, el rojo y el amarillo, copiando los de su señor feudal, el papado, pues esos eran los que usaban los pontífices en la Edad Media.
La Corona de Aragón se sostuvo en sus soberanos y en la continuidad de su linaje, y ello a pesar de que los tres primeros, Alfonso II, Pedro II y Jaime I accedieron al trono en minoría de Edad, con algunas dificultades.
Los Estados fundacionales de la llamada Corona de Aragón fueron el reino de Aragón (con la reina Petronila) y el condado de Barcelona (con el conde Ramón Berenguer IV, que también lo era además de Ausona, Cerdaña, Besalú y Gerona). Pero no de Urgel, por ejemplo. Desde 1137 se fueron sumando otros territorios; en algunos casos por incorporación pacífica, como el marquesado de Provenza o los condados de Pallars y Urgel; en otros por conquista a los musulmanes, como las tierras de Lérida, Fraga, Tortosa, Teruel, el reino de Mallorca, el de Valencia o el señorío de Albarracín; y en otros durante el proceso de expansión mediterránea, como los reinos de Sicilia, Cerdeña, Nápoles o los ducados de Atenas y Neopatria en Grecia.
Estos soberanos nunca se intitularon “reyes de la Corona de Aragón”, sino que lo hicieron con todos y cada uno de sus títulos privativos. Así, Petronila fue reina de Aragón, como heredera de Ramiro II, y condesa de Barcelona, por su matrimonio con Ramón Berenguer IV, que fue príncipe de Aragón y conde de Barcelona; Alfonso II fue rey de Aragón, conde de Barcelona y marqués de Provenza; Jaime I, rey de Aragón, rey de Valencia, rey de Mallorca, conde de Barcelona y señor de Montpellier; y Pedro IV rey de Aragón, rey de Valencia, rey de Mallorca, conde de Barcelona y duque de Atenas y Neopatria, e incluso rey de Jerusalén, entre otros títulos. Y cuando se abreviaban los títulos y sólo se colocaba uno, siempre prevalecía el más antiguo e importante en el orden protocolario: rey de Aragón.
Desde luego, los soberanos de la Corona nunca se intitularon como “reyes o condes de Cataluña”, pues aunque desde fines del siglo XII ya aparece el macrotopónimo "Cataluña", la idea de un territorio llamado Cataluña, de extensión similar a la actual Comunidad Autónoma española del mismo nombre, que englobara a la mayoría de los condados cristianos altomedievales del noreste hispano, y a las tierras de Lérida, Tarragona y Tortosa no se concretó hasta el reinado de Jaime I, ya en el siglo XIII, cuando comenzaron a definirse las fronteras políticas entre los reinos y Estados de Aragón, Cataluña y Valencia, que no quedaron perfiladas definitivamente hasta bien entrado el siglo XIV.
Dentro de la unidad dinástica de la Corona de Aragón, cada uno de los Estados que la integraron mantuvo sus instituciones políticas, su autonomía fiscal, su lengua, sus derechos, sus costumbres, sus normas cívicas, su moneda, su sistema de medidas y su cultura hasta los Decretos de Nueva Planta impuestos por la dinastía de Borbón a comienzos del siglo XVIII. La Corona de Aragón fue un ejemplo de convivencia y tolerancia que, en su propia historia, puede dejar no pocas enseñanzas a la España y a la Europa contemporáneas.
Lamentablemente, ultranacionalistas indocumentados o tergiversadores están empeñados en falsificar esta historia.

dijous, 13 de febrer del 2020

historia, castellano

http://revistamito.com/historia-de-la-lengua-espanola-lexico/

Esbozo de la historia externa de un idioma.

A la lengua española, como a todas, la crean sus hablantes. Por eso resulta imprescindible conocer las relaciones sociohistóricas que tuvieron aquellos antiguos dueños de nuestro idioma con visigodos, árabes, franceses, indios americanos y anglófonos. La mejor prueba de ese ir y venir por los cruces de caminos que es la historia de una lengua quedó plasmada en parte del vocabulario actual.

