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diumenge, 18 de novembre del 2018

Lérida, Ilerda, Lleida

La población del área leridana en 1238 no superaba los 5.000 habitantes, de los cuales un pequeño porcentaje fueron a enseñarles hablar a más de 150.000 valencianos. Claro que sí, guapi.


Reino de Valencia 1238-1707


https://kerchak.com/el-reino-de-valencia-1238-1707/



El reino de Valencia (1238-1707) El imperio almohade entró en descomposición tras la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), ganada por los hispánicos coaligados. Tampoco los almohades habían sabido dar coherencia y efectividad a su dominio. Balansiya, o Valencia, una de las taifas musulmanas de Sarq al Andalus (oriente de Al ándalus) era gobernada por el príncipe Abū Zayd, nieto del fundador del imperio, que no pudo sofocar la insurrección de Ibn Hud de Murcia (1228), al que se sometió Alzira y todo el territorio valenciano meridional. Entonces surgió en Valencia un caudillo local, Zayyan, / Zaen / nieto de Ibn Mardan, que al frente de los enemigos de los norteafricanos, obligó Abū Zayd a huir a Segorbe y buscar la protección de Jaime I.


Fracasó una contraofensiva de Abū Zayd con el concurso de aristócratas aragoneses, pero sin la ayuda del rey, entonces atareado con la expedición a Mallorca. Abū Zayd se convirtió al cristianismo, se convirtió en un señor feudal aragonés y cedió sus derechos al obispo de Segorbe. El susodicho Ibn Hud de Murcia, valiente y fanático antialmohade que llegó a dominar casi todo Al Andalus, atacó la ciudad de Valencia dominada por Zayyan, pero tuvo que levantar el cerco cuando el rey de León Ferran II apoderó de Mérida y Badajoz. Zayyan, atrevido, aprovechando la estancia en Mallorca de Jaime I, atacó Ulldecona, pero infructuosamente.



taifas, Aragón, Valencia

Jaime I inició formalmente la conquista de Valencia con la toma de Burriana en 1233 (en aquel tiempo el término de Burriana comprendía los actuales de Burriana, Villarreal y Les Alqueries). / Y Morella? / Zayyan, encerrado dentro de las murallas de Valencia, no osaba hacer frente a las incursiones de Jaime I, el cual en 1236 se apoderó de El Puig, Enesa, la posición clave septentrional de Valencia. Zayyan intentó recuperarla pero fue derrotado el 1237. Entonces Jaime I puso sitio a la ciudad de Valencia, y Zayyan pidió socorro a Abū Zakariya, reyezuelo de Túnez, que le envió doce galeras, las cuales sin embargo, no desembarcaron. Zayyan, entonces, entregó la ciudad a Jaime I el 28 de septiembre de 1238. Después de la muerte de Ibn Hud, los murcianos, insatisfechos con sus sucesores, llamaron a Zayyan, el destronado reyezuelo de Valencia que se había instalado en Dénia, el que los gobernó sólo ocho meses (1.239), por cuanto fue reinstaurada en Murcia la dinastía los Banu Hud. Sin embargo, en 1243 el reyezuelo murciano aceptaba el protectorado que le ofrecía el rey de Castilla, aunque fue necesario que los castellanos se ampara por la fuerza de la mayoría de los castillos de Murcia. El trato duro de los castellanos provocó la sublevación de los moros murcianos, que fueron dominados por Jaime I (1266). Las autoridades y la población musulmanas de las localidades murcianas fueron sustituidas por castellanos, excepto Crevillente, que permaneció con su población y organización sarracena intacta, gobernada por su rayos Ibn Hudayr, hasta la integración del territorio en el Reino de Valencia por Jaime II en 1296, confirmada el 1304. Crevillente constituyó un enclave de señoría musulmana en tierra de cristianos, la autonomía del que fue respetada hasta en 1317.