Como es bien sabido, los orígenes del español se remontan al latín, aquella lengua que hablaban los romanos en lo que en su época podría considerarse casi medio mundo.
Allá por el año 19 a.C. puede entenderse que termina la conquista romana de Hispania, con la incorporación al Imperio de los pueblos norteños más rebeldes.
Se entiende que, a partir de ese momento, los habitantes de la antigua Iberia –que así era conocida entre los griegos– hablaban una lengua más o menos común a toda la Romania –como se conoce a todo el territorio conquistado por los romanos–: el latín clásico.
Con el paso de los siglos, como es natural en todas las lenguas, este latín oral se fue alejando de la lengua que se hablaba en el Imperio del siglo I d.C. hasta dar lugar a una variedad común a toda la Romania: el latín vulgar.
A esta fragmentación diacrónica –en el tiempo– cabe añadir una fragmentación diatópica –en el espacio–, típica de los diversos avatares históricos que sufrieron los distintos pueblos que se encontraban bajo el yugo romano y que se acentuaría tras la desaparición de este.
En efecto, del año 476 d.C. se entiende como canónica la caída del Imperio Romano de Occidente (el de Oriente duró hasta 1453, que es cuando tuvo lugar la llegada otomana a Constantinopla, antigua Bizancio, actual Estambul), lo que conlleva una fragmentación política de sus territorios.
En Hispania entonces toman fuerza diversos pueblos germanos –vándalos, suevos y alanos– que habían llegado hacia el 409 d.C. y que pronto son sustituidos por los visigodos, también germanos, que se hacen con el poder de Toledo hacia el 507 d.C.
https://es.wikipedia.org/wiki/Invasiones_germ%C3%A1nicas_en_la_pen%C3%ADnsula_ib%C3%A9rica
Todos estos pueblos, especialmente los segundos, habían sido considerablemente romanizados, sobre todo aquellos que vivían en las grandes urbes de la Romania. No puede entonces sorprender que la lengua que hablasen fuese ya cierto latín vulgar, es decir, un latín clásico modificado por algunos cambios fonéticos y morfosintácticos que hacían que se pareciese muy poco a la lengua de Cicerón.
La huella más clara que dejaron los visigodos en nuestro idioma se plasma en el léxico, es decir, el vocabulario.
Palabras como guerraguiaryelmorobar o tregua pasaron a formar parte del protorromance de esa época. Hoy son denominados ‘germanismos’.
La crisis sociopolítica del Reino Visigodo permitió, en cierto modo, que Hispania rompiera lazos de comunicación con el resto de la Romania, lo que lingüísticamente se plasmaría en una serie de cambios que iban a ser típicos de las variantes habladas aquí y no en cualquier otra zona del antiguo Imperio Romano.
Linguistic_map_Southwestern_Europe
DE RISA la expansión del catalán JA JA JA !
La que se puede considerar la siguiente fase en la historia de la lengua comienza con la llegada de los musulmanes a la Península (711), cuyo asentamiento durante ocho siglos (hasta 1492), aparte de influir enormemente en la creación de una identidad común cristiana, abanderada política y económicamente por el proceso de la Reconquista, facilitará el enriquecimiento de la lengua castellana con la aportación de numerosos arabismos como, por ejemplo:
alfombraalcaldealmacénalcázararrozazúcarazafrán o algodón.
A modo de curiosidad, el hecho de que la inmensa mayoría de ellos comiencen por al– (ال) se debe a que esta es la forma del artículo determinado en árabe (invariable en género y número). Si comienza sólo por a– es porque en árabe se asimila el artículo (es decir, se pierde la l) ante palabras que empiezan por consonante sibilante (como la s), dental (como la t o la d) o vibrante (como la r), que se pronuncian geminadas (es decir, dobladas). Por ejemplo, no se diría *altaúd sino attaúd (> ataúd). Y, como el amable lector habrá observado, la utilización actual es, efectivamente, redundante, ya que al decir el arroz, estamos diciendo, literalmente, ‘el el roz’, lo que se trata de un fenómeno comprensible, dada la pérdida de la transparencia (el hablante de romance medieval no tiene por qué saber que al– es el artículo y usa la palabra con él) y su natural reinterpretación (al incorporar la palabra a la morfosintaxis romance, se necesita añadir el artículo, como sucede con cualquier otro nombre).
Esbocemos, pues, un mapa lingüístico medieval de la Península. En el oeste, el gallego-portugués rige la vida gallega en convivencia con el astur-leonés. En el centro, el castellano se abre paso poco a poco, conviviendo con el riojano, el navarro-aragonés y el euskera (vasco, vascuence, eúskaro, que le prestó palabras como chatarralegañapestañapizarra o izquierda). En la costa este, la principal población habla esencialmente catalán. JA JA JA !
En el sur, los cristianos que viven en Al-Ándalus hablan un idioma romance (el llamado ‘mozárabe’ o, para mayor precisión, el ‘romanandalusí’ o ‘latino’, que era como se denominaban a sí mismos) que, escrito en ocasiones de forma aljamiada –es decir, utilizando el alifato, que es lo mismo que el alfabeto árabe–, desaparece a finales del siglo X. También aquí se hablan árabe y ciertas lenguas bereberes procedentes de los almorávides y almohades a los que a lo largo de la Edad Media los musulmanes pidieron ayuda y que, sin duda, se quedaron en la Península creando probablemente más de una situación de bilingüismo.
Pero volvamos a la perspectiva histórica. Al siglo XIII pertenecen muchos de los galicismos palabras de origen francés– que tiene hoy el español, gracias en parte al intercambio cultural que supuso el camino de Santiagohomenajelinajebailarrimabotíndamajardín o galán.
Tres siglos después, con el descubrimiento de América, los españoles de la época tuvieron que adoptar su idioma a las nuevas realidades, adaptando múltiples palabras de lenguas indígenas. Así, de la lengua taína o arahuaca, que era la que hablaban los pobladores de las Antillas a la llegada de Cristóbal Colón, (que era catalán, Cristòfor Colom) tomaron caciquecanoacaníbal caribe, que significaba, esta última, ‘antropófago’, probablemente por desplazamiento semántico a partir de la asociación con el pueblo caribe, que causaba horror entre los taínos porque, vecino al suyo, era caníbal.
De la lengua náhuatl, la lengua hablada por los aztecas, se incorporaron al español palabras tan comunes como cacaocacahueteaguacatechiclechocolatetomate o tiza, mientras que de la lengua quechua, la lengua de comunicación del Imperio Inca, se introdujo, entre otras, carpa y, tal vez, pumapapa y llama, que bien pudieran ser de origen aimara.
De la lengua guaraní, finalmente, se tomaron prestadas, por ejemplo, pirañabucanero ‘pirata’, jaguar y tiburón.
La última fase de préstamos lingüísticos reseñable puede encontrarse perfectamente en la actualidad, cuando aparecen constantemente anglicismos palabras provenientes del inglés– en el español, tales como CDpopplaybackradarrobotrolhallfilmmonitormitinvídeoespray o estrés, y otras muchas (no siempre inútiles) que el lector conoce sin duda muy bien.
Vemos, por tanto, cómo influyen los devenires sociohistóricos en la configuración de la lengua española, especialmente en su léxico. Cuando los pueblos que se acercan a la Península utilizan el castellano (o el latín vulgar o el protorromance o el español, que nadie sabe, diacrónicamente, dónde poner el límite entre uno y otro), están a su vez conformándolo, al aportar su propia idiosincrasia a la configuración de un idioma que, aún hoy, sigue forjándose. O, por mejor decir, están contribuyendo firmemente a la constante construcción de una lengua que hoy, como en cada época, la crean sus hablantes.
Para saber más…
Echenique Elizondo, Mª T.; y Martínez Alcalde, Mª J. (2011): Diacronía y gramática histórica de la lengua española, Valencia: Tirant.
Torrens Álvarez, Mª J. (2007): Evolución e historia de la lengua española, Madrid: Arco/Libros.