entrada, Jaime I, Jaume I, Valencia, València, Balansiya

La conquista de las tierras valencianas, sin embargo, comenzó de forma casual con el inesperado éxito de Blasco de Alagón en Ares y Morella, al final del 1232 que obligó Jaime I -hasta entonces ocupado con Mallorca- a interesarse en los posibles acontecimientos bélicos que se produjeran y aun encabezar los mismos. La reunión de Alcañiz del comienzo del 1233, que reunió el rey, el maestro del Hospital, Hugo de Forcalquier y Blasco de Alagón comportó por primera vez la planificación oficial de la conquista, que fue proyectada en tres etapas. La primera, tras la cesión de los derechos adquiridos por Blasco de Alagón, se centró completar la expansión militar de la región castellonense: toma de Burriana (1233), Peñíscola, Xivert, Cervera, Pulpis, Castellón, Borriol, las Cuevas de Vinromà, Vilafamés, etc, salvo algunos núcleos aislados de la agreste sierra de Espadán. La convocatoria de cortes a catalanes y aragoneses en Monzón en 1236 y la concesión de la bula de la cruzada por parte del papa Gregorio IX en 1237 inició la segunda fase, que tuvo por objeto la toma de la ciudad de Valencia (1238) y de la llanura valenciana hasta las inmediaciones del Júcar. Finalmente, después de una tregua con los musulmanes, que el rey aprovechó para la puesta en marcha del nuevo reino. En 1243-45 Jaime I puso fin a la conquista hasta los límites que los anteriores tratados con Castilla de Tudillén y de Cazorla le habían impuesto, ratificados de nuevo a Almizrra (1244).

Llibre dels fets

La falta de repobladores para ocupar todo el Reino, además de los compromisos contraídos de no expulsión de los musulmanes, obligó al rey a ceder la mayor parte del ámbito rural a los señores conquistadores, lo que motivó el origen del latifundio continental. Una serie de factores que arrancan de los mismos días de la conquista modelaron, por tanto, una gran parte de la historia del Reino de Valencia, caracterizada por la demografía (con una triple influencia, de elementos cristianos aún en minoría catalanoaragonesa, de una amplia masa musulmana vasalla y de una potente minoría semita), por la economía (predominio de la agricultura extensiva, continental, seguida de cultivos hortícolas litorales, muy pronto comercializados en el exterior con la creación del Consulado de Mar el 1283) y por el derecho, con la aplicación de diferentes cartas de poblamiento.

Jaume I


La primera etapa conquistadora fue llevada a cabo mayoritariamente por la nobleza aragonesa y para caballeros fronterizos de Aragón, que concedieron cartas puebla a fuero de Zaragoza o fuero de Aragón. En 1240 el rey promulgó la Costumbre de Valencia, con el propósito de aplicarlo en todo el reino, y en 1261 fue incluido en la redacción de los Fueros de Valencia, que compitieron con la legislación aragonesa.
Pedro II, 1196, occitano, aragonés
Pedro II, 1196, occitano, aragonés

Sin embargo, al compás de la ampliación del código valenciano se iba registrando una oposición más y más grande por parte de los señores con posesiones al reino que querían asegurarse el predominio jurídico y también el social y económico. Así, la gran nobleza, radicada en Aragón o establecida en Valencia pero coaligada en una liga opuesta al poder real -la Unión-, obtuvo ciertos éxitos en aprovechar la delicada situación de Pedro el Grande, derivada de su intervención en Sicilia (1282). 
En la corte de Zaragoza del 1283, el rey juró todos los privilegios del reino de Aragón y los hizo extensivos a todos aquellos que quisieran observar el Fuero de Aragón en el Reino de Valencia. No fue hasta el reinado de Alfonso III (1327-36) que se adoptó una solución intermedia al problema foral que finalmente favoreció la nobleza y trajo como consecuencia la creación de un importante régimen señorial en Valencia.
El verdadero conflicto de las Uniones estalló en forma bélica en el reinado de Pedro III, tomando como pretexto el propósito antiforal del rey de nombrar como heredera a su hija Constanza en perjuicio de su hermano y de sus hermanastros, ambos hijos de Leonor de Castilla. La reacción de los afectados cristalizó finalmente en la reactualización de la Unión aragonesa y en la aparición de una nueva Unión: la valenciana. Pero después de los acontecimientos de la primavera de 1348, en que el rey quedó en Valencia humillado a merced de los sublevados, Pedro III huyó en Teruel, donde organizó las tropas realistas. Habiendo conseguido estas la victoria sobre la Unión, la represión, además de las incautaciones económicas, se caracterizó por su crueldad.
El fracaso de la Unión significó el fracaso de las posibilidades pre-burguesas del Reino de Valencia a mediados del s.XIV y la consolidación aún más fuerte de la causa nobiliaria. Esto explicaría en parte la alianza de los reinos de Valencia y
Aragón frente al Principado en la coyuntura del compromiso de Caspe.