http://revistamito.com/historia-de-la-lengua-espanola-ii-fonetica-y-morfosintaxis/

Esbozo de la historia interna de un idioma.

La lengua española, como todas las lenguas, cambia cada día y se forja constantemente a sí misma. Esos cambios se ven con total claridad en su fonética y en su gramática, que es donde quizá se encuentre la esencia del idioma desde una perspectiva interna. Por eso aquí se pretende mostrar algunos cambios que tuvieron lugar del latín al español a lo largo de los siglos y que afectaron, fundamentalmente, a la fonética y a la morfosintaxis.
De los sos oios tan fuertemientre lorando
tornava la cabeça e estava los catando ...


Cantar del Mio Cid, De los sos oios tan fuertemientre lorando  tornava la cabeça e estava los catando
Cantar del Mio Cid
Así comienza el que probablemente sea el fragmento más famoso de una de las primeras obras literarias escritas en castellano: el Poema de Mio Cid.
Más allá de polémicas sobre si fue escrita en el siglo XII o en el XIII [1], de lo que no puede dudarse es de que este fragmento ni es latín ni es español actual, por motivos fonéticos y gramaticales.
No es latín, por ejemplo, porque en la palabra oio (hoy ojo) ya no se reconoce el antiguo sonido [kl] del que procede la palatal, es decir, el sonido que hoy representamos por la letra –ll– o la letra –y– entre vocales y que hacia el siglo XV se convirtió en el sonido representado por la letra jota (velar fricativo sordo):oculu(m) > *oc’lo > oio > ojo [‘oxo].
Asimismo, la palabra cabeça, de la que hablamos más adelante con detalle, ha sufrido un cambio importante: la sonorización de la sorda intervocálica, ya que viene de capitia y en esta palabra la consonante –p-, que es sorda porque al pronunciarla no vibran las cuerdas vocales, se ha hecho sonora, de manera que ha asimilado el rasgo de sonoridad típico de la a y de la e, que la rodean.
No debería sorprendernos un cambio así, porque se da también en otras consonantes oclusivas sordas, como la [t] y la [k] (escrita o q), que se convierten, respectivamente, en –d– y –g– cuando están entre vocales: catena > cadenaaqua > agua (en rumano apua, como en quattuor - patru). 
Pero volvamos a nuestro texto. Tampoco es latín porque hay una categoría morfológica que en esta lengua no existía: el artículo determinado que aparece en los sos oios y en la cabeça. También hay una preposición en el sintagma de los sos oios, que probablemente un romano de la época de Cicerón no habría usado.
Y, sin embargo, no podemos decir que sea español moderno, porque en la actualidad no pondríamos el posesivo después del artículo determinado (algo que se hizo prácticamente solo durante el siglo XIII), ni utilizaríamos la forma sos (lo que duró aproximadamente hasta principios del XIV), es decir, diríamos de sus ojos y no de los sos oios, haciendo efectivo de una manera diferente el pleonasmo [2] (no se puede llorar con ojos de otro ni con otros sentidos que no sean los ojos) con el que empieza el fragmento.
Tampoco diríamos, probablemente, tornava la cabeça, sino volvía la cabeza, ya que el verbo tornar, que significa ‘volver’, comenzó a dejar de usarse en el siglo XVII; ni estava los catando, sino estaba mirándolos: en la perífrasis verbal estar + gerundio, el pronombre de complemento directo los dejó de insertarse entre el auxiliar (estar) y la forma no personal (el gerundio catando) en el siglo XIV, mientras que el verbo catar, del latín captare ‘captar (por los sentidos)’, que significaba en la Edad Media ‘mirar’, y después se especializó en ‘probar con el sentido del gusto’ (como seguimos usando hoy para hablar, por ejemplo, de la cata de vinos), no llegó hasta el siglo XX.
Tornemos ahora a la palabra cabeça ( < capitia), donde la ç representaba el sonido dorso-dental o dento-alveolar africado sordo (se diría cabetsa), inexistente en español actual; y recordemos también oios (<oculu[m]), pronunciado oshos pero haciendo la –sh– sonora, como el sonido representado por la letra –j– en la palabra francesa jouer (prepalatal fricativo sonoro).
Ambos fonemas (los representados por las letras ç de cabeça e de oios) formaban parte, en el castellano medieval, de un sistema más amplio que se revolucionó a finales de la Edad Media y dio lugar a los tres sistemas que tenemos en la actualidad: el del ceceo, el del seseo y el de la distinción s/z.
El sonido representado por la ç de cabeça tenía una pareja sonora, que se pronunciaba –dz– (dorso-dental o dento-alveolar africado sonoro), como en hazer.
También el sonido representado por la i de oios tenía una pareja sorda, como en dixo (dijo), que se pronunciaba como hoy decimos en inglés el grupo dígrafo –sh– de la palabra she (sonido prepalatal fricativo sordo).
Pero además de estos cuatro fonemas, había dos más: una –s– como la que tenemos en la actualidad en palabras como mensaje (alveolar fricativa sorda) y una –s– sonora, que en la actualidad sólo se muestra cuando va antes de consonante sonora, por ejemplo, en los mismos (alveolar fricativa sonora), pero que en castellano medieval era comúnmente representada por una –s– intervocálica como en casa.
Quizá ya en el siglo XIV, las consonantes sonoras empezaron a ensordecerse, igualándose así a sus parejas sordas, lo que creó una considerable confusión, a la que cabía añadir la pérdida del elemento oclusivo en los fonemas africados (es decir, la t de –ts- y la de -dz-), lo que ocasionó que estos se neutralizasen con las alveolares fricativas (las dos –s-).  
Para distinguir las palabras, la misma lengua originó la solución, creando dos fonemas nuevos de los que triunfaría solamente uno en toda la zona hispanohablante: el sonido representado gráficamente por la letra j (velar fricativo sordo). El otro fue el que representa la letra zeta (interdental fricativo sordo), que tuvo mayoritariamente cabida en el centro y norte peninsular.
En el sur se adoptaron otras normas, bien ceceantes, bien seseantes, que en seguida se trasladaron a América. Hoy en día la RAE parece considerar prestigioso tanto el sistema distinguidor s/z como el seseo, el cual existe también en algunas zonas de Galicia, País Vasco, Valencia, Cataluña y Mallorca (y en Aragón, Mezquín, La Codoñera).
Para que el paciente lector se pueda hacer una idea global del proceso, se muestra sintetizado en una tabla con las pronunciaciones esperables en cada caso, siguiendo reglas ortográficas de conocimiento común:
Tenemos, por un lado, varios cambios fonéticos como la sonorización de las oclusivas intervocálicas (catena > cadenaaqua > agua), la revolución de las sibilantes y la palatalización del grupo inicial pl-, que se convierte en ll (aunque no se escriba así hasta la reforma de Alfonso X)como sucede en la palabra lorando (lorar < plorare) de nuestro texto inicial, que se diría llorando desde época muy temprana.
Y por otro lado, tenemos algunos cambios gramaticales como los ya mencionados: la aparición de los artículos (los sos oios), inexistentes en latín; la multiplicación de preposiciones, que en latín se usaban menos porque había un sistema muy complejo de casos (nominativo, vocativo, acusativo, dativo, genitivo, ablativo) que aclaraba la función sintáctica de cada elemento; y el cambio de orden en la oración, que pasó de ser sujeto-objeto-verbo (sí, en latín el verbo se ponía al final de la frase, como en Alea iacta est) a ser sujeto-verbo-objeto (al perderse la libertad de orden sintáctico que daban los casos, la oración consiguió una estructura un poco más rígida, como en La suerte está echada).
Vemos, por tanto, que la lengua española se trata de un ente vivo que se modifica constantemente, al que es necesario conocer en sus distintos estadios diacrónicos para poder comprender su presente y conseguir, así, profundizar en esa parte de nuestra identidad hispanohablante común.
Para saber más…
Lloyd, P. M. (1993): Del latín al español. I. Fonología y morfología históricas de la lengua española, Madrid: Gredos.
Menéndez Pidal, R. (1987): Gramática histórica del español, Madrid: Espasa-Calpe.
https://filologiaunlp.files.wordpress.com/2013/06/41297427-manual-de-gramatica-historica-espanola-menendez-pidal.pdf
Torrens Álvarez, Mª J. (2007): Evolución e historia de la lengua española, Madrid: Arco/Libros.