Este mapa es de 1653 y Lérida y Tortosa ya eran catalanas

Este mapa es de 1653


dilluns, 13 d’agost del 2018

Manuel de Montoliu

https://www.dolcacatalunya.com/2016/04/filoleg-de-linstitut-destudis-catalans-la-individualidad-de-la-lengua-valenciana-nadie-la-pone-en-duda/

FILÒLEG DE L’INSTITUT D’ESTUDIS CATALANS: 

“LA INDIVIDUALIDAD DE LA LENGUA VALENCIANA NADIE LA PONE EN DUDA"

En Manuel de Montoliu, col.lega d’en Pompeu Fabra, no comprava la mercaderia nacionalista.

Manuel de Montoliu



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Jaime I obtuvo el título de Conquistador al rendir Valencia en 1238 e integrarla en la Corona de Aragón, dándole el título de reino. Allí se habló siempre valenciano, no llemosi, como atestiguan Joanot Martorell o Gaspar Gil Polo. Pero desde que el falangista valenciano y después nacionalista catalán Joan Fuster anunciara la consigna pancatalanista (“de Salses a Guardamar, de Mahó a Fraga, som un poble, un sol poble”), algunos valencianos se empeñan en llamar a su tierra “País Valencià” -para integrarla en los fantasmagóricos “Països Catalans”- y aseguran que el valenciano es un dialecto catalán.

¿Cuál es la razón? Según Ferran Soldevila, Valencia “fue poblada por catalanes y nuestra lengua es la misma”. Pero resulta que la lengua valenciana es autóctona, derivado del bajo latín fertilizado por la cultura ibérica. El llemosi y el valenciano aparecen -como el mallorquín o el castellano- simultáneamente de forma autóctona aunque emparentada. En el interior de Valencia se hablaba la lengua valenciana churra, que se confundió con el castellano; en la costa se hablaba la lengua valenciana litoral, que es hoy el valenciano. Durante la invasión musulmana los mozárabes siguieron hablando sus lenguas romances derivadas del bajo latín, hasta que llegaron los cristianos en la Reconquista; no dejaron su lengua (mayoritariamente churra o romance aragonés pues fueron aragoneses la mayoría de los caballeros de Jaime I), sino que encontraron las 2 que hoy se hablan en Valencia: valenciano y castellano.

Así que en Valencia no hablan llemosí porque no fue repoblada por catalanes; hablan valenciano y churra. Algo que sabia tothom fins que va arribar el nacionalisme amb el seu característic expansionisme de la Gran Catalunya. També ho sabia en Manuel de Montoliu i de Togores. Era filòleg i treballà en les Oficines Lexicogràfiques de l’Institut d’Estudis Catalans, on col·laborà en el Butlletí de Dialectologia Catalana i edità, amb Pompeyo Fabra, el Diccionari Aguiló. En 1912 se publicaron sus Estudis de literatura catalana; en 1920 fue lector de catalán y castellano en Hamburgo. Sus traducciones de Dante al catalán no han sido superadas.
Pues miren lo que dice Montoliu del valenciano:

“La individualidad de la lengua valenciana dentro de la familia de las lenguas de Oc, nadie que tenga una mediana cultura la pone en duda Hoy los escritores catalanes ya no oponen razones científicas a la fuerte personalidad de la lengua valenciana, ni se oye con tanta frecuencia como antes alegar la clasificación según la cual se le da el nombre de catalán a todas las lenguas occitanas de España”.

El valencià és català? Més enllà de la ideologia Imperial nacionalista NO, malgrat el que digui el Imperialisme. Que no ens enganyin.


Dolça i timada Catalunya

Transcrit de una revista catalana, 
Dolça Catalunya
https://www.dolcacatalunya.com/2016/04/filoleg-de-linstitut-destudis-catalans-la-individualidad-de-la-lengua-valenciana-nadie-la-pone-en-duda/

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Menéndez Pidal

Menéndez Pidal, no Ignaciete Sorolla Amela Vidal