[1] Los últimos versos del poema dicen como sigue:
Quien escrivió este libro, ¡dél’ Dios paraíso, amén!
Per Abbat le escrivió en el mes de mayo
en era de mil e CC XLV años
 La cuestión es que algunos investigadores piensan que entre la segunda C y la X faltaría otra C, lo que implicaría que el año de redacción habría sido el 1345 de la era hispánica, correspondiente con el 1307 de la era cristiana (la nuestra). Sin embargo, parece que no hubo nunca una C en ese hueco, lo que retrasaría un siglo la redacción del texto, hasta el año 1207 de nuestra era, que coincidiría con la propaganda política que se habría hecho por esas fechas, culminada en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tampoco hay que descartar que ya en vida del mismo Rodrigo Díaz de Vivar (que muere, recordémoslo, en el año 1099, más de un siglo antes de dicha fecha) circulasen oralmente algunas de sus historias hechas leyenda. No se puede afirmar nada con total seguridad: la fecha de elaboración y de redacción del poema siguen siendo, en gran parte, un misterio.  
[2] El pleonasmo es una figura retórica que consiste en la adición de elementos a la oración que añaden énfasis pero son innecesarios para entenderla por completo. Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el pleonasmo es “Figura de construcción, que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho; p. ej., lo vi con mis propios ojos.

dimarts, 26 de març del 2019

sant Vincente Ferrer, 1575

Vicente Justiniano Antist; La vida, y historia del apostólico predicador sant Vincente Ferrer, 1575.

Estando en aquellas partes le traxeron vn endemoniado, al qual como sant Vicente conjurasse, y le echasse del agua que le auian traydo por bendita: el diablo sin mas verguença recogia el agua, y lauauase con ella la cara, diziendo en Valenciano: A tan bona es aquesta aygua. Entonces dixo el santo, que aquella agua no era bendita: y assi bendiziendola de nueuo, se la echo encima, y el demonio a su pesar huuo de salir del hombre.  


Estando en aquellas partes le traxeron vn endemoniado, al qual como sant Vicente conjurasse, y le echasse del agua que le auian traydo por bendita: el diablo sin mas verguença recogia el agua, y lauauase con ella la cara, diziendo en Valenciano: A tan bona es aquesta aygua. Entonces dixo el santo, que aquella agua no era bendita: y assi bendiziendola de nueuo, se la echo encima, y el demonio a su pesar huuo de salir del hombre.

diumenge, 23 de desembre del 2018

La Historia de Aragón a través de sus lenguas

http://romancearagones.blogspot.com/2011/12/doc-0-la-historia-de-aragon-traves-de.html

La Historia de Aragón a través de sus lenguas.

Hola amigos:
Hemos confeccionado una lista de simpatizantes, que con ocasión de algunas
de las actividades que realizamos en pro de la cultura y lenguas de Aragón,  nos habéis facilitado.
Mi área es la investigación dentro de la Federación de Asociaciones culturales del Aragón Oriental, FACAO. que trata de las lenguas asociadas a la Historia de Aragón.
Así pues publico una serie que titulo:  “Las lenguas de Aragón a través de su historia"  y sobre este tema os haré algunos envíos que espero os gusten, en caso de que se hubiese puesto alguna dirección no solicitada, os ruego lo digáis para suprimirla, pues suman por el momento 150.
Consideramos que sois simpatizantes de nuestra causa sin más compromiso, sin embargo si os gustan los trabajos, os agradeceríamos las enviaseis a vuestros amigos o conocidos.

No obstante también se envía a diferentes direcciones.

Antes de entrar en temas de historia o filología, y como un entrante, os voy a enviar un escrito de una leyenda de mi pueblo (Documento -O- en las dos lenguas. romance castellano y aragonés). Todas la leyendas tiene un fondo de verdad, está documentado que,  durante la Inquisición se quemaron en la hoguera varias mujeres y algunas optaron por entrar por vida en un convento. Las Calles y lugares son reales e incluso hay una piedra enorme enterrada en lo alto del Castillo de los Moros misteriosa porque no es del lugar….en fin sirva de entremés, entrada y relajación, porque el tema de la Historia y Lenguas de Aragón es….largo y apasionante.
Un Saludo.
Julián Naval de Tamarite.
Tamarite de Litera a 8 de Octubre del 2011
    2º. Charlas en el banco del si no fuese por…..

            La Plazuela de las Brujas.

            Entre las nubes de aquel atardecer que se divisaban a lo largo del cielo, se iban haciendo entreclaros, dejando pasar un resplandor cada vez menos fuerte y brillante.
            La negrura de la noche se  va apoderando  a todo lo largo del firmamento.
            ¡ Cosa de brujería !. Un soplo de aire misterioso arrastra a todas las nubes para dejar pasar otro resplandor, primero mortecino, para irse asomando detrás de las montañas dibujadas  sobre la inmensidad del cielo. Es la Luna Llena brillando como una Reina de la Noche en completa soledad,  apagando la brillantez de las estrellas que la rodean.
            Todo es silencio, las cigarras callan en sus chillidos, las golondrinas, que en el atardecer volaban a ras de tierra, con voces chirriantes, para atrapar toda clase de mosquitos se han ido aquietando, posadas en los alambres de los postes de la luz.
            La Campana de los Perdidos sigue sonando con su voz ronca y potente, que llega hasta más allá de la Clamor Amarga, poco a poco se espacia su sonido, hasta callar del todo. Los labriegos de los lugares más distantes, ya han llegado al abrigo de sus casas, al calor de sus crepitantes hogares, que su mujer les ha preparado alrededor de sus hijos y sus abuelos amorosos.
            Los silenciosos murciélagos abandonan La Cueva del Torrente, entre Sol y Luna, volarán incansables en busca de su sustén…..pero…..aquella noche…..
            El cárabo, el mochuelo y la lechuza, despiertan de su descanso, vuelan silenciosos, su plumaje suave como la seda, como la piel de un recién nacido, acaricia el viento sin hacer ninguna clase de ruido, atentos al menor movimiento sus orejas adaptadas al silencio más absoluto, detectan cualquier movimiento de un ratoncillo o de un escarabajo…..pero…..aquella noche….
            La comadreja, despierta de su letargo, mientras la Luz era La Reina de la Tierra, ahora de noche, silenciosa, buscará las madrigueras de los conejos, no le será fácil encontrarlos entre el laberinto de pasadizos, donde se pierde la mayoría de las veces, si vuelve con el estómago vacío, se habrá de contentar con algún ratoncillo descuidado o quizás encontrará un nido poco escondido para absorber todos los huevos, a veces cuando el hambre le aprieta  romperá un vallado, o entrará por el resquicio de una puerta y hará desastres dentro de un gallinero, chupándoles a los pobres animales nada más que su sangre…..pero…..aquella noche….
            Se palpa en el ambiente una calma tensa como la que aprecia a la llegada de una tormenta, aún no es la hora, La Luna no ha llegado todavía al Centro del Cielo, la oscuridad todavía no es completa.
            Estamos en Tamarite de Litera, es viernes, y Luna Llena, las ventanas cerradas a cal y canto, los más miedosos no les bastará el cerrojo de hierro. Atrancarán su puerta con un palo de olmo, quemada su piel el día de  Navidad.
            Un gato llega por el camino de Fuente Dulce, otro aparece por el camino de los Aljibes, cinco suben por la calle de los Espejos, son negros como el carbón llevando su cola tiesa, siete en total.
            Detrás de la Plazuela de las Brujas, se mueven unas sombras, están cavando al pié de un muro para encontrar La Piedra, “Que no se acaba nunca”. Tan fuerte que a plena luz del día cuatro hombres picando no la han sabido romper, tan fuerte que ni el pico que ha hecho especialmente el Herrero de “La casa de los ladrones”, para ese menester, se dobla con la facilidad de un higo. Los gatos se han hecho sombras, que ponen el pié encima de La Piedra, para convertirse en Brujas. Ya suben a La Plazuela. Una hoguera sin leña empieza a arder, con llamas rojas y negras. Las Brujas miran a todos lados. ¿ Qué esperan ?. En un gran mugido aparece un Macho Cabrío, tiene los cuernos largos y retorcidos, la piel negra, las piernas rubias, las uñas rojas, vuelve ha hacer una gran mugido y las Brujas que están discutiendo a quien darle el “mal de ojo” empiezan a bailar sin escucharlo.
            Otro gran mugido y las Brujas se quedan quietas -será por poco- , no se ponen de acuerdo a quien darle “el mal”, bailando, gritando que estremece se tiran por tierra, se enganchan por los pelos unas a otras. El cárabo vuela alrededor, haciendo sonar su chuttt….chuttt por su boca. Los mochuelos con los ojos muy abiertos hacen coro con las brujas, las lechuzas con sus plumas blancas como bolas de algodón recién cortadas. forman un coro encima de todo el algarabío. Las comadrejas se entrelazan en los brazos de las Brujas, bajando hacia las piernas por la cintura.
            Todas tienen los ojos blancos casi saliéndoseles de sus órbitas. Es todo un remolino, se oyen unos chillidos espantosos por encima de todo el ruido. Son los murciélagos, se cogen al cuello de las Brujas chupándoles la sangre, mientras gritan en un éxtasis de placer.
            No paran, el Macho Cabrio lo contempla satisfecho, es el Rey de la Noche y las Brujas sus sirvientas. Todos arremolinados, tanto encima como debajo continúan toda la noche.
            Pero…. Por encima de los Castillejos, aparece el primer rayo de luz. El Sol empuja a todas las nubes de la noche para traernos el día.
            Un mugido lastimoso, más fuerte que los anteriores, apaga el ruido de aquel montón negro, que poco a poco se aquieta. Los cárabos, los mochuelos, las lechuzas, vuelan en busca de sus escondrijos. Las comadrejas borrachas de placer, se deslizan silenciosamente por las márgenes del Castillo buscando su madriguera. Los murciélagos borrachos de sangre vuelven a la Cueva del Torrente de Alcampel, cabeza abajo, no saldrán en muchos días a buscar su sustento de siempre. Las Brujas hechas sombras pasarán por la Piedra, detrás de la Plazuela, “ la que nunca se termina”, para regresar una por el camino de Fuente Dulce, la otra por el camino de Los Aljibes, las cinco de Tamarite, por la calle de los Espejos. No son sombras ni gatos, poco a poco se transforman en guapas muchachuelas…..Tienen la piel blanca, el cabello negro, los ojos verdes que cuando los miras, sus  pupilas de color azul, parecen la profundidad de un lago cristalino que te atrae y te adormece, sus labios al besarlos se derriten como la miel recién extraída del panal, su aliento es como el perfume de la madreselva en el amanecer de una mañana de primavera…..
            Continuará…..o no…
            -. Vaya Juanet, por lo menos esta vegada no am parlat del Achuntamén.
            -. Toñet, un día e un día.
Tamarite de Litera a uno de Octubre del año dos mil diez.

Julián Naval  de Tamarite.
            Traducido del romance aragonés, en la modalidad de La Litera al castellano.
   
En romance aragonés.         

  2º. Charrán al Sino-fos.

La Pllaseta de Les Bruixes.
Entre’ls nubols que aquella tardada se divisaben a tot lo llarg del sel, se anaben fen entrecllaros, dixan pasá un respllandó cada vegada menos fort y brillant.

La negró de la nit se apodere per tot lo llarg de la esbandada del sel.

¡Cosa de bruixería!. Una bufada de aire misterios sen arrastre totes les boires pa dixá pasá unaltra respllandó, primé esmorteida, pa aná asomanse detrás de les montañes dibujades sobre la inmensidad del Sel. E la Lluna Pllena, brillán coma una Reina de la Nit en complleta soledat apagán la brillantó dels estrels que la rodeyen.

Tot e silensio, les fet-fets callen en los seus chillits, les gronetes, que en la tardada volaben a rasán de terra, en veus chirriants pa agafá tota cllase de mosquits sen an anat aquietán, posades en los arams del pals de llum.

La Campana dels Perduts seguís sonán en la seua veu ronca y potent, que arribe mes allá de la Cllamó Amarga, poc a poc se espasíe lo seu sonido, asta callá del tot. Los pachesos del tros de mes allun, ya an arribat al abric de les seues cases, a la calentó del fogaril que la dona li a preparat alrededó dels seus fills y’ls yayos amorosos.

Los silensiosos morisecs abandonen lo Cllot del Torrén, entre  Sol y  Lluna, volarán incansablles en busca del seu sustén…pero….aquella nit…

La chuta, lo musol  y lo llantié, desperten del seu descans, volen silensiosos, lo seu pllumache suave coma la seda, coma la pell de un resién nascut, acarisie l’aire sense fe cap cllase de ruido, atens al menó movimén les seues orelles adaptadas al silensio mes absolut. detecten cualesquiere movimén de una rateta o de un escarbat… pero…aquella nit…
            La fuína, desperte del seu letargo, mentres La Llum era La Reina de la Terra, ara de nit, silensiosa, buscará los caus dels conills, no li sirá fásil trobals entre lo laberinto de pasadisos, se pert la mayoría de les vegades, tornán en la tripa buida, se abrá de contentá en alguna rateta descuidada o potsé trobará un niu, poc amagat pa chupás tos los ous, a vegades cuan la gana aprete trencará un vallat, o entrará per la esquella de  una porta y fará desastres en un galliné, chupánlis al pobres animals no mes que la sang…. pero… aquella nit….
            Se palpe en l’ambién una calma tensa coma la que se apresie cuan arribe un temporal, encara no e la ora, La Lluna no a arribat encara al Sentro del Sel, la oscuridat encara ne e complleta.
            Estem a Tamarit, e divendres, y Lluna Pllena, les ventanes de les cases tancades a cala y canto, los mes poregosos no lis val lo serrat de ferri, atrancarán la porta en un barró de olm, cremada la pela lo día de Navidad.
            Un gat arribe pel camí de Fondols, unaltre apareix pel camí dels Alchupets,       cinc mes puyen pel carré dels Espills, son negres com’al carbó en la coda tiesa, set en total.
            Detrás de la  Pllaseta de les Bruixes, se mouen unes sombres, entán caván al peu de un muro pa trobá La Pedra, “Que no se acabe may”. Tan forta que a plleno día cuatre omes picán no la an sabut trencá, tan forta que ni lo pic que a feit espesialmén lo Farré de Calladrons, pa nixa feña, se doblle coma si fos de figa. Los gats s’an feit sombres, que posen lo peu ademún de La Pedra, pa convertís en Bruixes. Ya puyen a la Pllaseta. Una fuguera sense lleña empese a cremá, en fllames royes y negres. Les Bruixes miren a tota reu. ¿Qué esperen?. En un gran bramit apareix un “bò” te los corns llargs y retorsuts, la pell negra, les garres roses y les uñes royes, torne a fe un gran bramit y les Bruixes que estaben discutín a qui donali “mal de ull” empesen a ballá sense escoltal.
            Unaltre bramit y les Bruixes se queden quietes, -sirá per poc-, no se posen de acuerdo a qui doná “lo mal”, ballán, gritán que esgarrife se tiren per terra, se enganchen del pels un al altra. La chuta vole alrededó, fen soná lo chutttt…chutt… per la seua  boca . Los musols en los ulls mol aubertes fan coro en les bruixes. Lo llantié en les seues pllumes bllanques coma unes boles de cotó resién cullit, formen un redol ademún de tot lo soroll. Les fuines se entrellasen en los brasos de les bruixes, baixán a les garres per la sintura.
             Totes tenen los ulls bllancs casi ixinles de la cara. Tot e  un arrebol, se sinten nous chillids esgarrifosos per demún de tot lo soroll. Son los morisecs, se agafen al coll de les bruixes chupanlis la sang, mentres griten en una emosió inconteniblle.
            No paren, lo “bò” ue contemplle satisfeit, e lo Rey de la Nit y Les Bruixes les seues sirvientes. Tots ademún o deball seguisén durán tota la nit.
            Pero… per demún dels Castellasos, apareix lo primé rayo de llum, Lo Sol espentee a totes les boires de la nit pa portamos lo día.
            Un bramit llastimós, mes fort que los anterios, apague lo soroll de aquell puyal negre, que  poc a poc se aquiete. La chuta lo llantié y lo musol, volén en busca dels seus amagatalls. La fuina borracha de emosió, se desllise silensiosa per les espones del Castell buscán lo seu cau. Los morisecs borrachos de sang, silensiosos tornen a la Cova del Torrén, de cap capa aball, no ixirán en mols díes a buscá lo seu sustento de sempre.
         
 Les bruixes feites sombres pasarán per La pedra, detrás de la Pllaseta, “La que may se acabe”, pa torná la una pel camí de Fondols, laltra pel camí Dels Alchupets, les sinc de Tamarit, pel carré dels Espills. No son sombres ni gats, poc a poc se transformen en guapes chicotes……Tenen la pell bllanca, lo cabell negre, los ulls verts que cuan los mires, les seues ninetes de coló asul clla, pareixen la profundidad de una basa cristalina, que te atrau y te ensordomís, los labios cuan los probes se derretisen coma la mel resién sacada del arna, lo seu alent e coma lo perfum de la mareselva en lo despuntá de un maití de primavera, lo parlá,  melodiós coma la de una merla tornasolada……
Continuará… o no….

-. Vaya Juanet, por lo menos avuy no am parlat del Achuntamén.

 -.  Toñet, un día e un día.

Tamarit de Llitera a uno de Octubre del añ dos mil deu.

Julián Naval de Tamarit.

Escrit según les normes Editadas p’el Achuntamén de Tamarit en colaborasió en la Diputasió provinsial ( Carpi, 1981 pag.1 a la 194). Publicasió de P. Grúas y Benítez.
1995, Editades p’el Achuntamén en colaborasió de UdZ. .
La Villa alegre y confiada. I. Comas y Colomina 1929. pag 279 .